La boda de Sandra y Jorge en Manzanares El Real, Madrid

Llegaba 10 minutos tarde y cuando me di cuenta de ello todos los nervios salieron de golpe. Empecé a desesperarme y a meter prisa para llegar al coche.

De camino al restaurante los invitados no paraban de llamar a mi madre para saber por qué tardábamos tanto, ¡me estaba desesperando!

Cuando por fin llegué a mi destino, vino a recibirme el dueño de la finca para decirme que mi marido se había empeñado en celebrar la boda al aire libre aunque estuviera lloviendo pero que era una locura. Le di el permiso para que trasladara la boda al interior y por ello tuve que esperar unos 15 minutos más. Así que cuando por fin me dejaron bajar al lugar de la ceremonia sentí un alivio enorme. Empecé a escuchar la canción de mi entrada "Tu jardín con enanitos" y fui consciente de lo mucho que me temblaban las piernas. Me agarré a mi padrino, mi cuñado, y entré en el salón. No veía a nadie, sólo algunas caras difuminadas que me decían que iba preciosa. No podía mirar al altar de los nervios que tenía y cuando por fin lo hice empecé a llorar como una cría. Los invitados se rieron y empezaron a aplaudir. Ese fue uno de los mejores momentos de mi boda ¡qué guapo estaba mi marido! Cuando llegué a él nos besamos y el maestro de ceremonia se quejó de que habíamos empezado por el final.

La ceremonia fue preciosa, y lo mejor ¡muy divertida! Tuvimos 3 lecturas muy emocionantes que hicieron llorar hasta al apuntador.

Luego vino el cóctel y el banquete. Lo que más nos gustó fue el momento de los regalos. Le di la liga a mi tía, una parejita de novios a mi prima que se casa el día 15 y el ramo lo repartí entre mi dama de honor y mi madre ¡otro momentazo de la noche! A mi suegra le regalamos una orquídea y a los peques unas chuches.

Las fotos las pudimos hacer finalmente en los exteriores ya que paró de llover y luego estuvimos en la discoteca donde proyectamos un vídeo con momentos nuestros y fotos de amigos y familiares. ¡A la gente le encantó! Nuestro primer baile fue "Te amaré” de Marc Anthony. Yo apenas podía moverme con la cola que llevaba pero nos lo pasamos tan bien que nadie lo notó.

Aún hoy recibo felicitaciones de lo bonita que fue nuestra boda, ¡y qué voy a decir yo con lo orgullosa de ser la Sra. de mi Jorge!