Catering y celebración
Son dos partes diferentes dentro del mismo sitio. Por una parte está el alojamiento y el espacio. Y por otra parte el catering y la realización de eventos. No sé si lo estoy valorando al derecho o al revés. Pero describiré en este punto la realización de eventos y catering.
El gerente es un chico joven, muy amable y educado al extremo. Con muy buena disposición aunque algo despistado. Nos atendió siempre de buen talante a pesar de estar bastante ocupado. Siempre que necesitamos hablar con él o visitar el rancho nos hizo un hueco y nos atendió correctamente. También es verdad que perdió hasta en tres ocasiones toda nuestra documentación, menús y demás elecciones... Nuestra boda fue la primera de la temporada (pero sabemos que solo le ocurrió con la nuestra puesto que tenía perfectamente ordenadas todas las demás. Porque nos enseñaba todas las demás siempre que buscaba la nuestra...). El catering fue más o menos flexible... No todo lo que nos habría gustado. Pero al final, son las condiciones que aceptas y hay que aguantarse... El gerente nos aseguró que él estaría dirigiendo la ceremonia. Con cosas que le habíamos apuntado como que queríamos en la primera fila de la derecha a padres y hermanos y en la primera fila de la izquierda a los testigos con sus parejas. Sin embargo, no estuvo allí organizándolo y la gente no sabía donde sentarse... Lo habíamos ensayado, y él sabía que mi hijo mayor llevaba un cartel y me esperaba en la entrada del pasillo para recorrer esos 10 m conmigo, que debía dejar el cartel y esperarme. Como el gerente no estaba, al soltar mi hijo el cartel, la gente empezó a decirle que continuara que continuara, claro, ¿la gente qué sabe? Ahí tenía que estar él para decir que no y que se callasen amablemente... Con lo cual, mi hijo, que tiene cinco años y lo había ensayado varias veces y sabía perfectamente lo que tenía que hacer y yo le había dado la orden que aunque hubiera un terremoto él no atravesase ese pasillo sin mí, ante la presión de la gente, se enfadó, hizo caso de lo que le decían, recorrió solo los 10 m, ¡y ya no quiso colaborar en nada más durante la ceremonia! ¡Para eso tiene que haber alguien dirigiendo la ceremonia y para eso no habíamos ensayado! ¡A la vista está que no lo suficiente puesto que nosotros teníamos muy claro lo que queríamos pero por lo visto no lo habíamos comunicado bien!
Otra cosa es que, en el momento del arroz, los invitados se pusieron a lanzarlo desde el pasillo y los novios no pudieron salir por el pasillo. Tuvimos que salir corriendo por detrás y quedó horrible y solo los de las primeras filas pudieron lanzar arroz... En fin... que no estaba para eso ni para decirle a los invitados que pasaran al cóctel. Sí fue a buscar a la novia y sí estuvo después coordinando con la música la entrada a la cena...
Durante el cóctel hubo varias cosas que no nos gustaron nada. Como que algunos de los invitados que estaban allí alojados pidieron cerveza Cruzcampo que teníamos nosotros guardadas en una nevera y los camareros las sirvieron sin nuestro permiso. Como la mayoría de los invitados eran de Huelva y les gusta más la Cruzcampo, porque es la que bebemos, lo vieron y comenzaron a pedirla y los camareros a servirla (que también salió muchísima cerveza de la que teníamos contratada, por supuesto, pero esto no debía haber pasado). Otra cosa fue que nosotros habíamos contratado unos canapés de queso con mermelada y salieron canapés de queso con trozos de pistacho...
El photocall: nos pegamos todo el viernes montando el photocall y toda la decoración. Y alguien en algún momento antes de la ceremonia (porque mi suegro es electricista y asegura que lo encendió, y si asegura que lo encendió es que lo encendió) decidió apagar la iluminación que teníamos montada... Claro, el photocall se quedó sin encender y cuando la gente pasó por delante pues no lo vio. Tampoco se le ocurrió encender la pérgola donde nos habíamos casado, que hubiera quedado superbonita iluminada por la noche. Y si alguien se hubiera ocupado de entenderla pues se hubiera dado cuenta que nos habíamos dejado el libro de firmas allí encima y se hubiera podido poner para que los invitados firmasen (¡pero esto fue culpa nuestra que nos lo olvidamos! solo culpa nuestra y de nadie más, ¡que quede claro!)...
