La boda de Manuel y Romina en León, León

Salí con mi padre en dirección a la Iglesia de San Marcelo de León en un coche clásico, Citroën C11 Ligero Negro que a Manu y a mí nos pareció elegantísimo. Y fue el coche que luego utilizaríamos nosotros para ir al Banquete.

¡Fue muy emocionante llegar a la iglesia, todo el mundo estaba esperando dentro y cuando enfilé la alfombra roja hacia el altar con la música sonando me temblaba todo. ¡No podía agarrar más fuerte a mi padre! No veía casi a Manu con esa luz de los flashes, pero al llegar a su lado por fin respiré hondo y a partir de ahí empecé a disfrutar muchísimo de todos los momentos. Mi novio estaba guapo a rabiar con un traje negro y debajo camisa blanca y chaleco gris. La corbata, el pañuelo y los botones del chaleco hacían juego en un color azul eléctrico muy elegante. Mi cuñado leyó una monición de entrada preciosa y toda la ceremonia a continuación fue muy emotiva. Nuestras sobrinas que fueron las damas de honor cada poco hacían de las suyas y fue divertido.

¡A partir de aquí, fuera nervios! Después de hacernos unas cuantas fotos llegamos a la Finca La Realeza donde transcurriría el cóctel, el banquete y la recena. Me gustaría contaros que la temática de la boda fue Nueva York, allí es donde fue la pedida de mano en un viaje que habíamos hecho el año anterior, así que lo decoramos todo con muchos detalles:

Compramos una estatua de la Libertad enorme que daba la bienvenida con un cartel que ponía: Cada familia tiene su historia, bienvenidos a la nuestra.

Hicimos un Photocall en el que se veía el puente de Brooklyn (Lugar de la pedida) y nuestro sello de boda impreso en el medio.

Hicimos a mano un attrezzo con cosas americanas como coronas de la Estatua de la libertad, caretas de presidentes americanos, hamburguesas, etc...y compramos manos gigantes de gomaespuma.

Pusimos las letras de LOVE rojas de Nueva York adornando la Candy Bar junto con banderas americanas y otras cosas.

Por último, nos decoraron un seating que quedó chulísimo: sobre la mesa una carretera con un montón de taxis de Nueva York (cada uno, una mesa) y de fondo una foto de la ciudad con las mesas arriba, que eran sitios conocidos de allí. Y colocaron al lado una farola muy grande con los letreros de las calles de Nueva york, para mi genial. Un trabajo muy bueno de nuestra floristería.

Al llegar nos hicimos muchas fotos con todos los invitados junto a las letras de corcho gigantes que compramos para poner al lado de un estanque y no pudimos probar ni un pinchito del coctel así que acabamos muertos de hambre. Pasado todo esto los invitados se sentaron y se proyectó un video en el salón sobre nosotros, con fotos de pequeños y una pequeña entrevista. El video fue obra de El Paraguas Azul de Oviedo, que hay que decir que son unos artistas, y la gente se rio mucho hasta que entramos al banquete con la canción de New York, New York.

Toda la comida estuvo riquísima, incluso mejor que el día de la prueba. Entre plato y plato fuimos entregando regalos a madres, padres, cumpleañeros y para acabar hicimos un baile mezcla de Vals y Rock and Roll que aplaudieron un montón todos. Tuvimos varias horas de bailoteo y la elección del restaurante nos hizo sentir muy orgullosos.

Creo que os he hablado de todo, el día entero fue muy emotivo. Nos alegramos porque fue algo que destacaron nuestros invitados; lloramos mucho, pero reímos más, un recuerdo precioso y la mejor decisión de nuestras vidas.