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Bodas

La boda de Rubén y Diana: una pedida mágica en el puente de Brooklyn y un "sí, quiero" a medida

Esta pareja de jóvenes se conoció en Albacete, cuando ambos estudiaban. Sin saberlo, Rubén y Diana compartían un par de amistades... grata coincidencia que, al poco tiempo, les acabaría uniendo. Tras 8 años, los enamorados se daban el "¡sí, quiero!".

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Recuerdos de Papel

Rubén y Diana coincidieron cuando ambos disfrutaban de esos años inolvidables que brinda la época universitaria. Albacete fue la ciudad que vio crecer su amor... aquel escenario que les sirvió para darse cuenta que tenían amistades en común. ¿Casualidad o quizá su destino estaba escrito? Tras coincidir varias veces, poco a poco fueron entablando conversación, una bonita relación de amigos y, así, hasta que ambos tomaron conciencia: su complicidad iba mucho más allá que cualquier amistad.

Mágica pedida desde el puente de Brooklyn

Tras 8 años juntos, fue Rubén el que dio el gran paso de pedir matrimonio a quien ya se había convertido en el auténtico amor de su vida. Y la pedida no pudo ser más emotiva y especial...

Aprovechando un viaje a Nueva York, el joven se sinceró a Diana ante el mismísimo puente de Brooklyn. Romántico e inolvidable; así fue ese momento que, indudablemente, acabó con un gran "¡sí!" como respuesta. ¡Absoluta magia!

Un "sí, quiero" rústico chic

Rubén y Diana escogieron la localidad del Tomelloso (Ciudad Real) para celebrar su romántico enlace. Concretamente, decidieron vivir su ceremonia en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de la ciudad y el banquete nupcial, así como la posterior fiesta postboda, en el fantástico enclave ofrecido por Salones Mabel de Tomelloso.

Siguiendo una línea de estilo clásico y mezclando la misma con pinceladas de esencia rústica, los novios lograron vestir su "sí, quiero" bajo una decoración rústico chic impecable. No faltaron detalles en tonos nude y blanco, pequeños elementos handmade y un grandes lámparas de cristal que brindaron un toque de exquisitez único al lugar.

Entre baile y baile, y tras haber vivido un día mágico, novios e invitados pudieron disfrutar del sinfín de dulces del candy bar, así como de perritos calientes que pusieron el broche de oro a una noche enérgica, divertida y, en definitiva, ¡inolvidable!

¡Radiantes!

Rubén apostó por un fantástico traje militar para el gran día. Por su parte, la novia se decidió por un precioso vestido de Franc Sarabia de mangas, corte en A, escote redondo y detalles de pedrería en la cintura, a juego con unos tacones Lodi. El look lo complementó con un romántico bouquet en tonos morados, blancos y verdes.

El final de un día lleno de magia

Tras el gran día, novios e invitados fueron testigos de momentos inolvidables... instantes llenos de amor y de amistad, que quedaron marcados a fuego en los corazones de los recién casados. Y así como Rubén y Diana y sus más allegados, también tuvo el placer de ser testigo de todo ello el equipo de Recuerdos de Papel. Además, y gracias a su gran trabajo fotográfico, la pareja cuenta para la eternidad con un recuerdo imborrable en forma de un sinfín de imágenes llenas de sentimiento... Fotografías que, hoy, vosotros también podéis disfrutar. ¡No perdáis detalle!

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