La entrada a la ceremonia fue genial, supercoordinado con la música y todo estupendo. Mi sorpresa al llegar a la mesa de los novios (de 8 comensales y rectangular) es que habían colocado cuatro de frente a los invitados Y cuatro de espalda a los invitados... Esto me cabreó bastante, ya que habíamos insistido muchas veces durante la prueba del menú, y hasta el día antes cuando habíamos estado preparando las mesas. ¡Fallo garrafal! Otra cosa horrible es que habíamos preparado en las mesas unas lámparas de aceite en botes de cristal con mensajes en pegatinas de vinilo transparente... ¡Estaban encima de las mesas pero no estaban encendidas! Ni llegaron a encenderse.
Teníamos entrantes de queso, que no probé, pero la gente en general me dijo que estaba muy bueno. Pero las gambas estaban crudas. Eran de una excelente calidad. De un calibre grande y perfecto y estaban muy, muy frescas. Se habían cocido esa misma mañana. Yo me las comí, porque soy de Huelva y estoy acostumbrada, y porque sabía que eran frescas Y repito que estaban muy buenas. Sin embargo, los 120 invitados del banquete coincidieron en que estaban bastante crudas. Cuando unos días después se lo comenté al gerente y me dijo que era cuestión de gustos y que el cocinero consideraba que el marisco cuando está fresco no se debe cocer tanto. Pues yo considero que es el cocinero el que se debe mirar el gusto. ¡Porque estaban crudas, crudas! Y fue unánime el gusto. Había invitados de Huelva, invitados de Málaga, de Madrid, de Roma, de Londres, de Dubái y hasta de Uzbekistán (y no es broma). Y todos coincidieron en que estaban crudas. Otra cosa es que retiraron los entrantes para servir los primeros, con los platos aún con comida. En España eso no se hace, por lo menos para mí. Porque nosotros seguimos comiendo el primero y de repente nos comemos una gamba, o un trozos de queso un poco de jamón... En el caso de la mesas de los novios, los platos de gambas, jamón y queso iban para dentro enteros... Lo que me molestó bastante ya que era lo que yo estaba comiendo porque al estar atendiendo a unos y a otros solo podía picotear más que comer...
Los primeros eran una ensalada que estaba muy, muy buena. Habíamos insistido mucho en que nos cambiase la manzana por pera, porque nos gusta mucho la pera en la ensalada. Pero nos pusieron una pera dura de estas tipo las peras pequeñas de San Juan que no saben a nada. Con lo cual, el sabor de la pera, que era exactamente lo que buscábamos y queríamos, no salía. En este caso, el cocinero no nos supo entender, a pesar de que también insistimos muchísimo en ello. Y también cuando le reclamamos unos días después nos dijo que "es que a él no le gusta, una pera de agua que se deshace en la ensalada" de nuevo el gusto del cocinero primó sobre el de los novios y pagadores. Esto también nos cabreó bastante.
El segundo plato era el solomillo. Yo sinceramente no lo probé y el novio tampoco. Probé las verduras y las patatas y estaban muy buenas. El segundo plato tardó muchísimo, muchísimo en salir y en general los comensales me dijeron que estaba algo duro... Esto también es normal cuando el solomillo se enfría... En esto sinceramente, prefiero no opinar puesto que yo no lo probé personalmente. También es verdad que en la prueba del menú habíamos probado la presa, que a pesar de estar muy buena estaba completamente achicharrada. Y se lo dijimos. Y de hecho no la pedimos por miedo a que saliera igual de achicharrada en la boda. Os puedo asegurar que a mí me gusta la carne muy hecha (de hecho, soy de las que hace una hamburguesa en una sartén y después la metes uno o dos minutos en el microondas para asegurarme de que está hecha por dentro porque me da un asco que me muero la carne cruda)...
