Desde el primer momento que vimos la finca ya nos encantó, es una finca rústica preciosa, muy bien decorada y con muchísimas posibilidades, tiene un montón de rincones con encanto. Estuvimos toda la semana de antes de la boda preocupados por la lluvia y al final salió todo perfecto, no celebramos la ceremonia dónde se suele hacer y fue incluso mejor y más bonito! Tanto Carlos y Victoria de la finca como Victoria y su equipo de Oleanto catering estuvieron muy volcados en este tema para que pudiéramos celebrar la ceremonia al aire libre. La boda en general salió perfecta, fue todo muy fluido, estuvimos muy cómodos y no podíamos imaginar algo tan bonito y especial.
Los invitados estuvieron maravillados con cada rincón. La fotógrafa también estuvo encantada con todos los espacios de los que dispone la finca.
No podemos estar más agradecidos por este día, lo pasamos muy bien y Carlos y Victoria ayudaron a que todo fuera perfecto. Todo lo que podamos decir se queda corto para un día tan maravilloso.
Recomendaría sin duda este lugar a todas las parejas que busquen una finca para una boda en la naturaleza.

Mi boda fue un sueño hecho realidad en esta finca encantadora en medio de la naturaleza. La decoración iluminada convirtió el lugar en un cuento de hadas. Un millón de gracias a Victoria y Carlos por hacer este día tan especial. ¡Gratitud eterna! 😻

Elegimos este sitio porque siempre habíamos querido una boda en el campo y con la iluminación que ellos tienen.
Cuando ves la finca sin mesas ni sillas, no te puedes hacer a la idea lo Preciosa que queda el día de la boda montada.
Cuando se hace de noche y se enciendo todas las luces es una preciosidad.
Si la cena es en interior como al final hicimos nosotros por el tiempo también es una maravilla.

Nada mas llegar a Hacienda Campo y Olivo nos enamoramos del lugar, tanto la casa como el entorno son preciosos y el acceso es cómodo y se ve desde la misma carretera, vimos unas cuantas fincas antes y otras pocas después pero ninguna nos gustó tanto, el trato de Carlos y Victoria fue inmejorable, incluso en los momentos de nervios y pánico que se pueden dar a la hora de organizar una boda supieron como reaccionar y nos hicieron sentir comodísimos, su implicación durante la organización y durante el propio evento es digna de admirar. Las posibilidades de la finca para hacer las diferentes partes del evento en distintos lugares y que la casa es preciosa por dentro la hacen ideal si el tiempo no acompaña, aunque fue el exterior lo que nos enamoró, los interiores no tienen nada que envidiarle, sin duda lo recomiendo, tanto nosotros como nuestros invitados quedamos encantados.

Celebramos la boda el 15 de octubre de 2022 y salió perfecto. Agradecemos a Victoria y Fernando el trato recibido, nos ayudaron mucho el día de la boda y estuvieron muy atentos.
La finca es preciosa tanto fuera como el interior, y el día de la boda estaba todo precioso. Todo el mundo quedó encantado.

Recomiendo la finca y si tuviera que repetir no dudaria

Estamos muy contentos de haber elegido esta finca. No ha sido un año fácil, cambios de fecha, horarios, invitados... Ellos se han adaptado a nuestras decisiones y finalmente salió una boda preciosa. Es una finca con rincones muy bonitos, con un toque rural y bohemio. ¡Estamos encantados!

La finca es preciosa, tiene un encanto muy especial. Está todo en un entorno rural y la decoración que tienen es muy original acorde con el campo. Los dueños son majísimos, han sido un encanto. Estuvieron super pendientes para que saliera todo genial. Hicimos toda la boda en el exterior, cenamos rodeados de bombillas en una plaza y quedó todo precioso. Sin duda, volveríamos a confiar en esta finca si nos volviéramos a casar. Estamos encantadísimos, nos sentimos como en casa. Mil gracias.

Una finca como la habíamos soñado. Nos encantó desde nuestra primera visita. Vimos varias fincas y ésta fue la elegida porque visualizamos nuestro día desde el primer instante. Sus tonos de otoño la hicieron más preciosa y bucólica . Carlos pendiente de organizar nuestra entrada a la ceremonia, coordinando al Dj y colocando a los invitados. Por la noche los rincones de luces enamoran. Disfrutamos de cada uno de los espacios. Nuestros invitados quedaron encantados con la finca, y nosotros más, el trato es personalizado y así pudimos tener el día de boda en el campo que habíamos soñado.

