La boda de Pedro y Isabel en La Isleta, Almería

El día de nuestra boda

La noche previa a nuestro día, dormí en casa de mis padres. Hacía tanto tiempo que no dormía allí, que me inundó una sensación de calor y seguridad cuando abrí los ojos por la mañana difícil de explicar. Esa mañana, desayuné con mi familia y a continuación me fui al hotel donde realizaríamos nuestra celebración a preparar las últimas cosas.

Después de dejar todo listo, me di un baño en la piscina del hotel con los familiares y amigos que se acercaron a ayudarnos y con... ¡mi futuro marido! Sabíamos que la tradición dice que los novios no pueden verse antes de la boda, pero compartir ese día con él desde el principio lo hizo aún más si cabe, más especial. En fin, hicimos el mismo día de nuestra boda, una preboda improvisada.

Después, sobre las 4 empezamos los preparativos, los cuales se me pasaron volando, tanto que no tuve oportunidad de ponerme nerviosa. Sólo empecé a sentir esas mariposas en el estómago, cuando me colgaron mi vestido en una ventana y al verlo ahí, esperándome, supe que en unos instantes me uniría al hombre de mi vida.