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Bodas

Llegan de nuevo las bodas a Zaragoza: ¡el amor siempre gana!

Tras el confinamiento por la COVID-19, vuelven las bodas a Zaragoza. Es el caso de las dos parejas protagonistas de este artículo. Una que se acaba de dar el "sí, quiero" y la otra que está a punto de hacerlo. ¡Descubrid los detalles de su gran día!

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La ilusión por casarse sigue intacta pese a la COVID-19. Y es que son muchas las parejas que esperan con ganas la llegada de su fecha prevista para pasar por el altar, aunque ello suponga adaptarse a las medidas de higiene y seguridad establecidas por el Gobierno. Poder lucir por fin el vestido de novia y el traje de novio elegidos para la ocasión, intercambiarse los anillos, degustar el menú del banquete, escuchar de fondo las canciones de boda seleccionadas para cada momento, rodearse de sus seres más queridos... y tantas otras cosas con las que disfrutar. Un sueño que ya se ha hecho realidad para Raquel y Carlos y que lo será en breve para Suzane y Fran. Un hecho que demuestra que, en el caso de ambas parejas, el coronavirus no ha conseguido frenar sus planes nupciales. Una gran noticia para toda Aragón, en fase 3 desde el pasado 8 de junio, que ve cómo sus ciudades y municipios vuelven a acoger celebraciones nupciales. ¿Listos para conocer a ambas parejas y saber más acerca de sus bonitas historias de amor? 

Raquel y Carlos, un enlace inolvidable

El pasado 6 de junio sonaban campanas de boda para Raquel y Carlos, una pareja de 43 y 42 años respectivamente, que todavía sigue en una nube tras haberse convertido en marido y mujer delante de sus familiares y amigos en el Pavellón de Ceremonias del Ayuntamiento de Zaragoza. Un paso que siempre estuvieron convencidos que se daría. "Nosotros no perdimos la esperanza en ningún momento. No pensamos que no celebraríamos la boda en junio, por lo que ni tan solo reservamos otra fecha por si acaso", explica Raquel. Juntos desde hace cuatro años cuando se conocieron en una fiesta, supieron desde ese momento que estaban hechos el uno para el otro. Empezaron su andadura nupcial con todos los preparativos tras una pedida de mano en pleno Juepincho, una ruta de tapas y vinos por su ciudad. "Fue el año pasado, en primavera. Íbamos de Juepincho y, en uno de los restaurantes, Carlos de repente se arrodilló delante de todo el restaurante para pedirme matrimonio". 

Con menos invitados pero la misma ilusión

Con el avance de la desescalada, los protagonistas de esta historia respiraron tranquilos al ver que finalmente podían celebrar su boda en la fecha deseada. "Nos enteramos primero por televisión, porque al saber que cambiábamos de fase tuvimos ya la casi certeza de que nos podíamos casar. Entonces llamamos al departamento de protocolo del ayuntamiento y nos lo confirmaron, aunque con limitaciones de aforo. Así que decidimos retomar los preparativos", afirman.

El principal cambio del enlace fue el número de invitados, ya que la situación les obligó a reducir la lista original. "Teníamos planeada una boda de 160 personas y, finalmente, ha sido de 50, ya que era el aforo máximo permitido", comenta la novia. ¿Cómo se lo tomaron los invitados? "Muy bien, ya que además había muchas personas que por salud, nervios o miedo no querían venir y es normal. Tampoco algunas que estuvieron trabajando durante la pandemia y eran riesgo para el resto de asistentes. Así que nos facilitaron las cosas", añade. Más allá de tener el recuerdo de las fotos, también buscaron una alternativa para que todos sus familiares y amigos disfrutaran de la boda al mismo momento: grabarla a través de Zoom. Una fantástica iniciativa que hizo que, aunque de manera virtual, todos sus seres queridos pudieran estar allí con ellos. La luna de miel es el otro gran cambio, ya que se vieron obligados a cancelarla. "Este es el único sacrificio que hemos tenido que hacer. Igual nos pasamos una semana en Albarracín de casa rural, aunque al final donde estés te da más igual, ya que lo importante es estar juntos, solos y disfrutar el uno del otro", afirman. Aún así, nos aseguran que más adelante la retomarán, ya que le tienen muchas ganas al crucero por las Islas Griegas que habían planificado.  

Agradecidos a los proveedores

La pareja se muestra muy contenta con el trato recibido por parte de los proveedores. "Todos han colaborado muchísimo y la relación ha sido muy buena". Raquel quiere hacer una mención especial para Marta, de la empresa Atmósfera Eventos. "Con ella todo ha sido mucho más fácil. Cuando tenía alguna duda lo hablaba con ella y me lo solucionaba todo”. Asimismo, también está muy agradecida al fotógrafo profesional contratado, Foto Enlaces, y a la tienda de novias donde encargó su vestido. "Al principio era el único miedo que tenía, ya que no sabía si me podría casar con mi vestido de novia o con uno que tuviera en casa. Pero cuando al poco tiempo de la desescalada abrieron las tiendas, pude hablar con las chicas y en una semana me lo arreglaron y ajustaron". 

