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Bodas

Luna de miel en Mallorca: ¡nunca un paraíso estuvo tan cerca!

Para disfrutar de un paraíso durante la luna de miel no es necesario irse muy lejos. Mallorca es uno de ellos y seguro que sus románticos paisajes, sus playas de aguas turquesas y sus maravillosas puestas de sol os cautivarán. ¡Disfrutad de su magia!

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Vuestra boda es un momento único y cualquier esfuerzo es poco para que todo salga perfecto. Seguramente ya habréis perdido la cuenta de las invitaciones de boda que habéis mirado y remirado hasta dar con el diseño que más os gusta o de todas las tiendas recorridas hasta encontrar el traje de novio ideal o los perfectos y cómodos zapatos de novia. ¿Y la luna de miel? Seguro que también querréis que vaya sobre ruedas, ¿verdad? En este sentido, un destino romántico, con paisajes increíbles, playas de aguas turquesas maravillosas y todo tipo de actividades culturales y de ocio al servicio de los recién casados es Mallorca. Una isla con una belleza natural única en el mundo que, sin duda, os embrujará desde el primer momento. Un verdadero paraíso balear, "a la vuelta de la esquina", que esconde toda la magia que estáis buscando para vivir un viaje de novios tan especial como vuestro amor. Tomad nota de todos sus secretos que... ¡os deslumbrarán!

La magia de la Serra de Tramuntana

Patrimonio Mundial de la UNESCO, la Serra de Tramuntana se extiende a lo largo de unos 90 kilómetros, aproximadamente, desde Andratx hasta el cabo Formentor. Su paisaje es pura magia y os trasladará a otra época, a la auténtica Mallorca rural. La mejor forma de conocerla es recorriendo la Travessa, un conjunto de rutas con sus bosques de pinos, sus llanuras con árboles frutales, sus extensiones de olivos centenarios salpicados de masías y sus muros de piedra seca casi siempre con vistas al Mediterráneo. El camino que va desde Sant Elm, en el suroeste de la isla, hasta Port d’Andratx es uno de los itinerarios más románticos. Con su cielo azul intenso, la costa salpicada de un color turquesa, el verde de sus frondosos bosques de pinos y sus bellas orquídeas salvajes, no hay mejor idea que hacer un alto en el camino para disfrutar de un pícnic y de sus preciosos paisajes. ¿Más cosas? Fijaos en la luz especial que hay en Sant Elm y que proporciona un aire tropical a su costa y a sus pequeñas islas, Pantaleu y Sa Mitjana. Allí mismo también podréis escaparos a la Torre del Cala en Basset, una torre de defensa del siglo XVI, y al faro de Cap de Llebeig, situado en la isla Dragonera, a unos 700 metros de la isla de Mallorca.

Palma de Mallorca, punto de visita obligada

La Seu –nombre con el que se conoce a la catedral de Palma de Mallorca– y el Castillo de Bellver son dos de los lugares de obligada visita durante vuestra luna de miel en la isla. Como también lo será descubrir el casco antiguo de la ciudad, la zona de La Lonja, tan diferente durante el día y la noche, el barrio de Santa Catalina, Portixol, con sus impresionantes vistas y su amplia oferta de restauración, el Paseo Marítimo, con todas sus opciones de ocio, y la zona de playa. ¡Os fascinará el encanto que desprende la capital de la isla de Mallorca y de la comunidad autónoma de las Islas Baleares!

Manacor, imprescindible

La segunda ciudad más grande después de Palma también alberga numerosos lugares que no os podéis perder. Es el caso, por ejemplo, de la iglesia Nostra Senyora dels Dolors, de su zona peatonal y de cualquiera de los restaurantes en los que podréis saborear la gastronomía propia del lugar. Y si queréis disfrutar del interior de la isla en contacto con la naturaleza, no os perdáis la Vía Verde que une Manacor con Artà. Una ruta de 29 km que podréis hacer a pie o en bicicleta y que os descubrirá algunos paisajes de gran belleza. A 11 km de Manacor encontraréis asimismo las famosas Coves del Drach. Situadas en Porto Cristo, a 25 km de profundidad, poseen además uno de los mayores lagos subterráneos de Europa: el lago Martel.

