La boda de Marc y Meritxell en Sant Fost De Campsentelles, Barcelona
Vintage Verano Morado 9 profesionales
M&M
07 Oct, 2017El día de nuestra boda
¿Se puede volver atrás y repetir? ¡Por favor! No hago más que repetirme esas palabras cada vez que recuerdo el día de nuestra boda. Fue todo tan perfecto y mágico que resulta complicado describirlo con palabras. Yo siempre quise casarme pero ni en mis mejores sueños se parecía.
El día empezó bastante relajado, no teníamos nada pendiente que hacer salvo prepararnos y teniendo en cuenta que era de tarde, íbamos con tiempo. Yo desperté en casa de mis padres y fui a mi peluquería de siempre para mi peinado. Elegimos poder vestirnos en el restaurante ya que dispone de una suite increíble que reservamos para la noche de bodas y aprovechamos para el reportaje durante la preparación de los novios. La suite tenía dos ambientes y nos vestimos por separado, teníamos claro que no nos podíamos ver.
Mi maquilladora vino al restaurante y pudimos recoger el momento en las fotos, fue muy emocionante saber que en breve empezaría todo. A cada brochazo, mis nervios aumentaban.
Mis damas de honor me ayudaron a vestirme, que bien me vino tenerlas cerca en ese día. Parecía, sólo, una reunión de amigas. Mis padres me ayudaron con las joyas de mi abuela y el retoque final.
Seguir leyendo »Mi futuro marido estaba acompañado de sus padres y hermano, durante todo el rato e intentaba controlar los nervios como podía... Está claro, que los nervios también son protagonistas del día.
La ceremonia la teníamos a penas a unos metros de la suite, así que... Fuimos andando. En ese punto, no nos paramos mucho a pensar.
Él terminó de prepararse antes que yo y fue a recibir a los invitados hasta el momento de su entrada triunfal. En cuanto escuche su canción, entendí que ya llegaba mi momento y... Entonces sí, los nervios se apoderaron de mí. ¡Qué momento!
La ceremonia no fue muy extensa y así lo queríamos. Hubo lágrimas, risas y por fin el beso. Ya estábamos casados y ahora sí... ¡A disfrutar del día! Se acabaron los nervios y disfrutamos de todo: la comida, la música y como no, de la compañía.
Fuimos a hacernos las fotos mientras abrían el pica pica. Nos trajeron cava rosa para nuestro primer brindis en la intimidad y unos bocados increíbles para acompañarlo.
Llegamos en un carrito motorizado y música para reunirnos con todos los invitados en el pica pica. Tuvimos un caricaturista para amenizar el momento y comida exquisita, todo hecho al momento.
Llegó el momento del banquete y a pesar de que todos ya estaban bastante llenos con el generoso pica pica, subimos a sentarnos. La minuta estaba hecha de chocolate blanco y en ella estaba el nombre de cada invitado, el menú del banquete y nuestro maravilloso logo personalizado.
De primero, raviolis de rape bañado con un verdejo (Pecatis tuis), sorbete de Yuzu para el cambio de plato y de segundo, solomillo de ternera, reducción de PX con trinxat de la Cerdanya bañado con vino tinto (celistia).
El restaurante nos obsequió con un espectáculo maravilloso que disfrutamos muchísimo todos, un detalle con muchísimo gusto. No podía ser menos, el Celler de Can Torrens es exquisitez en su máxima expresión.
Luego llegó el momento de la tarta nupcial acompañada de la B.S.O de Armageddon, nuestra elección, y de fuegos artificiales. ¡Otro punto sorpresa para los invitados!
El brindis con los invitados y cava (Signat).
Durante todo el banquete hicimos las entregas y los detalles para los invitados los pusimos en cada sitio de la mesa. Para las mujeres, un perfume y para los hombres, licor. Ambos frascos decorados por mí al estilo vintage.
El equipo de fotógrafo y videógrafos, Waldo produccions, nos prepararos un same date del día que nos emocionó muchísimo, son unos profesionales como la copa de un pino y eso se nota en las fotos y en el vídeo.
Y por útlimo, nuestro baile nupcial, hicimos un mix... Abrimos con Spechless de Michael Jackson y acabamos con Thriller, también de nuestro querido Michael. Un pequeño tributo al Rey.
Con nuestro baile nupcial, arrastramos a todos a la discoteca y... ¡A bailar! Preparamos un fotomatón en la discoteca y nos desmadramos al son de la música.
No cambiaría nada, en todo caso, repetirlo al milímetro, hasta la saciedad y sólo lamento que pasara todo tan rápido...
Os animo a vivir vuestro día al máximo porque de verdad, vives en una nube todo el tiempo.
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