Medidas especiales para garantizar la seguridad

Por supuesto, la boda de Raquel y Carlos ha contado con las pertinentes medidas de seguridad e higiene. Por ejemplo, el uso de las mascarillas, que "fueron un complemento más para la ocasión", según sus propias palabras, y la separación entre mesas estipulada. "Solo han asistido 40 personas al banquete. Los del restaurante han tenido que hacer un esfuerzo extra de planificación para informarse bien de las medidas y luego poder desarrollarlas", comentan. Además, el candy bar lo han sustituido por unas galletitas personalizadas que han dejado en cada asiento y el cóctel, en lugar de ser de pie, ha sido sentados, por lo que han tenido que adaptar la distribución del menú. Tampoco han escatimado en otras medidas que han considerado oportunas con el objetivo de minimizar riesgos. "Hemos evitado el papel. Y hemos hecho un código QR para la boda con un único cartel para que a los invitados les aparecieran las minutas de la boda con la comida, un recordatorio sobre la distancia interpersonal, el hecho de que debían utilizar la mascarilla, que no podían estar en grupos de más de 10 personas…", afirman. Contar con buenos ayudantes, implicados y empáticos, ha sido clave. "Han salido cosas muy originales. Nos hemos readaptado enseguida unos y otros. Así que las cosas, aunque algunas se han hecho de forma diferente, han podido estar igualmente y eso es lo importante. Yo creo que ha sido una boda muy completa", señala Raquel.

Un mensaje de optimismo para el resto de parejas

Raquel y Carlos tienen claro que el amor todo lo puede y que, a pesar de la COVID-19, la vida sigue y hay que celebrar el amor todos los días. Por ello no han dudado en lanzar un mensaje de ánimo para todas las parejas que celebrarán su enlace en breve. "Hay que adaptarse a las nuevas circunstancias. Ahora tenemos esta, pero mañana puede surgir otra y pasado otra. Entonces si tienen ilusión y ganas de casarse, ¡adelante! Siempre, sobre todo, siguiendo las medidas estipuladas por el Gobierno para que todo vaya bien y se aseguren que estarán todos sanos. Que no tengan ningún miedo". ¡Muchas felicidades a ambos! 

Francisco y Suzane, a las puertas del gran día

Francisco y Suzane tampoco han tenido que cambiar su fecha inicial. Tras casi diez años de relación y un hijo en común, su enlace tendrá lugar el próximo 19 de junio en el ayuntamiento de La Muela, un pequeño pueblo al lado de la ciudad de Zaragoza. Los protagonistas de esta historia nos cuentan cómo han vivido estos meses de incertidumbre y cómo será su día B cuando, por fin, puedan vestirse de novios y darse el "sí, quiero" acompañados de sus seres queridos. "Durante este tiempo he estado en contacto con el ayuntamiento y con el chico del grupo La Bastilla del que forma parte nuestro restaurante para asegurarme de que todo salía adelante. Los primeros no nos pusieron ninguna pega y nos aseguraron que, aunque fuésemos nosotros dos solos, lo que es casarnos podríamos hacerlo", explica Suzane. En cuanto al restaurante, prefirieron trazar un plan B por si finalmente no estaba abierto. "Les pedí que, cuando la agenda para el próximo año estuviera abierta, me avisaran para poder coger otra fecha. Así, reservamos para el 18 de junio de 2021, aunque la cancelamos hace pocos días". 

Una boda sin muchas modificaciones

Como su enlace ya de por sí era íntimo, con 23 invitados en total, este zaragozano y esta brasileña no tienen que hacer grandes cambios en sus planes nupciales, pues en su caso el aforo ya era limitado. El principal serán, seguramente, las medidas de seguridad e higiene de carácter obligatorio, aunque todavía están a la espera de que el ayuntamiento y el lugar del banquete, el Restaurante Gayarre, puedan concretárselas mejor. "Aunque sea un poco incómodo, lo que tengo claro es que para mi álbum me hace ilusión tener una foto en broma con toda la gente con la mascarilla puesta. Así podré recordar dentro de algunos años que fuimos unos novios atrevidos en seguir adelante en pleno confinamiento", nos cuenta la novia. 

¿Cómo ha sido continuar con los preparativos en plena pandemia? "Como tuve un accidente laboral y me tuvieron que operar de la rodilla, mi intención era aprovechar al máximo el tiempo que estuviera de baja para poder adelantar el mayor número de cosas posibles y así no tener que correr después. Aunque luego he tenido que terminar corriendo pero por otras circunstancias, por el confinamiento", afirma Suzane entre risas. De hecho, solo han tenido que realizar pequeños cambios, como la hora de la prueba del maquillaje y del peinado de novia, y terminar de quedar con los proveedores para dejarlo todo listo. Por suerte, no habían contratado todavía el viaje de novios a causa de la lesión de Suzane, aunque sí tienen algunas ideas en mente. Finalmente, y por el momento, han decidido que si la situación lo permite se irán a alguna playa cerca de su casa y, más adelante, ya retomarán el gran viaje. 

Lo más importante: ¡abrazar a los suyos! 

La cita contará con momentos inolvidables para siempre que serán inmortalizados por Lovedreams, proveedor con el que se muestran muy contentos y satisfechos. Y algunos de estos momentos los protagonizarán sus familiares, aquellos con los que desean compartir la celebración. "Será un día muy especial y no me gustaba la idea de no poder dar besos ni abrazos. Por suerte, como mi boda es muy pequeña y todos somos familia y ya nos hemos visto, no tendremos ese problema", comenta Suzane. Asimismo, también tienen un mensaje de apoyo y optimismo para todas aquellas parejas que están pasando por lo mismo. "Que sigan con sus proyectos, porque todo sigue. Si toda la gente viviera del miedo, no podríamos salir ni a la calle", concluye Francisco. ¡Vivan las bodas! Les deseamos toda la felicidad del mundo.

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