La boda de Samuel y Dámaris en Torredelcampo, Jaén

El día de nuestra boda

Fue un día inolvidable. Afrontamos la boda, sorprendentemente, sin muchos nervios. Estar rodeados de nuestra familia mientras nos preparábamos, en un ambiente de risas y calidez ayudó mucho a que todo fuera tranquilo, hogareño y sencillo.

Nos dio un pequeño infarto cuando el concejal que debía casarnos se retrasó media hora porque pensábamos que se habían olvidado de la fecha, pero al final todo salió perfecto. Hubo muchas lágrimas, mucho amor, muchas palabras preciosas dedicadas de unos a otros y, lo más importante, pudimos compartir ese momento con familia y amigos. Celebrar el amor es una de las cosas más mágicas.

Después llegó la copa de espera donde no pudimos comer demasiado hablando con unos y otros, y luego en el banquete disfrutamos mucho viendo a nuestra familia junta, disfrutando y riendo a más no poder.

Ya en el baile tuvimos un traspié, pero lo solventamos empezando de nuevo como si no hubiera sucedido nada; dos meses de ensayos no podían quedarse en un baile equivocado. Disfrutamos mucho todos juntos y bailamos hasta que ya no pudimos más.