Miel artesanal para regalar a los invitados

Habéis enviado las invitaciones de boda y ya tenéis claro cuántos asistentes os acompañarán durante el gran día, elegantísimos con sus vestidos de fiesta y listos para pasar una jornada inolvidable. Y claro, no podéis evitar darle vueltas a cuál puede ser el mejor detalle de boda para agradecerles su presencia. Dejad de buscar. Tenemos la solución perfecta: miel.

Edulcorante natural…

Dulce, bien dulce y deliciosa. La miel era un augurio de fertilidad, belleza y amor que la madre de la novia, ya en la antigua Roma, colocaba en una vasija en la habitación conyugal para que los recién casados pasaran una noche de bodas inmejorable. Según las creencias del antiguo Egipto, las abejas son lágrimas del Sol Ra que construyeron panales para fabricar miel. ¡Hasta el mismísimo Cupido de la mitología griega mojaba sus flechitas en el líquido dorado para que todo fluyera mejor! Así que, además de en vuestras ideas para candy bar, tomaos muy en serio lo de añadir un alimento tan significativo, dulce y divino a vuestro enlace.

… desde siempre

¿Sabíais que hasta bien entrado el siglo XVI la miel fue el único edulcorante del que disponíamos? Y para las novias feministas que no tienen miedo de romper los cánones e inventarse su propio enlace, luciendo un vestido de boda corto y sandalias, conviene decir que la miel era, originariamente, cosa de mujeres. Así, han quedado documentadas en forma de grabados varias escenas de la Prehistoria que demuestran que eran ellas quienes se ocupaban de recogerla de los paneles.

Producción ecológica

Además de la calidad de los ingredientes del banquete de bodas y de la frescura de las flores que adornen los espacios, tenéis que controlar que el resto de detalles del día B tengan el mismo carácter eco-friendly.

Aunque la calidad de las mieles cambia según el lugar de referencia –un aspecto que, dependiendo de dónde os caséis, será necesario tener en cuenta para adquirir producto local porque habrá sido menos manipulada para envasarla–, en general hay que considerar la diversidad de plantas en un kilómetro y medio alrededor de la colmena, que podrá dar lugar a tipos monoflorales: miel de brezo, de tomillo, de romero…

En caso de que la miel cristalice, sobre todo ahora que llega el fresquito, no os preocupéis. Y es que al bajar las temperaturas desciende la solubilidad del azúcar. Pero no tiene ninguna importancia y sigue estando igual de buena.

Muy beneficiosa

La miel no solo está buena, sino que es muy buena. Para la piel: con propiedades astringentes, antimicrobianas y antisépticas, ayuda a prevenir infecciones, a curar quemaduras superficiales, a cicatrizar y a suavizar. Para el cuerpo: acelera el metabolismo, por lo que ayuda a perder peso, siendo también efectiva para regular el colesterol. Para los órganos, para estabilizar el corazón y aumentar la memoria por los antioxidantes. ¿A qué esperáis para regalar salud a vuestros invitados? ¡No hay detalle original para una boda que vaya a repercutir mejor en sus vidas!

Personalizad la presentación

Está claro que la apariencia importa y más en un enlace. Así que tened en cuenta el estilo de vuestro día B y cómo son las ideas de decoración para bodas a la hora de decantaros por el packaging o los envases más apropiados para contener la miel. Por eso, si habéis optado por un estilo rústico, industrial o vintage, un tarrito de miel personalizado quedará genial, al igual que en las bodas románticas, boho chic y clásicas.

Todo depende de cómo decidáis decorar el envase. Si deseáis un aire más handmade, lo conseguiréis con lazos sencillos de tela, pegatinas modernas o tarjetitas manuscritas de agradecimiento que incluyan el sello de vuestro enlace o la fecha del mismo y vuestros nombres. Por contra, si os decantáis por un aspecto más elegante, elegid unas jarritas estilizadas de vidrio y cubrid la tapa con detalles bordados.

Así que tranquilos. Podéis dejar de dar vueltas al asunto de los regalos, ya que vuestros invitados quedarán encantados con la miel. Preocupaos por el resto de ideas originales de boda y, eso sí, no os paséis de la raya degustándola que aunque sea muy saludable... ¡el traje de novio tiene que entrar el día B!