La boda de Eric y Yolanda en Sentmenat, Barcelona

Primero entraron las damas de honor, mis tres ángeles de Charlie (sí, entraron con la canción de la peli). Luego entraba el novio con su mami al ritmo de AC/DC. Seguidamente entraron amigos nuestros con una tarea muy, muy importante: ¡eran los chicos de las flores! Aquí les dejamos a ellos que escogieran música y forma de hacerlo. Bueno, pues entraron con una canción vikinga (somos un poco frikis también) y después cambiaron a I'm sexy and I know it (brutal). Y luego ya entré yo con mi papi al ritmo de Bryan Adams con una canción de las lentas para compensar un poco (aunque estuve a puntito de entrar con algo más rockero, pero me contuve). Y como no podía ser de otra manera, mi chico se emocionó al verme. Eso fue precioso, ese momento, esos segundos que nos miramos… Fue como si se parara el tiempo.

La ceremonia fue preciosa y después de la sesión de fotos en pareja llegó el momento de entrar en el aperitivo con bengalas de colores en mano, chupas negras y al ritmo de Bon Jovi. ¡Bua, eso fue tremendo! Superimprovisado empezamos a bailar y nos dejamos llevar, increíble. En esta parte dejamos un sobre para cada invitado en el que les agradecíamos de forma personalizada que estuvieran ese día con nosotros. ¡Sí, sí! Uno a uno los escribimos y les dedicamos frases y recuerdos a cada uno. He de decir que éramos unos 65 invitados, no éramos muchos y pudimos dedicar ese tiempo, ¡si no hubiera sido imposible! Pero eso gustó y mucho.

Después llegó el momento de la entrada al banquete; cómo no, ¡entramos con Queen! También fue un momentazo, prácticamente bailamos toda la canción de Don't Stop Me Now. ¡Fue superdivertido!

Preparamos juegos para cada mesa. Ah, y obviamente las mesas tenían nombre de nuestros grupos preferidos y que además, tenían mucha presencia musical en la boda. ¡Un puntazo total! Uno de los juegos era precisamente que sonaría una canción en particular de cada grupo al que representaban y debían bailar y darlo todo. ¡Y la gente cumplió! ¡Ya te digo que si cumplió! Cada mesa se superaba, ¡hasta la conga se formó!

Comimos, que por cierto, la comida era espectacular. ¡A la gente le gustó mucho! Después hicimos las entregas, la liga… Que aquí lo hicimos un poco fuera de lo normal; yo tenía dos ligas e hice que mis dos amigas me la quitaran, eso fue inesperado y a ellas les encantó. Por último, entregamos unas medallas a forma de trofeo a las mesas que lo hicieron mejor (solo teníamos tres tipos: oro, plata y bronce), ojalá hubiéramos comprado más medallas para todos, realmente todos se lo merecían, pero no teníamos más.

Para acabar, ¡momento del baile! Uf, de lo mejor de todo, preparamos un baile lento y después más cañero, esta parte fue la que más gustó.

¡Y listo! Empezó la fiesta, dimos palitos de luz y jeringas con licor para todos.

Realmente en el día hubo muchas cosas, pero se nos pasó volando, va a ser verdad eso que nos decían de: disfruta cada momento, el gran día se prepara durante mucho tiempo, pero luego ese día lo vives en un suspiro, y así fue, pero fue el día más increíble que podíamos haber tenido, ¡repetiría en bucle una y mil veces!

Como consejo a los/as futuros/as novios/as, os diría que os dejarais llevar, disfrutar de cada momento, por muy simple que os parezca, la cosa más tonta como ponerse los zapatos o mirarse al espejo ya es un momento increíblemente mágico, haceros fotos, hablar con la gente, reírse mucho, ¡y sobre todo, entregaros al máximo!

Mucha suerte, aunque de verdad, no os hace falta.

¡Besos!