Celebramos nuestra boda para 200 persona con ellos y salió todo muy bien, el sitio es muy bonito y solo llenándolo con las mesas del catering y las sillas de la ceremonia, no le hace falta más decoración. Sí que es verdad que creemos que algunos detalles se podrían mejorar:

- El contrato: Pagamos la reserva con meses de antelación pero nos entregaron un contrato con sus normas en la semana de la boda, creemos que el contrato debería darse antes de realizar ningún pago, para poder acordar todo bien, como es lógico cuando contratas un servicio.

- Las habitaciones: Cuando fuimos por primera vez, todo fue genial y todo era flexible y amable, pero según fue acercándose la boda, fueron poniéndonos más trabas, por ejemplo nos dijeron que las habitaciones estaban disponibles para que los novios nos arreglásemos allí el día de la boda, pero cuando avanzó el tiempo nos informaron de que solo podían subir X personas por la antigüedad de la finca, otra cosa que hay que comentar desde el principio.

- Salida el día después de la boda: Por el motivo anterior decidimos pagar el coste de una de las habitaciones, para estar más tranquilos todos y ya de paso teníamos la posibilidad de dormir allí el día de la boda. La boda terminó a las 6 de la mañana (dato que habíamos dado) y nos hicieron irnos de la finca a las 12 de la mañana, que no nos dio tiempo a descansar. Además el catering ya había dejado todo recogido por la noche, así que solo quedábamos los novios.

- El desayuno: El pago de la habitación incluye desayuno, pero nuestra sorpresa fue que no había nada preparado al despertar, nos dieron un par de zumos de brik y nos preguntaron si queríamos un croissant. Con el precio de la habitación esperábamos haber podido salir más tarde y un desayuno un poco más elaborado, o al menos preparado en la mesita que tienen abajo.

- El salón único: No dejan entrar con copas al único salón que tienen, en nuestro caso hicimos todo al aire libre y solo usamos este salón para el baile nupcial, pero los invitados se sintieron un poco molestos cuando les hicieron dejar la primera copa insistentemente para entrar a ver el baile de los novios. No parece muy coherente tener un único salón y restringir la entrada con la copa en un sitio de bodas.

- La preocupación de los autobuses: A las 4:15 de la mañana la encargada de la finca se acercó a la novia muy preocupada porque creía que la gente no iba a caber en los autobuses de las 6 (dos autobuses) y habiendo otro autobús que iba a salir a las 4:30 y también en un momento en el que mucha gente se estaba despidiendo. Las formas de decir esto no fueron muy buenas y fueron demasiado insistentes, de forma que los novios tuvimos que desconectar de la boda para ponernos a contar personas y a asegurarnos de cuántos se iban antes (en el bus de las 4:30 y en coche) Las palabras fueron exactamente que "a ver cómo nos organizábamos porque a las 6 no podía quedar nadie en la finca, que nos buscásemos la vida para gestionarlo". Intentamos tranquilizarla, pero nos obligó a parar para "gestionar" lo que ya estaba gestionado. Aun así lo hicimos y comprobamos que todo cabían en los últimos autobuses. Aquí el fallo fueron las formas y tal vez no es a los novios a quiénes se lo tienes que decir, quizás es mejor advertir a un familiar.

- El aire acondicionado: Otro detalle que no nos comentaron hasta el final es que el salón no tiene aire acondicionado. Ante la probabilidad de lluvia pensamos en que el plan B podría ser hacer la cena en el salón en vez de al aire libre, pero hasta dos semanas antes de la boda, no nos comentaron que no tiene aire acondicionado (boda de verano)

- También nos iban a poner unos sillones bonitos para los novios en la ceremonia pero eso calló en el olvido y nos pusieron las mismas sillas que a los invitados.

La boda salió bien, aunque con detallitos amargos que solo notamos los novios, pero también nos los comentaron los invitados, que se sintieron un poco cohibidos por la actitud vigilante de los dueños de la finca. El trato es mejorable.

Recomendamos este lugar pero sin que haya sorpresas, asegurándose bien de todo lo que incluye o lo que no incluye el servicio y hablándolo claramente desde el principio.
El sitio es precioso y tiene posibilidades, Carlos es serio y resolutivo, Victoria lo vive con más preocupación.

Repetiríamos sin duda limando los pequeños detallitos que hemos comentado. Al final ellos te alquilan su espacio, pero el resto lo hacen la organización de los novios y del catering.

Estupenda finca, preciosa y muy bucólica. Cómoda y diferente con distintos ambientes. Por poner un pero, los pies se te llena de polvo, pero por lo demás un 10.

Tras cerrar la finca que teníamos contratada, pensábamos que no íbamos a encontrar un lugar con ese algo mágico y distinto para nosotros, hasta que fuimos a visitar la Hacienda Campo y Olivo, repleta de rincones que la hacen única y especial. Así fue fácil volver a ilusionarse. Victoria y Carlos nos lo hicieron fácil.
¡Muchas gracias por hacernos este día tan especial!