El sitio es precioso y tanto nosotros como los invitados nos quedamos enamorados del recinto y del hotel. Agradecerle asimismo a Marta del recinto toda la ayuda que nos prestó para que nuestra boda fuera tan bonita.

Nos casamos el sábado 24 de agosto a las 13:00 horas, éramos unos 80 invitados, de los cuales había unos 13 niños/bebés. Podría decir que no tengo palabras, pero sí que las tengo, primero de agradecimiento a los dueños, Manuel y Clemencia, a Mireya que desde el primer momento ha sido muy atenta, siempre respondiendo a mis dudas y dándome ideas, y a Antonio y Mari, que nos ayudaron en todo momento y nos facilitaron todo lo que necesitamos. El sitio no es que esté bien, ni genial, es lo siguiente a todo eso, perfecto se quedaría corto. Estuvimos desde el viernes por la noche junto con un grupo de amigos, como en familia, además de que la posada es preciosa y está todo cuidado y decorado al detalle, la finca en sí es grande pero no enorme, se podría decir que es un sitio acogedor, aunque esté al aire libre. Pudimos usar todas las estancias sin problema, el jardín es precioso, muy cuidado. Celebramos el banquete y baile en el cenador que hay en una esquina, desde donde se ve toda la finca por lo que estuvimos todo el rato viendo a todo el mundo, estuvieran donde estuvieran, sobre todo a los niños que después de comer tardaron nada en meterse en la piscina, y algunos mayores también. Decoramos la finca como quisimos nosotros, estuvimos hasta que el cuerpo aguantó el sábado, todo fueron facilidades a la hora de entrar el viernes, fuimos llegamos a goteo durante toda la tarde, y no nos presionaron a la hora de dejar el alojamiento el domingo, y además el tiempo acompañó, así que pudimos aprovechar todo lo que ofrece el Palacio, el jardín, el cenador, la piscina y la posada. En resumen, no pudimos haber elegido mejor lugar para celebrar nuestra boda.

Hacer en esta finca nuestra boda fue todo un acierto. No sólo el sitio es espectacular sino que pudimos hacer la boda a nuestra medida sin ningún tipo de inconveniente. Nos dieron todas las facilidades y eso se agradece porque a veces cuando dices la palabra boda no todo el mundo es profesional.

Decimos hacerlo en el Palacio porque desde el primer momento que lo vimos nos enamoró. Marta, que fue con la que hicimos toda la gestión y siempre estuvo pendiente, se portó genial, nos dejó que me hicieran mi cuento poniendo luces por todo el pasillo del jardín, nos ayudó gestionando cosas y aconsejándonos. Camino y Ainhoa también un encanto, tanto el día antes como el día del evento, nos estuvieron ayudando en todo momento. Por eso gracias por dejar que fuera mi día, nuestro día de mis sueños.

Esta finca es maravillosa, tiene decenas de rincones para hacer fotos. Muchos árboles preciosos. El Palacio de piedra y madera te hace viajar en el tiempo. Sus habitaciones con baños dorados y esas camas auténticas de hace 4 siglos, te sientes como una verdadera reina de otro tiempo.
Ainhoa nos hizo sentir como si fuera nuestra casa, a nuestra disposición todo el rato, muy simpática y agradable. Una todoterreno, lo mismo te barre el jardín, que te hace el check in o te prepara el desayuno, maravillosa.
Tanto Marta, de dirección, como María, con quien tratamos todos los temas desde los inicios de esta aventura han estado a la altura. Nos han permitido hacer todo lo que habíamos imaginado. La nuestra era una boda medieval y requería mucho tiempo para poder decorarlo todo, no nos pusieron ninguna traba y pudimos comenzar un par de días antes del evento. Elegiríamos este lugar de nuevo sin dudarlo ni un momento.

Sitio mágico, con gente muy especial. Te hacen sentir como que estuvieras en tu propia casa y no te niegan ayuda en ningún momento. Un sitio espectacular tanto para celebrar una boda, como para pasar un fin de semana inolvidable.

Gracias por hacer de nuestra boda un fin de semana perfecto. Gracias a Marta y a María por su facilidad y su trabajo. Son un encanto. Un sitio único e increíble, estuvimos como en casa.

Nos casamos este año y fue inolvidable. Tanto las facilidades, como la atención, y sobre todo el lugar, que es espectacular. Gracias a Mireia, Manolo, Clemencia y Antonio por el trato. La gente quedó encantada y nosotros también. Se lo recomendaré a todo el mundo que esté pensando en casarse.