La boda de Roman y Blanca en Suances, Cantabria
En la playa Verano Beige 4 profesionales
R&B
16 Sep, 2023El día de nuestra boda
Qué decir de uno de los días más maravillosos de mi vida…
Todo empezó como debe ser… Con muchos nervios. Me fui a la peluquería y no terminaba de asimilar que era el gran día. El peinado fue precioso pero tardó un poco más de lo esperado y comenzaron las prisas. Rápido pedí que me subiesen el desayuno a la habitación, no quería desmayarme ese día, no soy persona sin un buen desayuno. Y pronto comencé a maquillarme. Estaba nerviosísima y había tomado la decisión de maquillarme yo sola, así que me puse mi música y disfruté el momento en vez de dejarme vencer por los nervios. Al otro lado del baño, en aquella habitación, estaba el novio preparándose y haciéndose esas preciosas fotos.
Qué pintará el novio ahí… Pues resulta que la habitación en la que debía cambiarse fue cancelada por sus padres el día anterior y cambiaron de hotel, cosas que pasan. De todas formas, incluso me gustó saber que estaba cerca de mi. Después, por supuesto, se fue y yo pude comenzar con mi sesión de fotos junto a mi precioso vestido y mis damas de honor. Sentí que todo iba muy rápido y no tenía tiempo de conectar con lo que estaba sintiendo en ese momento, pero igualmente fue genial. Yo me sentía preciosa y llena de alegría y, a pesar del calor, mi maquillaje siguió ahí.
Seguir leyendo »Las vistas desde la ventana del hotel eran preciosas, un inmenso mar azul… Y las fotos quedaron de ensueño. Tuvimos mucha suerte con nuestros cámaras y fotógrafa, la verdad. Yo quizá debí haber ensayado algunas poses, ya que me suelo sentir incómoda, pero me ayudaron un montón.
Después subí a la azotea del hotel con mi altavoz con nuestra canción preparada para nuestro momento especial, el first look. Como no podía ser de otra forma, fue un momento muy emotivo. Me encantó poder reunirme otra vez con él y de repente sentí calma. Ya las lagrimas comenzaban a arruinar mi maquillaje, pero ese momento valía todo. Fue realmente bonito, una conexión brutal.
Mi padre quedó maravillado conmigo y el pobre se pinchó con un alfiler rezagado que había quedado en el vestido. Recuerdo que en ese momento yo estaba atacada, pero a la vez me sentía muy bien. En el coche me comían los nervios, agarraba la mano de mi padre con tanta fuerza…
Cuando sonó mi canción, llegó el momento de la gran entrada y yo me tuve que detener porque no podía contener las lágrimas. Ese paseíllo tan corto en ese lugar tan idílico realmente lo disfruté. Comenzaba a ver las primeras miradas, mientras al fondo veía su cara con tanta emoción… Un momento muy especial.
Al llegar casi le doy un beso, y él me recordó que aún no se podía, fue un momento bastante gracioso, ahí ya me relajé. Así que me fundí con él en un abrazo.
Llegaba el momento votos, y el micro no funcionaba. Después lo agradecí, porque realmente todos nos escucharon sin problema y hubiese quedado feo en las fotos. No se porqué, pero sentí que todo iba pasando como tenía que pasar, una sensación muy agradable.
Nuestros votos fueron preciosos, nos íbamos intercambiando el pañuelo para secarnos las lágrimas.
Agradecí mucho el clima, estaba ligeramente nublado y estaba precioso. Lo que permitió que no hiciese mucho calor y la lluvia nos respetó. Era mi mayor miedo, que lloviese y me quedase sin disfrutar de ese lugar tan idílico. Por cierto, la decoración fue exactamente como lo había soñado, me sentí tan feliz y aliviada cuando lo ví… Es inexplicable. Superar mis expectativas no era algo fácil. De verdad que estaba precioso, todo un acierto haber elegido El Torco, en Suances, para este momento tan especial.
