La boda de Rubén y Lilian en Fuenlabrada, Madrid

El día de nuestra boda

Fue maravilloso. La noche anterior apenas dormimos por los nervios, estuvimos escribiéndonos hasta las tantas. Por la mañana me desperté temprano, y rápido y corriendo, a la peluquería con mi cuñada. Tardaron más de 2 horas porque tenían a más personas de la cuenta para peinar y maquillar e íbamos contrarreloj. Finalmente, a las 11 y poco terminaron y nos fuimos de la peluquería a casa. Me vestí rápido, haciendo esperar a los fotógrafos para las fotos de la preboda. Me tomaron unas cuantas fotos con el vestido y el velo en el jardín y todo genial, me sentí una modelo posando. Luego, al meterme al coche lo pasé fatal con el vestido y todo... Y yendo a contrarreloj, solo llegamos 10 minutos tarde. De camino al Señorío de Ajuria, me empecé a poner todavía más nerviosa y me puse a llorar de la emoción. Me tuve que beber un chupito antes de hacer la pasarela. Ya me pusieron mi canción de entrada y vi a mi marido tan guapo al final, igual de emocionado que yo. La oficiante que cogimos por recomendación del Señorío (Irati) fue maravillosa y también me hizo llorar de lo emotivo que fue el discurso que nos hizo. Después de la ceremonia vino el cóctel y entre saludo y saludo, ni bebí ni comí prácticamente nada. Y ya luego, vino la comida, todo genial, y la barra libre, donde nos lo pasamos todos genial.