La boda de Vicente y Beatriz en Consuegra, Toledo

El día de nuestra boda

Nuestra boda fue emotiva y preparada con muchísima ilusión. Un año de muchos preparativos y cuidando cada detalle, era nuestro sueño vivir nuestro gran día para siempre.

Compartirlo con toda la gente que queremos y ver a todo el mundo acudir a tu boda por ti emociona y mucho. Comenzábamos el día preparándonos, mi futuro marido en un hotel rural de mi pueblo (él es de otro pueblo) y yo en casa de mi padre, muchas ganas de vernos por fin en el altar, nuestra boda fue religiosa y allí estaba él esperándome en la ermita del Santísimo Cristo de la Vera Cruz. La ceremonia emotiva acompañada por un coro rociero y después lo celebramos en los jardines de palacio, mientras que nosotros nos hacíamos las fotos en el Castillo y los molinos de Consuegra, nuestros invitados disfrutaban de un gran cóctel ya en el sitio de celebración, un día estupendo que empezó a llover una vez comenzada la comida (por los pelos novia mojada).

La comida, genial, llena de sorpresas, y por fin el baile, que solos habíamos ensayado en el salón de casa ¿cómo saldría? No se nos dio mal, y después a bailar con nuestra gente con un gran saxofonista alegrando el baile, y para seguir con la fiesta una gran recena: hamburguesas, perritos, helados,... y barra libre sin límite de hora, photocall ¡y a disfrutar! Salió todo genial, y aún se sigue recordando nuestra boda, no pudimos ser más felices, la pena que pasa muy rápido el día. Recuerdo cuando la gente te decía disfrútalo que pasa volando, cierto es.