La boda de Marc y Carla en Ripoll, Girona

El día de nuestra boda

Después de muchísimas horas buscando inspiración y contactando con un montón de proveedores, llegaron los meses de los preparativos, dónde invertimos muchas más horas. Hicimos un taller de floristería para aprender a hacer mi ramo de novia y los prendidos, un taller de joyería para hacernos nuestros anillos y los detalles de nuestras madres, un taller de jabones para el detalle a los invitados, etc. También diseñamos las minutas, el cartel de bienvenida y los cartoncitos del bingo. Por si estábamos algo aburridos, también hicimos los centros de flores, los soportes para las velas, bordamos el soporte de los anillos y un sinfín de cosas más.

Nuestra boda tuvo concepto de fin de semana. Así que el viernes ya dormimos en Mas el Mir rodeados de nuestras amistades. ¡Fue una tarde/noche preciosa! Creo que poder alargar el día de la boda es un acierto total.

Sábado por la mañana estuvo inundado de incertidumbre por el tiempo, nervios y alguna que otra lágrima. Una vez empezó la ceremonia, todos nos relajamos y no podíamos parar de sonreír. Fue un día mágico, rodeados de toda nuestra gente. En el aperitivo dejamos un lienzo para que los invitados pudieran pintar/dibujar (tuvo mucho éxito y quedó muy chulo, un bonito recuerdo), también teníamos un fotomatón para que todos tuvieran una tira de fotos (y nosotros un recuerdo con un libro de firmas; un gran acierto, ya que el fotógrafo no llegó a fotografiar a todo el mundo). En los postres, realizamos un bingo, que fue un momento top de la boda. Y en la fiesta, hicimos un córner con gafas de fantasía y brillantes.