La guerra civil hizo mella en este municipio que, a día de hoy, aún alberga en su interior restos de esta contienda. La conocida batalla de Brunete significó un antes y un después para esta población, donde ahora no solo podréis disfrutar del aire limpio que la rodea, también de la marcada historia sobre la que se alzan sus cimientos. Aún es posible encontrar algún búnker de la época, o tropezar con algún otro legado de las disputas que se reprodujeron en sus calles.
Sin embargo, lejos de restar belleza a esta localidad, su pasado añade valor a su lista de atractivos, consiguiendo convertir este lugar en una visita obligada a escasos kilómetros de la majestuosa ciudad de Madrid. La herencia herreriana de sus orígenes impregna su arte y su arquitectura, convirtiendo la pureza y la austeridad en estandartes de su cultura.
Asimismo, sus grandes ocupaciones, la agricultura y la ganadería, son también parte de la identidad de este pueblo e impregnan todas sus expresiones. Debido a esta tradición, sus fincas cuentan con un marcado carácter campestre que enamora por sus aires bucólicos y la calma que se desprende de su entorno. Paisajes de inmensidad inimaginable envuelven edificaciones rodeadas del verde de sus jardines y el juego de colores dorados y ocres que caracteriza sus campos.
Lejos de su núcleo urbano podréis descubrir enclaves perdidos junto a la ribera de los arroyos que atraviesan sus tierras aguardando para ser escogidos como testimonios de un momento tan especial como el de vuestro Sí, quiero.