La boda de Javier y Marina en Madrid, Madrid

El día de nuestra boda

Estuve toda la semana nerviosa por culpa del tiempo. Veía todas las apps del tiempo a cada minuto. Al final parecía que el sábado por la tarde nos iba a respetar. Pues no. Mientras me peinaban y maquillaban, cayó alguna gota, pero pude llegar a la iglesia, y al salir empezó a chispear.

Cuando llegué al sitio de las fotos cayó un tormentón, que estuve 10 min. con velo y cola recogidas bajo una lona, helada de frío. Al final conseguimos hacernos las fotos en el suelo mojado, y la finca me preparo un cañón de calor para secarme el vestido. Al final el cóctel fue dentro, porque estaba todo mojado. Todo esto pinta mal, pero, ¿sabéis qué? ¡Que me reí un montón!

La gente lo entendió todo, yo sufrí por no disfrutar del jardín, pero al llegar nos hicieron un pasillo aún con todo mojado para recibirnos. ¡Fue maravilloso todo! Se me descosió una parte del pecho del vestido, me quité las medias, me quité el cancán… Lo dimos todo. Mis grupos de diferentes amigas se juntaron e interactuaron, nadie me amargó la boda… Y todos los invitados, absolutamente todos nos dijeron que se lo habían pasado genial y que habían cenado fenomenal, y con eso me quedo. Un día mágico, a pesar de los contratiempos.