El postre: elegimos el flan de limón y jengibre precisamente porque no nos gusta nada el dulce porque era ácido y fresco (todos los postres que probamos durante la prueba del menú eran excelentes sin excepción). Sin embargo, el día de la boda el flan de limón y jengibre era empalagoso y dulce a más no poder. Pero empalagoso, empalagoso, mi suegra es repostera, había estado en la prueba del menú, y al probarlo no dijo nada, y no se lo comió, el caso es que me sorprendió... Y al par de días acabó confesando que no había quien se lo comiera. Yo lo probé también y tampoco me lo comí porque me pareció superempalagoso.
El vino: el vino estaba muy bueno. Era algo que no habíamos hablado, pero me sorprendió y no me gustó nada que lo dejaran las botellas encima de las mesas. Es verdad que estaban continuamente dando vueltas para servir. También el agua. Pero yo daba por hecho que dejarían las botellas encima de las mesas y también las de agua. De hecho, tengo vídeos de mis amigos cachondeándose con los camareros diciéndole que trajeran más vino y que dejase de servir agua y que trajeran más vino. La respuesta del gerente es que en el vídeo se ve que hay copas con vino. Pero me imagino que estaría caliente o que querrían cambiar de vino o lo que fuera pero hay varios vídeos de gente diciéndole lo del vino a los camareros. A la gente en general no le gustó que no dejasen las botellas ni a mí tampoco. Supongo que esto es cuestión de gustos. Pero yo prefiero que dejen las botellas aunque pasen a servirme.
Los detalles: a la entrada de los baños habíamos preparada una mesa con una caja en la que había un poco de todo. Chicles, tiritas, desodorante... Como la pusimos el día antes para que no le cayera la pelona le pusimos por encima una bolsa del Covirán, el gerente lo sabía, porque nos dio la mesa y nos aseguró que él lo sacaría... ¡Cuál no sería mi sorpresa cuando al ir al baño en el primer plato me veo allí en la bolsa del Covirán! Casi me da algo y me tuve que poner yo misma a sacarlo...
Otra cosa es, que como no teníamos tarta porque no nos gusta el dulce. Un tío muy mayor que no pudo venir a la boda nos hizo un barco en el que puso las figuras de los novios y las figuras de dos niños porque tenemos dos hijos. Pues este barco con nuestras figuras de novios resulta que las retiraron cuando retiraron las mesas, y aún no ha aparecido. Cosa que aún me cabrea bastante. Porque eran los de mi boda, y no los tengo...
Leyendo esto puede parecer que solo digo las cosas malas, la música en general estuvo bien, la comida era abundante y de buena calidad (a pesar de todos los detalles mencionados anteriormente). Los camareros en general buenos, aunque algunos muy jóvenes y un poco verdes. Los baños estaban limpios. La barra libre estaba bien atendida. En este punto el gerente estuvo muy atento en todo...
Me considero una persona justa. No soy soberbia, ni rencorosa. Le doy mucha, muchísima importancia a los detalles. Asimismo a las descripciones detalladas y veraces. También he de decir, que como tengo un bebé y estoy amamantando no tomé ni un solo sorbo de alcohol. Con esto quiero decir que mi opinión no está alterada por ninguna sustancia que no sea la subjetividad propia de una novia controladora. Con estudios en periodismo que pretende ser contranatura, lo más objetiva posible en la descripción de los hechos.
Pido disculpas a quien pueda ofender o molestar. Pero así lo he vivido y así lo siento. Pido disculpas igualmente, si estoy escribiendo en la parte de la empresa que no corresponde. Ya que respecto al alojamiento mi opinión es otra. Estoy disponible para contestar preguntas. Si has conseguido leer hasta aquí, ¡eres increíble! Puedo ser terriblemente exhaustiva y extenuante.