Una boda diferente
Teníamos pensado hacer una boda poco tradicional en todos los sentidos y buscando por diferentes webs fui a parar con la Masía El Folló. Se lo comenté a mi pareja, echó un vistazo por Internet y decidimos ir a visitarla. Una vez vas a ver el sitio, o te enamora o te espanta, no hay término medio, y en nuestro caso (más en el de mi pareja) encantó. De tal manera que decidimos no ir a visitar ninguno más, fue el primero y el único. Decidimos casarnos allí. Nos casamos en noviembre, el día 10, día de las elecciones generales, que cuando escogimos el día (era el día en que empezamos nuestra relación) ni nos imaginábamos que tendríamos que volver a votar, ¡cuanto menos el día de nuestra boda! Empezábamos mal... A medida que se acercaba el día y mirábamos la predicción del tiempo, lluvia, lluvia y más lluvia, la predicción no salía de ahí. Y aunque te ofrecen el plan B, hacer la ceremonia en el interior ya no es lo mismo, porque entonces se fastidia el factor sorpresa de entrar al restaurante y ver cómo se han organizado todas las mesas, ya que el plan B es en el mismo comedor donde se hace la comida. Nos casamos un domingo, porque como he comentado anteriormente, queríamos que la boda fuese el 10 de noviembre, y este año caía en domingo. Decidimos pasar la noche del sábado en El Folló, ya que al ser noviembre y atardecer pronto, la boda fue por la mañana, a las 13:15h concretamente, y como el día de antes tienes que subirlo todo para montarlo pues ya te quedas por la noche y luego por la mañana vienen la maquilladora y la peluquera y es como más cómodo no tener que moverse del sitio. Decir que la noche la boda no nos quedamos a dormir porque al día siguiente salíamos de viaje de luna de miel, y al ser de mañana la boda, acabamos la fiesta a una hora razonable por la noche. Total, que estuvo toda la noche lloviendo, no lloviendo, diluviando, hasta las 9 de la mañana, cuando nos despertamos, que paró de llover y empezó a amainar la cosa, de tal manera que no podemos decir que pasamos calor, pero salió el sol, solazo, y calentaba bastante. Así que aunque el ambiente estaba fresco porque estaba todo mojado y no olvidemos que estábamos en el Montseny y en noviembre hace fresco, no llegamos a pasar nada de frío. Tanto la ceremonia como el aperitivo fue en el exterior. No soy consenciente de qué tal fue el aperitivo porque el día de la boda en ese momento estás más con los invitados y liada con las fotos que otra cosa, con lo cual no sé ni qué pusieron de aperitivo. De la ceremonia fuimos más conscientes. Comentar que en nuestro caso, como queríamos que oficialmente constase como que nos habíamos casado el 10 de noviembre, vino una concejala del Ayuntamiento de Tagamanent, Raquel, y nos casó de manera legal. Escogimos ceremonia corta, muy corta, cosa que agradecieron los invitados. No duró más de 15 minutos en total, porque fue una boda con pocos invitados y se basó en el momento de salir, que al salir juntas ya es menos tiempo que si una sale primero y luego espera a que la otra salga. Leer solo tuvimos la lectura de uno de mis sobrinos, momento anillos, y firma con los testigos, ya está. Por otra parte, comentar que en el pack ellos tienen un DJ, Xavi, un chaval muy majo con el cual te comunicas a través de mail. Él te pasa como un esquema con los momentos de la boda y tú les dices la canción que quieres que suene en cada momento. Te incluye todo lo que dura la boda, desde la ceremonia, hasta el aperitivo, comida, entrega de regalos, etc, hasta el momento del baile, que son 2h. Si lo quieres alargar pues se cobra aparte. La comida, según los invitados, fue de lo mejor de la boda, aunque hay que decir que no hacen menú especial para niños, así que no esperes encontrar lo típico que si el escalope de pollo con patatas fritas, o los macarrones con tomate. Olvidaos, no vais a tener, van a comer lo mismo que los adultos. Los productos con los que cocinan son de primerísima calidad, la materia prima es buena y eso lo vas a notar en el paladar. Yo no tomo alcohol, pero con la bebida los invitados comentaban lo mismo, es buena. Comentar también que Mercè, que es la dueña y a su vez cocinera de El Folló, estuvo en nuestra boda un rato por la mañana, pero después se fue de viaje, de manera que quien estuvo a cargo de que todo saliese bien fue Clàudia. Fue ella la que se encargó de cocinar junto con Xevi (si mal no recuerdo) y felicitarles una vez más por cómo fue todo, comida y organización. Lo bueno de celebrar la boda en El Folló es que como previamente te invitan a presenciar otras bodas (en nuestro caso estuvimos en 2), te vas familiarizando con todos ellos, de manera que al final, cuando llega la tuya, les tienes confianza. Son como una pequeña familia y muy de estar por casa. Es como que te integran rápido, incluso Jaume, marido de Mercè. ¡Largas conversaciones llegas a tener con él! Creo que ya he comentado todos los pro de escoger casarse en "El Folló", y no quiero dejarme el regalo que te hacen una vez te has casado. Te regalan un curso de cocina allí, que si no te gusta cocinar, como pasa en nuestro caso, disfrutas luego de la comida que previamente han cocinado, y siempre acabas aprendido cosas. Los contra, hay pocos, la verdad. Creo que El Folló en sí no está lo suficientemente aclimatado. Os pongo un ejemplo personal que nos pasó a nosotras. Es una masía antigua de piedra, de manera que en invierno las paredes son muy frías, y nosotras que nos quedamos en la suite nupcial, pasamos frío, pero mucho frío. La calefacción que tienen es central y a las 12h de la noche se para. Esa noche acabamos tarde de montarlo todo y nos fuimos a dormir tarde. Nos duchamos (había agua caliente), pero al salir de la ducha nos helamos, literal. Era noviembre y en noviembre allí arriba ya hace bastante frío. Pasamos muy mala noche. Si a los nervios le sumas el frío y que solo teníamos un nórdico, pues mal. Por la mañana la verdad es que no sé a qué hora vuelven a poner la calefacción, pero tanto nosotras como la maquilladora y la peluquera, muertas de frío. No es agradable trabajar así, menos aún en un día tan importante como es el de tu boda. Y ya que estamos, decir que para el servicio que se da, el precio de la suite es desorbitado. Me pareció dinero tirado, sinceramente. Lo mismo pasa en el caso contrario. Igual que no está aclimatado para el frío, tampoco lo está para el calor. En cuanto a la estancia en la habitaciones no puedo opinar, pero es cierto que estuvimos en la boda de dos chicas que se casaron en julio y no tienen aire acondicionado, que en el Montseny no suele hacer calor nunca, pero fue una noche de verano muy, muy calurosa y la gente pasó bastante calor. Así que si tenéis pensado casaros en verano, quizás es buena opción dar de regalo abanicos, ahí lo dejo. Y volviendo al tema de la comida, quizás poner alguna opción para los más peques no estaría mal, aunque es algo que tú ya sabes cuando decides casarte allí que tienen su particular manera de cocinar estilo buffet, imagino es lo que les hace diferentes al resto, también. Agradecer a todo el equipo de El Folló, a los que se ha mencionado y a los que no (porque no sabemos los nombres de todos) por ayudarnos a hacer una boda tan personal como la que quisimos hacer y como la que se consiguió hacer. Ojalá nos volvamos a ver, esta vez como invitadas, para poder vivirlo desde otro punto de vista. Bea y Cristina.