Magníficas playas y calas

Para disfrutar de un auténtico paraíso no hace falta irse muy lejos. ¡Mallorca está aquí al lado! Y, sin duda, uno de sus principales atractivos son sus playas y calas, envueltas en una gran belleza natural que nada tiene que envidiar a las del Caribe. En ellas podréis tomar el sol, bañaros, descansar y pasear al atardecer para contemplar sus estupendas puestas de sol. Su litoral está salpicado por docenas de ellas, todas igual de maravillosas y únicas. No os perdáis Es Trenc, en Campos, al sur de la isla, una extensa playa sin oleaje, con dunas y salinas; cala Sa Nau, al norte, que destaca por ser pequeña y coqueta; Torrent de Pareis, en Sa Calobra, considerada por algunos como la más bonita de la isla; cala Capellans, situada en el municipio de Escorca y escondida entre acantilados; cala Varques, en Manacor, rodeada de pinos; Caló des Moro y cala Mondragó, en Santanyí, conocidas por sus aguas multicolor, y la playa de Formentor, en Pollença, con el gran mirador de cabo Formentor muy cerca, y que destaca tanto por su arena blanca como por sus aguas tranquilas y cristalinas.

Perderse por sus pintorescos pueblecitos

La isla de Mallorca está salpicada de pueblecitos encantadores que os enamorarán. Uno de ellos es Valldemossa. En la Sierra de Tramuntana y situado a pocos kilómetros de Palma, fue descrita por Chopin como, "el lugar más hermoso del mundo". Sus calles empedradas y su Cartuja os enamorarán. El pueblo de Sóller, ubicado en un valle rodeado de árboles frutales, también es muy pintoresco. Perdeos por sus callejuelas, mientras contempláis sus edificios modernistas y la iglesia barroca de Sant Bartomeu. ¿Más opciones? Disfrutad del recorrido de su tren. Un antiguo ferrocarril que viaja por la Serra de Tramuntana, atravesando pueblecitos como Son Sardina y Bunyol, y pasando por más de 13 túneles.

También vale la pena visitar Fornalutx, con sus calles empinadas; Pollença, un pueblecito que organiza el mercado municipal los domingos por la mañana en su plaza Mayor y que alberga el Convento de Santo Domingo y el Puerto Romano, y Alaró. Su arquitectura tradicional y su encanto os conquistarán. Sin olvidarse de Artà, con la cordillera Serres de Llevant como telón de fondo; de Santanyí, un precioso pueblo rural que conserva todo el espíritu mallorquín y cerca del cual se encuentra Es Pontas, un arco de piedra natural que parece "emerger" del mar; de Alcudia, cuyo centro histórico está rodeado por murallas medievales, ni de Deià, un pueblo de montaña lleno de encanto con sus casas de piedra.

Descubrir juntos Son Monroig

En Deià está Son Monroig, una finca tradicional mallorquina o possessió, que fue la residencia del archiduque de Austria Luis Salvador y que se encuentra sobre el mar con panorámicas espectaculares. Será difícil resistirse a haceros juntos una foto en el templete de mármol de Carrara, con vistas privilegiadas, que hay en el jardín. Desde los jardines de esta antigua possessió mallorquina también podréis observar la roca conocida como Sa Foradada. Y no os perdáis la romántica excursión desde Son Marroig a Sa Foradada. Una ruta de ida y vuelta, de unas dos horas a pie, que os permitirá disfrutar de momentos y paisajes inolvidables.

¿Qué os parece? Si ya lo tenéis casi todo a punto, puede ser un buen momento para hacer una lista de las cosas que querréis llevar en la maleta para vuestra luna de miel en la isla. No os olvidéis de guardar un elegante traje o vestido de fiesta para vuestras cenas románticas ni de seleccionar algunas de las canciones de boda que sonaron el gran día y que os traerán felices recuerdos. ¡Feliz viaje de novios!

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