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Bodas

Mirian y Alex, por Adrian Tomadin

Plasmar de una manera diferente los momentos únicos e inolvidables que se viven en una boda. Con este propósito se presenta Adrian Tomadin ante los novios, fotógrafo argentino afincado en España desde hace diez años.

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Sus reportajes van más allá de la originalidad y la creatividad. Adrian Tomadin rehuye los convencionalismos en favor de un estilo propio que se inspira en el fotoperiodismo de boda.

 

Ésta es la crónica de boda de Mirian y Alex celebrada en el Hotel Palace de Madrid el pasado 13 de febrero. Así es como esta pareja vivió su gran día, y así es como Adrián captó sus emociones.

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Mirian y Alex

 

Después de 5 años juntos, Alex decidió reservar una semana en la mágica ciudad de Estonia, Tallin, para celebrar mi 25 cumpleaños. La noche de mi cumpleaños fuimos a cenar a un auténtico restaurante medieval dónde me pidió que nos casaramos el próximo Febrero en esa misma ciudad. Naturalmente, acepté y a la vuelta de nuestro viaje fuimos a elegir mi precioso anillo de pedida.

 

A pesar de las ganas que teniamos de celebrar nuestra boda en Estonia, parecia demasiado difícil organizar una boda alli sin hablar su lengua. Finalmente decidimos que nos casaríamos en Madrid. Además, decidimos hacer una pequeña ceremonia legal en Londres, donde vivíamos en ese momento.
Para la ceremonia y banquete en Madrid elegimos el Hotel Palace. No solo es uno de los hoteles más conocidos de Madrid, sino que además, es uno de los más reprensentativos de la ciudad y más espectaculares. ¡Sabíamos que casarnos allí sería increíble!

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La ceremonia

 

Lo que más recuerdo de ese día es no poder dejar de sonreir. Por eso, cuando Adrian me pidió que me subiera a la cama y saltara ataviada con mi vestido de novia, no lo dudé ni un momento. Momentos después bajaba por las escaleras con mis damas de honor dirigiéndonos a la sala donde se celebraba la ceremonia y donde todos los invitados nos esperaban.

 

Primero entró Alex acompañado de su madre, que estaba espectacular con la mantilla de madrina, con Aria de Bach como música de fondo. Seguidamente, entraron las niñas repartiendo pétalos. ¡Estaban monísimas vestidas de princesitas! En ese momento empezaron a sonar los primeros acordes del canon de Pachelbel e hicieron su entrada las damas de honor que causaron estragos entre los invitados masculinos por lo espectaculares que estaban.

 

Después entré yo, la Novia, acompañada del padrino. Fue un momento especialmente emotivo para mí, ya que ambos crecimos juntos y para mí siempre ha sido como un hermano.

 

A pesar de estar muy calmada, me emcioné cuando vi a Alex y me dijo casi con lágrimas en los ojos que no podía creerse lo guapísima que estaba. El también estaba muy emocionado.

 

La ceremonia bilingüe fue preciosa gracias a la lectura de El Principito por parte de Elena, en español y Marcus, en inglés. Ambas lecturas, le dieron un toque muy especial a la ceremonia. Después, pasamos a hacer nuestros votos en ingles y español en los que prometíamos hacer feliz el uno al otro 'completamente y para siempre'.

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El Banquete

 

A cada mesa le dimos el nombre de un monumento de Madrid o de Londres. Marcus hizo estupendos dibujos de los monumentos a acuarela y se pusieron en las mesas para que los invitados supieran donde sentarse.

 

A la entrada incluimos un maniquí que encontramos en el mercadillo de Portobello de Londres, con el nombre de cada invitado atados con lazos. Después del cocktail cada invitado encontró su nombre y se dirigió a la mesa indicada.

 

En cada mesa incluímos traditionales 'crackers' con poemas de amor de un poeta inglés o español, y un abalorio dorado para poner en las copas de vino.

 

Todos los invitados disfrutaron de la comida, incluyendo una deliciosa sopa de bogavante y un plato de diferentes quesos con uvas y crackers inglesas de postre. Al final de la comida, se hicieron los tradicionales discursos en los que el novio agradeció, entre otros, a las dos mamás su ayuda con un ramo de flores.

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El Baile

Alex y yo abrimos la fiesta con nuestro primer baile, At Last de Etta James. Elegimos esta canción porque la letra refleja como nos sentíamos. Después, el resto de invitados se unió a nosotros en la pista de baile. Una fantástica banda de jazz tocó durante dos horas, seguida por un DJ que consiguió animar al resto de invitados a bailar durante el resto de la noche.

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* Crónica de Boda cedida por Adrian Tomadin, Fotógrafía y Vídeo Profesional

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