La boda de Raül y Chiara en Barcelona, Barcelona

Nos casamos en la iglesia del sagrado corazón del Tibidabo, en Barcelona, que tiene un trocito de Italia, ya que el fundador era italiano y para mí ha significado muchísimo. Habíamos planeado todo al detalle, pero al final no solo llegué antes de lo previsto, sino que los amigos que llevaban las flores (él era caballero de honor, ella cuidaba de nuestra perrita durante la misa, quedándose fuera con ella) se olvidaron de los pétalos, tuvieron que volver a casa y, por este pequeño accidente, tuvimos que empezar más tarde la ceremonia.

No obstante todos los nervios del momento, la sensación de poder ir hacia mi Raül llevando a mi padre del brazo (el pobre no está bien y no se daba bien cuenta de lo que pasaba, así que lo llevé yo), con mi canción que sonaba de fondo, gracias al cuarteto de arcos... ¡Se me llenan (de nuevo) los ojos de lágrimas solo pensándolo!

Después de las fotos en el parque de atracciones (¡muy entretenidas, con la gente que, justamente, nos miraba raro!) nos fuimos al restaurante y Raül había insistido que quería conducir él nuestro coche y, aunque yo no estuviera muy de acuerdo, le contenté porque, al final, estaba pidiendo muy poco. ¡Y menos mal!

Si me preguntan cuál ha sido el mejor momento del día de mi boda (¡después de la ceremonia!) contesto, sin duda, que ese momento solo para nosotros, después de casarnos, antes de llegar a la fiesta. Ha sido algo tan nuestro, tan sencillo, tan íntimo, que ha sido perfecto.

La fiesta fue perfectamente. Ca n'illa ha sido la mejor elección que podíamos hacer: ¡cada detalle como lo habíamos planeado, todo el mundo feliz y nosotros perdidos entre besos, abrazos y bailes! Habríamos necesitado unas cuantas horas más para poder hacer todo lo que habíamos planeado, pero, al final, logramos hacer todo lo más importante que queríamos hacer.

Hicimos unos discursos de agradecimiento de mesa por mesa, de uno en uno, porque queríamos dejar algo de más personal y directo de los agradecimientos tradicionales... Hicimos llorar varias personas, así que... ¡Misión cumplida!

Luego hicimos un mini flashmob de todas las chicas para bailar un baile Bollywood a Raül: ¡no salió perfecto, pero salió increíble igualmente!

Las entregas las hicimos a nuestra manera, sin canciones y atención de todo el mundo, sino a lo largo de la cena, porque hicimos muchas entregas más de las tradicionales.

Todo el amor y el cariño que hemos recibido para nuestra boda, queríamos ponerlo de nuevo en círculo y siendo yo superdetallista normalmente... ¡Os podéis imaginar en el día más importante de mi vida!

Fue un día increíble, uno de esos días que, por cuanto lo esperes, lo planees y lo sueñes... De una manera o de la otra, siempre saldrá diferente respecto a lo que habías pensado... Y, en mi caso, ¡fue también mejor que mis expectativas!