Nací en la preciosa Toledo en los brazos de una familia numerosa, sencilla y preciosa. La pequeña de 4 hermanos, ¡imagínalo!

La primera vez que cogí una cámara fue la de mi hermana Teresa, que se la regalaron por la primera comunión y yo me encargué, con 5 añitos, de que desapareciera.

Pronto descubrí mi amor y pasión por las personas, las artes y la historia del hombre y cómo ha afectado el cambio del mundo a su desarrollo. Adoré Historia del Arte y a mi profesora. El estilo Rembrant y la Pintura Holandesa.

Me fui a Madrid a estudiar Periodismo y Comunicación Audiovisual, donde descubrí la fotografía de forma un poco menos "usuario" y entendí que detrás de una fotografía hay un mundo entero de sentimientos, expresiones y emociones que se transcribían, si se tenía ese poder, en el ADN de la persona que miraba la imagen.

Enseñé fotografía en el Ayuntamiento de Madrid a personas que me marcaron la vida con su amor por aprender y su particular manera de enseñarme a no ver la fotografía como un simple trabajo.

Empecé a hacer bodas y desde entonces no he parado.