Realizamos nuestra boda en la finca la Era del Rey.

Lo primero de todo indicar que la finca es espectacular, tienen unos jardines y unos espacios muy bonitos para celebrar un evento de estas características, y su dueña la decora con mucho gusto. La verdad es que en este sentido hay que agradecerle el trabajo a Gracia, porque estaba preciosa el día de la boda.

Ahora bien, igual que comentamos esta parte buena, por otro lado, la dueña deja muchísimo que desear. Tiene una capacidad de adaptación y flexibilidad nula.
Por un lado, contratos infinitos, te hace firmar que tengas que cumplir la ley de ruido durante el baile (cosa imposible de cumplir por la noche, entiendo que si tienes una licencia para celebrar bodas no haya que firmar esas cláusula). Al catering le obliga a poner vasos de plástico en vez de cristal durante el cóctel y barra libre, no se puede ser más cutre aunque por suerte, el catering no lo cumplió, y puso vasos normales. Contratamos unos espacios con jardines y además tuvimos que añadir una carpa porque daban previsión de lluvia, la cual tuvimos que pagar a parte por supuesto, porque aunque cuando vas a visitar la finca te dicen que hay opción si llueve, la opción en nuestro caso era meternos en una sala en la que ni si quiera cabían todos los invitados. A pesar de poner la carpa encima del jardín, precisamente para que la gente no se mojase, les dijo a los del catering que no se podían poner las mesas del cóctel en esa zona porque se estropeaba el cesped. Menos mal que los del catering respondieron adecuadamente y pusieron las mesas debajo de la carpa, como debía ser.
Se trata de una finca muy cara a mí juicio: ni siquiera tiene luz, el generador va aparte, la ceremonia aparte, cada hora a partir de las 22h se paga a un precio elevado (la única deferencia que tuvo fue quitarnos 1h)... está claro que el objetivo de G. es sacar la máxima rentabilidad posible y no dar nada a cambio. Por supuesto que nosotros asumimos ese precio, pero no deja de parecerme desproporcionado y me esperaba más de la dueña al preparar un evento de estas características. Quiere sacar dinero de este tipo de eventos, pero no va a dar nada de su parte y va a poner unas cláusulas de contratos tanto para los novios, dj, catering, para ella tener asegurado que no se estropea lo más mínimo la finca. Yo entiendo que es su finca y que debe cuidarla, pero si no quieres que haya vasos de cristal o que no se pise el césped, no la alquiles para bodas.
Durante la boda estuvo merodeando y haciendo comentarios a los invitados, y nos llegaron numerosas quejas de las discusiones que estaba teniendo con el catering y el dj, los cuales, menos mal, respondieron adecuadamente y permitieron que la boda saliese bien. Con el DJ se portó especialmente mal, le hizo firmar un contrato de que tenía que recoger todo en media hora y si no lo cumplía pagar una fianza de 200 euros. Tuvo que volver al día siguiente a recoger cosas que no le había dado tiempo a coger. Además, había montado el escenario fuera con todos los aparatos y cuando empezó a llover, no es que no le ayudase a recoger las cosas y meterlas dentro, si no que encima le puso pegas e impedimentos.

Y cuando crees que no te puede sorprender más... va y cierra los baños a los cerca de 100 invitados que aún quedaban al finalizar la boda. Teníamos contratado hasta las 2 am y yo entiendo que hasta esa hora podemos bailar, sin embargo, ella entiende que a esa hora cierra las puertas de la finca y fue su particular manera de echar a la gente lo antes posible. Nos pareció un gesto feísimo, pero a la altura de la dueña de esta finca. Posteriomente, se lo comentamos y nos dijo que ella sabía que era un gesto feo, pero que nos había avisado a las 1:45 y como la finca estaba contratada hasta las 2, ella entendía que nos había dado la suficiente flexibilidad.
Además, nos echó en cara que se había enterado de que terminábamos la boda a las 2 am de casualidad. Efectivamente, 3 días antes de la boda no sabía ni a qué hora terminábamos ni cuánta gente venía, cuando le habíamos comentado todo meses antes. Y si no lo sabe, entiendo que es su trabajo interesarse en conocer las condiciones del evento que va a realizar. Un desastre.
También al manifestarle nuestras quejas nos echó en cara que nos había dejado 2 habitaciones para cambiarnos en la finca y, palabras textuales, "que nos podía haber dicho que nos fuéramos a cambiar a nuestra casa". Cero capacidad de crítica. Cuando varios invitados, el DJ, el catering y nosotros tuvimos problemas con ella, igual debería plantearse que algo no está haciendo bien, en lugar de responder de esas maneras.

En definitiva, aunque la finca merezca muchísimo la pena y esté muy cuidada, no la recomiendo por G., la dueña de la finca, inflexible, con malas formas y más preocupada de sacar dinero y que no se toque su finca que de que salga bien el evento.

Nos gustó el sitio cuando lo fuimos a ver por primera vez. Tras trasladar nuestros deseos a Gracia, conseguimos llegar a un acuerdo perfecto. El día de la boda, superó incluso nuestras expectativas. Un lugar precioso, con personas que miman al cliente. Y un detalle, nuestro hijo es celíaco y realizaron un menú sin gluten para todos los niños riquísimo.

Hemos quedado totalmente satisfechos y agradecidos por la celebración de nuestra boda en este lugar, es muy diferente a otras fincas en las que he estado. La decoración y organización para ese día es increíble, se nota que la dueña le gusta su trabajo y le pone mucho ilusión y dedicación para que todo este perfecto. Además de ser un sitio muy exclusivo, con huerto, animales, piscina, lago, carpas, casitas de madera.. Ninguno de los invitados había estado allí y para todos fue una muy grata sorpresa, no hemos parado de recibir felicitaciones.

Es un sitio precioso, con varias zonas diferentes. En definitiva, con muchas posibilidades. Son muy flexibles, buen gusto, profesionalidad. Todo muy bien, os lo recomendamos. Muy cerca de Valladolid y de Palencia.

Nuestra boda salió fenomenal, todos los invitados nos felicitaron por lo bien que quedó todo. La finca es preciosa, nos encantaron sus jardines desde el principio. La atención por parte del equipo fue muy profesional. Se amoldaron a nuestras peticiones y todo salio a pedir de boca. Consiguieron que nuestra día se convirtiera en la boda que habíamos soñado.

Nos casamos en julio de 2013 en la Finca Era del Rey y la experiencia no pudo ser mejor. Gracia, la propietaria de la finca, se ocupó de la decoración personalmente y estaba todo precioso. Lo dejé todo en sus manos porque quería que fuera sorpresa, y nos encantó. Las instalaciones son espectaculares y los invitados quedaron encantados. Si me volviera a casar, lo haría otra vez allí sin dudarlo.