Así empezó todo- Christian y Verónica

Cómo nos conocimos

Intercambiamos una mirada en el aeropuerto de Barcelona pero no nos hablamos. Íbamos a en grupos diferentes a hacer diferentes viajes: él iba a Bali con un grupo de amigos y yo iba a Australia con mi mejor amiga. Tomamos el mismo vuelo a Dubai pero no lo sabíamos y no nos vimos en el avión. Finalmente nos encontramos en el aeropuerto de Dubai, donde ambos teníamos muy poco tiempo para coger los vuelos de conexión. Me miró, devorándome con su mirada y decidí hablar con él. Intercambiamos números y dijimos que teníamos que encontrarnos después de nuestros viajes. Nos enviamos mensajes de texto todos los días durante todo nuestro viaje. Regresé de Australia antes que él, pero cuando él regresó de Bali, estaba allí en el aeropuerto esperándolo.
Cómo se declaró
Fuimos de viaje a India, fue un gran desafío para mí porque era mi primera vez como mochilera, pero realmente quería hacerlo y sabía que no había mejor compañero que él para hacerlo. Fue una experiencia increíble, dormimos en trenes con camas e incluso autobuses con camas, visitamos la mitad de la India y al final llegamos a nuestro último destino, la hermosa ciudad de Agra. Ambos sabíamos que teníamos que ver el Taj Mahal y estábamos ansiosos por verlo, pero fue aún más impresionante de lo que pensábamos. Se me puso la piel de gallina solo por su belleza y realmente me conmovió. El día se volvió aún más perfecto cuando, Christian, sin previo aviso, puso su rodilla en el suelo y me preguntó si quería convertirme en su esposa. No tenía dudas al respecto, pero era difícil creer que realmente estuviera sucediendo. Le dije que sí, y mucha gente nos rodeó con alegría y comenzó a pedirnos fotos. Fue pura magia. Además, tuvo que encontrar un anillo durante nuestro viaje ya que no tuvo tiempo de comprar uno antes, y estábamos juntos las 24 horas, los 7 días de la semana, por lo que el único momento que tuvo fue en un pequeño pueblo en Goa llamado Agonda, en el sur de India, cuando fue a lavar la ropa. Entró en una pequeña tienda donde vendían joyas de plata, compró un anillo que le gustó y regresó a la habitación unos minutos más tarde, ¡y sí, con la lavadora puesta también!