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Bodas

¿Cuándo debéis plantearos aplazar la boda?

A pesar de que la boda es una celebración que se prepara con mucha ilusión, a veces pueden aparecer causas de fuerza mayor que obliguen a posponerla durante un tiempo.

Lísola

Tras el compromiso, una de las primeras decisiones que toman las parejas es la fecha en la que pasarán por el altar. Después ya se determinan otros aspectos importantes, como el estilo del gran día que, a su vez, resultará determinante en la elección del vestido de novia, del diseño más apropiado para las invitaciones de boda y de las más divertidas y sorprendentes ideas originales para bodas, entre otros. Pero pese a la ilusión que se pone en todos los preparativos, hay que tener en cuenta que a veces surgen imprevistos importantes que pueden llevar a aplazar el "sí, quiero" durante un tiempo. En estos casos, lo primero que hay que hacer es hablar rápidamente con todos los proveedores contratados y analizar las diferentes soluciones. Y no os olvidéis de comunicarlo también a los invitados.

1. Emergencia familiar

Se trata, sin duda, de una situación imposible de prever, ya sea un accidente, la muerte de un ser querido, una emergencia familiar o una enfermedad, como el Coronavirus o COVID-19. En cualquiera de estos casos, puede no resultar adecuado continuar con la fecha prevista originalmente. Sin embargo, antes de tomar una decisión en un sentido u en otro, es muy importante que habléis bien las cosas y que ambos lleguéis a la misma conclusión. Como en el resto de preparativos nupciales, el consenso mutuo os evitará problemas futuros. Si finalmente decidís posponer el enlace durante un tiempo, comunicadlo lo antes posible en el lugar de la ceremonia y en el espacio de celebración, así como al resto de proveedores de la boda: fotógrafo profesional, videógrafo, viaje de novios, transporte, animación... Explicadles que se trata de un problema de fuerza mayor. Es muy probable que sean comprensivos con vuestras circunstancias. Y si tenéis alguna duda, consultad las cláusulas de rescisión del contrato que firmasteis con cada uno de ellos. Del mismo modo, decídselo a quienes recibieron vuestras invitaciones de boda vintage.

Pablo Álvarez

2. Causas meteorológicas

No se trata de un hecho habitual, pero tampoco es extraño. Y es que se pueden producir fuertes borrascas, nevadas intensas o temporales de tal intensidad que hagan que sea necesario posponer la boda a tan solo unas semanas, días o, incluso, horas del "sí, quiero". Y aunque este tipo de aplazamiento debido a causas meteorológicas adversas también es imprevisible y nada deseado, seguro que los profesionales que hayáis contratado sabrán qué hacer.

3. Motivos económicos

Pasar por el altar supone un gran desembolso económico, que es necesario tener en cuenta. Pero quizá no se han valorado algunos imprevistos y el presupuesto se ha disparado demasiado; tanto que no se puede afrontar. En este caso, retrasar la celebración del día B puede per una buena opción, ya que dará tiempo a la pareja a ahorrar un poco. De este modo, en la nueva fecha señalada podrán disfrutar de la boda de sus sueños sin escatimar en nada: ideas para el photocall, flores en cada rincón del espacio de celebración, ideas para el candy bar... Pero también puede ocurrir que surjan situaciones financieras imprevistas, y aplazar el enlace sea la única posibilidad. Lo importante es que vuestra estabilidad económica no se vea afectada.

Ángel Santamaría

4. Problemas con el lugar de celebración

Seguro que tras visitar diferentes espacios y dar con el lugar ideal en el que celebrar el gran día os sentís liberados y ya no pensáis más en él. Sin embargo, algunas parejas han de enfrentarse a situaciones tan duras e imprevisibles como el cierre repentino del establecimiento o a que un desastre natural lo deje inoperativo durante algún tiempo. En estos casos se impone la calma y buscar otro escenario nupcial para el aperitivo, el banquete y la fiesta. Pero si ninguno de los que os gustan están libres en la fecha deseada, posponer la boda a otro momento puede ser la mejor decisión.

5. Sorpresas inesperadas

Pueden ser de lo más diversos. Desde descubrir, por ejemplo, que en unos meses seréis padres hasta que uno de los dos consiga el trabajo de sus sueños en otra ciudad o país, pasando por el hecho de que vuestro mejor amigo/a no pueda asistir por un motivo de fuerza mayor. De nuevo en este caso, y antes de que tomar la decisión final, se impone que lo habléis bien y, en caso de duda, lo consultéis con vuestros padres, hermanos o con el organizador de boda contratado, quien mejor que nadie os podrá informar de las diferentes opciones que tenéis a vuestro alcance.

Vinnabodas

6. Dudas de pareja

A pesar de estar comprometidos y de estar viviendo una experiencia inolvidable y única en la vida, durante la organización de la boda también pueden surgir momentos de tensión o de enfados que hagan necesario replantearse la situación. Lo ideal es que habléis abiertamente de vuestras dudas y enojos y, llegado el caso, que acudáis a una terapia de pareja. Pero si a pesar de todo no veis las cosas claras, retrasar la celebración del gran día puede ser una excelente decisión. Lógicamente perderéis algunos depósitos no reembolsables y deberéis hablar con todos vuestros invitados, pero estar seguros al 100% del gran paso que estáis a punto de dar es básico antes de considerar un compromiso de por vida como el que supone el "sí, quiero".

Prever cualquiera de estas circunstancias es imposible pero llegado el caso, y tras decidir aplazar la fecha del día B, no esperéis más y comunidadlo en la mayor brevedad posible tanto a los proveedores como a vuestros seres queridos. Y tranquilos. Seguro que podéis aprovechar algunas cosas, como los detalles de boda que con tanto mimo elegisteis para vuestros familiares y amigos o el elegante traje de novio. ¡No todo está perdido!