A pesar de ser un día agridulce por la reciente falta de mi padre, que en paz descanse, consiguieron que me sintiera feliz y cómoda en el reportaje. Hizo un día de mucho sol, y como no me sentía cómoda con tanto sol que me deslumbraba, no nos pusieron ninguna pega en esperar a que yo me sintiera más erlajada. Al final eligieron el momento perfecto para las fotos con la luz del atardecer de fondo y después supieron aprovechar la decoración del hotel para hacernos un reportaje más amplio.
Muy agradecida por el trabajo. Aún no he visto el trabajo final, pero estoy segura con las previas que nos enseñaron ese mismo día que supieron captar nuestra esencia.