Ir al contenido principal
Bodas

Boda grande, boda pequeña: esa es la cuestión

El debate entre tener una boda íntima o una ceremonia por todo lo alto está muy presente en la mayoría de parejas de hoy en día. Ricky Romero nos ofrece su opinión sobre el tema y analiza las ventajas y los inconvenientes de ambas opciones.

Juanfra García Fotografía

En la organización de toda boda, uno de los puntos que normalmente generan más conflicto es el que concierne al número de invitados. Por lo general, el debate está en si queremos una boda íntima o, por el contrario, lo que comúnmente se conoce como bodorrio. Entiéndase esto último como algo no peyorativo, sino como el deseo de compartir ese día con mucha gente.

Boda íntima

Si os decidís por una boda íntima, entre otras cosas, se rebajarán considerablemente los costes de la misma (menos cubiertos, menos gasto) y, como la misma palabra indica, lo íntimo te acerca a los tuyos: podréis dedicaros más a vuestros invitados y os dará tiempo, si así lo queréis, a agradecer uno por uno su presencia en un día de tal importancia. Por el contrario, una boda íntima también implicará menos ayuda económica por parte de los invitados y, con los tiempos que corren, no nos engañemos, toda contribución monetaria o en forma de ajuar para la casa es bien recibida.

Boda a lo grande

iSi optáis por una boda a lo grande todo tenderá a ser más espectacular. El hecho de concentrar a mucha gente un mismo día únicamente para acompañaros ya es todo un logro, una señal de lo mucho que se os quiere y aprecia. Tanto si ponéis número de cuenta como si os decantáis por una lista de boda notaréis la diferencia con respecto a una boda más íntima. Eso sí, con tanta gente os será realmente difícil estar por todo el mundo. Pese a que, ya lo sabéis, ese día estaréis bastante disculpados, siempre es importante mostrarse cercano con vuestros invitados.

Sin embargo, las cosas no son blancas o negras, tenemos los grises. Esto es, una boda a medio camino entre lo pequeño y lo grande. Hay compromisos que son ineludibles, gente a la que hay que invitar sí o sí, aunque el mejor consejo es que en un día tan preponderante como el de vuestra boda os rodeéis de aquellas personas que realmente sean importantes para vosotros.