Uno de los mejores sitios de Burgos, pero uno de los peores recuerdos de nuestra boda
Vamos a contaros nuestra experiencia en la celebración de nuestra boda en agosto 2021, en el HN Collection de Burgos.
Nosotros reservamos el hotel en marzo de 2020, justo antes de estallar la pandemia. Realizamos el prepago de 1800 euros en la primavera de 2020, después del estado de alarma. La agente con la que contactamos en un primer momento, solo nos explicó algunas cosas, lo propio de la primera visita. Una vez confirmamos la reserva, no se volvieron a poner en contacto con nosotros en meses.
Los problemas comenzaron ya antes de la boda. En primer lugar, fuimos nosotros quienes siempre tuvimos que ponernos en contacto con ellos, ya que por su parte no mostraban interés en la planificación de los distintos aspectos a tener en cuenta, ni nos prestaron ningún tipo de asesoramiento. En mayo de 2021, después de haber hablado con ellos infructuosamente varias veces por teléfono, conseguimos reunirnos con la agente y le preguntamos varias dudas.
Preguntamos por si se podían elegir los centros de mesa, la mantelería o la cubertería. Solo se pueden elegir los centros de mesa y nos dijeron que había que elegirlos en una floristería de la ciudad. Cuando fuimos a elegirlos a la floristería La Villa Verde (donde, por cierto, nos trataron estupendamente), nos ofrecieron un descuento para el resto de las flores de la boda (ceremonia, ramo de novia, etc.), para ese momento y por el desconocimiento de que esta floristería te ofrecía este descuento ya habíamos encargado las flores en otro sitio. ¿Tan difícil es explicar de antemano que tienen un acuerdo con una floristería y que aplican un descuento?
La reserva del día de la prueba del menú. En ningún momento nos dieron unos plazos para reservarla. Cuando les insistimos en ello en mayo 2021, nos dijeron que solo era posible realizarlo entre semana y que no había huecos en viernes ni lunes. En nuestro caso, dado que vivimos fuera de Burgos, nos supuso tener coger un día libre en el trabajo y viajar expresamente un miércoles a finales de julio, (faltaba menos de un mes para la boda). Habiendo reservado la boda con un año y medio de antelación cuando aún había muchas fechas disponibles (es decir fuimos de los primeros en reservar fecha para ese verano) ¿Por qué somos los últimos en elegir fecha para la prueba del menú? ¿Por qué en ningún momento se ponen en contacto contigo para indicarte por ejemplo por orden de reserva, que tienes que elegir un día para la prueba?
La incapacidad para contestar a las preguntas que les íbamos haciendo. Si les preguntábamos por teléfono o presencialmente, nos daban largas -ya os escribiré un correo- y cuando preguntábamos por correo nos contestaban parcialmente.
Dos semanas antes de la boda hablando de la decoración, nos sugirieron iluminar el claustro con velas, lo cual nos pareció buena idea. Estas velas y soportes de estas, tuvimos que comprarlas por nuestra cuenta porque ellos no te lo proporcionan. ¿Tan difícil sería que el hotel facilitase esta decoración? Solo se nos ocurre un adjetivo al hecho de que cada pareja se tenga que llevar su propia decoración del salón y este adjetivo es: cutre.
Es llamativo también lo que nos sucedió al suspender la discoteca + barra libre a consecuencia de la pandemia. El hotel reducía el precio por comensal por este motivo. Hacen un desglose del precio por invitado (que no te habían mostrado en ningún momento previamente) y decidieron que esta reducción (descontando discoteca + barra libre) era de 10 euros por invitado. Es curioso que cada copa post-cena se cobró a 8 euros, cuando la reducción por una supuesta barra libre es de tan solo 10 euros por cabeza. Nosotros pagamos prácticamente lo mismo que si hubiese habido discoteca, pero sin ella. Te indican que ajustan el precio si no pueden ofrecerte un servicio, pero se aseguran de percibir el mismo dinero.
Respecto a lo ocurrido el día de la boda: El micrófono no funcionaba bien y se entrecortaba. Es muy triste que los discursos de amigos e invitados no se pudieran entender…; La música de la entrada de los novios al banquete la pusieron a un volumen tan bajo que simplemente no se oía; Los equipos de sonido son de pésima calidad.
Pero la mejor parte llego después de la boda. El banquete acabó a la 1:00h, ya que en esa época había restricciones de la junta de Castilla y León por la COVID.
Nos quedamos a la puerta del hotel despidiendo a nuestros invitados y aproximadamente 40 minutos después de salir del banquete, nos acercamos a la recepción del hotel para pedir las llaves de la suite nupcial, donde ya se encontraban nuestros objetos personales, y la persona que estaba trabajando allí, nos dijo que no nos daba la llave de la habitación si no presentábamos el DNI. Vestidos de novio y novia y con cara de asombro, le insistimos que acabábamos de casarnos en el hotel hacía menos de una hora. Insistió en que sin DNI no se pueden dar habitaciones, incluso llego a sugerir que tal vez nos habíamos casado en otro sitio, solo tras una discusión, nada agradable, por fin accedió a darnos la llave. La suite, por cierto, no estaba decorada en modo alguno, no tenía una nota con buenos deseos, ni champán, ni ningún detalle parecido. Era una suite (muy agradable), pero no una suite nupcial.
Al día siguiente, a las 11:10 am llamamos a la recepción para preguntar si nos podían subir el desayuno. La respuesta fue que debido a las medidas COVID no subían el desayuno a las habitaciones. Eso no nos sorprendió, pero al preguntar en qué piso estaba el comedor nos dijeron que el desayuno finalizaba a la 11:00 am y que, por lo tanto, nos habíamos quedado sin desayunar por 10 minutos. No nos ofrecieron ninguna alternativa y tuvimos que buscar el desayuno por nuestra cuenta fuera del hotel. ¿Cómo es posible dejar sin desayuno a quienes han celebrado su boda en el hotel? ¿Había algún huésped en el hotel en ese momento que hubiese pagado más dinero por su estancia? ¿Cómo se puede tener tan poco tacto y proporcionar una atención tan desastrosa?
Antes de marcharnos del hotel fuimos a preguntar por algunos objetos relacionados con la boda que eran nuestros (cestas que habíamos utilizado para llevar los obsequios, el libro de firmas, los 100 soportes de cristal y las velas …) que nos indicaron previamente que guardarían y nos entregarían al marcharnos.
A las 13h del día siguiente no encontraban dichos objetos, esperamos (sin desayunar) durante aproximadamente media hora sin éxito, y solo tras tener una vez más una discusión con el personal, aparecieron nuestras cosas y pudimos poner fin a nuestra nefasta experiencia con ellos.
En definitiva, a nuestro entender, la atención que debe proporcionar un hotel a los novios que celebran una boda tiene que ser exquisita, como corresponde a un servicio de estas características, un día especial y además un desembolso importante de dinero. La atención que hemos recibido por parte de este hotel no solamente no ha sido exquisita ni placentera ni digna de buen recuerdo, ha sido mala.
Es un hotel con un claustro precioso en el centro de la ciudad de Burgos, en nuestra opinión no hay otro lugar ni parecido dentro del núcleo urbano, es decir apenas hay competencia al nivel de la belleza de ese claustro, y es por eso por lo que descuidan tantísimo el trato al cliente.
Queremos hacer una salvedad, el maître que llevo nuestra boda. Que nos trató de manera impecable.