La boda de Angel y Zaira en Marbella, Málaga

El día de nuestra boda

Fue un día de muchos nervios, emociones y un poco de estrés, pero también fue un día precioso y perfecto. En cuanto entré en la finca, todas las emociones se juntaron y solo pensaba en respirar hondo para no llorar antes de llegar al altar. Y llegamos mi padre y yo, y se me paralizó el mundo, tenía ante mí a la persona más bonita del mundo, mi príncipe azul, el hombre más maravillo sobre la faz de la tierra, y ya todo fue felicidad por estar a su lado y convertirme en su esposa. Desde ese momento todo, fueron risas, lágrimas de felicidad y mucha alegría. Bailamos, y comimos muy poco porque las emociones no nos dejaron, pero disfrutamos de cada instante juntos y con los que nos rodeaban.

Yo me sentía una princesa con mi vestido blanco y mi velo turquesa, y él era mi príncipe con su traje azul. Éramos el amor personificado, felices y unidos para siempre por nuestros corazones.

Ha sido el día más bonito y feliz de nuestra vida, y no puedo esperar a seguir disfrutando juntos cada segundo de todo lo que nos queda por vivir.