La boda de David y Esther en Málaga, Málaga
De noche Verano Rosa 2 profesionales
D&E
14 Sep, 2013El día de nuestra boda
¡Nos casamos a las 17:30 horas! ¡Así que la mañana se hizo larga!
La noche previa a la boda no seguimos mucho la tradición, porque dormimos juntos en casa. David salió por la mañana temprano para seguir con sus preparativos en el hotel donde pasaríamos la noche.
Yo me quedé en casa y empezó a llegar gente. Mis padres y una de mis tías, después la peluquera y la maquilladora (Lola y Lynch). La verdad es que la sesión de belleza fue muy distendida, con muy buen ambiente y me dejaron guapísima. Durante este tiempo, llegó mi ¡ramo de novia! ¡Precioso!, acompañado de una nota de mi mejor amiga, que fue quien me lo regaló, ¡y ahí solté mis primeras lagrimitas de emoción!
Sobre las 15:45 horas llegó el fotógrafo, JJ Palacios, estaba peinada y maquillada pero me pidió que no me pusiera el vestido hasta que él llegara para hacerle fotos a éste y a los complementos. ¡Llegó el momento de vestirse! Fue un momento de pequeño estrés, porque en la tienda me dijeron que tenía que ponérmelo por la cabeza y peluquera y maquilladora me decían que por los pies. Así que prepararon cancán y vestido en el suelo, me metí en el hueco del centro y ¡a tirar para arriba! Una vez puesto empecé a notar que algo se enganchaba en las medias y ¡me arañaba las piernas! ¡Tenía el cancán al revés! Solución: con el vestido puesto, sacar el cancán darle la vuelta y volverlo a poner. Yo estaba sufriendo por las arrugas. Finalmente pareció que había quedado bien. Seguimos con las fotos y cuando acabó la sesión, se fueron todos y me quedé con mi padre y también padrino de la boda, que aprovechó para hacer la pregunta obligada a la novia de: ¿estás segura de que quieres casarte?, obviamente le contesté que ¡sí!
Seguir leyendo »Llegó el coche, la verdad es que salí con bastante tiempo de antelación, tanto que, a pesar de parar a hacer tiempo por el camino, ¡llegué a las 17:30 horas en punto y aún estaba todo el mundo fuera de la iglesia! Por lo que David entró prácticamente cuando no había invitados dentro. Yo soy muy puntual, pero para esto merece la pena llegar tarde. ¡No hagáis como yo!
Nos casamos el La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. La entrada fue súper emocionante, vas viendo a los invitados todos pendientes de ti, diciéndote "¡guapa!”. Es increíble. Al final del pasillo, ves al hombre de tu vida, esperándote, sonriéndote con los ojos brillantes. ¡Es difícil que no se te salten las lágrimas! ¡Y yo pisándome el vestido al andar! ¡Está claro que al final algo falló con la puesta! La ceremonia fue muy bonita, participaron varios de nuestros familiares y nuestro sacerdote habló de forma muy cercana y nos dio algunos consejos prácticos de las distintas circunstancias en las que nos puede poner la vida. La salida de la iglesia, ¡espectacular! Nos esperaba un pasillo de sables. Todos expectantes, lluvia de pétalos y arroz. ¡Precioso! Momento de besos, abrazos, no sabes a quien has saludado y a quién no.Mil fotos.
EL convite fue en el El Realengo, dentro del Parque Natural de El Retiro en Churriana, un sitio precioso, con una naturaleza espectacular y una comida de gran calidad. El cóctel fue en el Salón del Lago, bajo una palapa con vistas a todo el parque. La cena en un salón acristalado, también con vistas al lago. Pusimos a las mesas nombres de ciudades en las que habíamos estado y a cada persona un sobre con piezas de un puzzle que tenían que montar por cada mesa, con una foto nuestra en ese lugar, gustó mucho a los invitados. El sobre también tenía una papeleta para un bingo musical que organizamos en la barra libre, con un pequeño listado de canciones y ¡un regalito para el que hiciera bingo con ellas! Destacar el momento baile, lo preparamos con la canción: "When you really love a woman" de Bryan Adams, con una parte de vals; difícil bailar con el vestido de novia y ¡más si te lo vas pisando! Pero bueno, lo hicimos lo mejor que pudimos. Durante la barra libre, todos los invitados estuvieron bailando hasta altas horas de la madrugada.
Algunas cosas salieron de forma distinta o no todo lo bien que hubiésemos querido o nos habían contado que serían, pero lo mejor es no echar cuenta de todo ello, al menos en ese momento.
¡El día completo fue genial!
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