La boda de Ricard y Eva en Rotova, Valencia

El día de nuestra boda

Podemos decir que fue el día más lluvioso en todo el invierno, pero, aun así, fue maravilloso. Desde la llegada al monasterio con nuestros padres para hacernos las fotos mientras nos cambiábamos; posteriormente, la espera a la llegada de los invitados es un momento muy especial, ya que sabes que mucha gente que os quiere está llegando para poder disfrutar ese día con vosotros.

Una vez salimos y nos encontramos, nos sentimos aliviados y emocionados, dado que por la pandemia y otros motivos había hecho que aplazásemos 5 veces el evento. Puedo decir que vamos a recordar las caras de todos nuestros invitados, esas caras de felicidad, ya que no se ven todos los días, y no solo las de ellos, las nuestras mismas.

Es un día que recordaremos en nuestras memorias siempre. Todo salió según lo esperado, gracias a los maravillosos profesionales que nos acompañaron ese día y consiguieron que fuera un día de película.