Nuestros familiares también intervinieron en la ceremonia y estuvo todo muy equilibrado. Me encantó que fuimos nosotros mismos y se creó un ambiente muy distendido, con mucha naturalidad, fue nuestro momento y estoy segura de que conectamos también con todos los que estaban allí. Me sentí muy cómoda durante la ceremonia, la verdad.
Como dato curioso, mi cola siempre estaba enredándose y mi hermana cada dos por tres se encargaba de colocarla. Por supuesto, me llevé a casa medio césped del lugar (para mi desgracia lo habían cortado hacía poco).
Pudimos hacernos fotos con amigos y familiares y tener nuestro primer contacto con ellos. Fue todo genial.
Después tuvimos nuestra propia sesión de fotos y la disfrutamos un montón, quedaron unas fotos y videos superbonitos.
No me lo podía creer, ya estábamos casados. Me sentía tan bien que es indescriptible.
En la llegada al cóctel pude sentir cómo la felicidad inundaba el ambiente, realmente nos sentíamos muy agradecidos de poder estar con todos nuestros amigos y familiares. Entramos con una canción de La La Land, mi peli favorita, y cómo lo disfrutamos… Incluso me cogió y me dio vueltas en el aire. Sentí que volaba…
¡La comida estaba buenísima! Del jamón ya se veía el hueso, sin duda, triunfó. Y los canapés, croquetas y entrantes en general estaban deliciosos.
Las mesas estaban preciosas, Jenny del restaurante El Caserío se encargó de todo y lo dejó tal cual lo había pedido, una maravilla. Me sentí tan bien cuando lo vi… Qué lugar tan bonito. Tanto tiempo sin saber cómo quedaría todo hasta llegar el día… Qué sensación tan buena el ver que todo lo que había soñado se hacía realidad.
La comida, por supuesto, estaba buenísima, ensalada de bacalao y langostinos con salsa de mango y alioli para empezar, y de segundo, a elegir entre rape a la americana y solomillo con salsas. Todo el mundo quedó saciado y muy contento con la comida. También los celíacos y vegetarianos quedaron muy contentos.
La tarta de postre, deliciosa, y aparte cogimos una para el corte y dejarla después a modo recena junto a la mesa dulce. Todo un acierto.
Además de dejar en el plato los marcasitios con llavero, repartimos unos imanes abridor en madera por cada pareja o familia. E hicimos un regalo más especial para aquellas personas más importantes como madres, abuela, hermana, dama de honor… Fue un marco con un mini ramo dentro y una dedicatoria que preparé yo.
Hicimos el juego de los zapatos y no solo nosotros lo disfrutamos mucho, la gente también, se notaba que no apartaban la mirada, fue muy divertido.
Después, para que la gente fuese calentando, les hicimos bailar. En el seating plan pusimos a cada mesa el nombre de una película y pedimos al DJ poner cachos de la banda sonora de cada una de ellas a modo concurso, la gente debía levantarse y ponerse a bailar cuando sonase su canción. Al final decidimos que todas las mesas eran ganadoras. Otro acierto absoluto, lo pasaron muy bien y se fueron soltando.
Habíamos comido en la terraza con unas impresionantes vistas al mar, así que era hora de entrar para continuar con la celebración.
He de decir que sí que nos llovió el algún momento durante el banquete, pero estábamos cubiertos, así que agradecida igualmente.
Ya dentro hicimos una actuación. Yo canté “Stand by me”, mientras mi marido tocaba el saxofón. Y después le sorprendí cantando “Disfruto” de Carla Morrison. Ese momento fue realmente mágico, todos se callaron y sentí que estábamos solo nosotros dos. Es una canción preciosa… Él se emocionó y yo me sentí mucho mejor de lo que esperaba, ya que creí que estaría más nerviosa, pero mirándole a los ojos… De verdad sentí que estábamos solos. Me alegro mucho de haberlo hecho.
Como yo tenía un ramo preservado que guardé para mí, decidí tirar para las solteras una liga y para los solteros otra. Fue un momento muy gracioso, ya que mientras ellas casi se peleaban, ellos ni se movían. Lo mejor de todo fue que una pareja amigos de mi marido, tanto ella como él fueron quienes cogieron la liga. ¿Se huele a próxima boda? Espero que sí.
Nuestros familiares nos prepararon un video sorpresa con fotos antiguas y videos suyos dándonos mucho cariño. Simplemente nos encantó.
Tuvimos un momento en el que nos escapamos literalmente corriendo a pillar la puesta de sol, ese momento fue inmejorable, dos novios con los cámaras corriendo como locos para llegar a un buen spot. No exagero si digo que fue la puesta de sol más bonita que he visto en mi vida, unos tonos rosas que parecían de otro planeta. Fuimos muy afortunados. Estoy convencida de que nuestro día fue mágico.
Por fin llegó el momento baile nupcial. Nos lo habíamos preparado mucho, había varios cambios de música y la verdad es que salió bastante bien. No negaré que tuve alguna pequeña equivocación, pero, lo más importante es que lo disfrutamos mucho, la gente se quedó muy impresionada y nosotros realmente lo disfrutamos. Me cambié de ropa, ya que sabía que ni cogiéndome la cola sería capaz de bailar con el vestido y así me quedé, fue algo un poco improvisado, pero iba muy guapa igualmente.
¡Y comenzó la fiesta! Lo pasamos muy bien, en general la gente bailó mucho, pero es cierto que la mitad estaban a ratos fuera, es normal. Al ser una boda pequeña no cubríamos mucho el espacio, pero no fue un inconveniente. Lo único que no me gustó es que el DJ no puso la lista de reproducción que yo le pasé y algunas canciones no me gustaban, en concreto, tuvo el valor de ponerme al artista que más odio, Bad Bunny, horror… Pero bueno, en ese momento solo piensas en disfrutar y punto. En general lo pasamos todos bastante bien, una buena fiesta. También le hice con mis chicas un baile sorpresa a mi marido a lo Beyoncé y fue bastante bien (él, sin duda, lo disfrutó), incluso se nos coló mi primo y fue muy gracioso.
Recuerdo un momento en que una araña corría por el pelo de mi madre, cosas que pasan… Yo, por supuesto, me alejé gritando.
Prácticamente todos firmaron en nuestro libro de firmas y pegaron una foto que se hicieron con la Polaroid. Fue otro gran acierto el comprarla. Tenía miedo por no haber contratado un fotomatón, pero la verdad es que todos se hicieron fotos con la que compramos nosotros. Cogimos la Snap, cuyo papel fotográfico tiene una parte trasera que se puede quitar y se queda a modo pegatina para colocar la foto directamente en el libro. Nos encantó ver todas las dedicatorias, sois muy grandes.
Tuvimos una romántica noche de bodas. Nos dejaron pétalos en la cama y gominolas, todo un detalle. Y al día siguiente ya despertamos como marido y mujer y pudimos disfrutar de un desayuno con unas vistas preciosas en la mejor compañía.
En general, todo salió igual o mejor de lo esperado, nos sentimos muy afortunados. Lo malo… Que dura muy poco, el día se pasa volando y cuando te das cuenta se ha acabado y solo quieres que vuelva a suceder.
Un polvorín de sentimientos se sucedieron al día siguiente… Felices y entusiasmados porque lo disfrutamos muchísimo y prácticamente todo salió perfecto. Además, se nos venían un montón de recuerdos y anécdotas a la cabeza rememorando el día al detalle. Por otro lado, tristeza porque el día que tanto tiempo habíamos preparado ya había terminado.
En definitiva, fue un día que pareció un sueño, tan mágico, tan bonito, tan especial, tantos sentimientos… Estoy tan agradecida de haberlo vivido…
Ahora ese día se queda con nosotros, en nuestra memoria, para siempre, y no podría haber sido mejor.
El amor llegó a nosotros y pudimos compartirlo con todos los allí presentes.
Este ha sido el inicio de una historia sin final.
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