La boda de Pablo y Paula en Rascafria, Madrid

Una vez terminada, nos tiraron unos aviones (soy una apasionada de la aviación y tengo una vinculación muy importante con la Virgen de Loreto, nuestra patrona, ya que nací ese día e incluso me acompañó en el ramo su medalla) y nos abrazamos todos muy fuerte, olvidándonos del Covid por un par de minutos.

De ahí, nos fuimos a la finca Prados Riveros, donde dio lugar el cóctel y la comida preparada por Leal Maese, un gran acierto. Calidad, cocina con nombre y, sobre todo, con una preparación exquisita y con mucho, mucho gusto. A los chicos les repartimos unos abridores de botellas de un avión y a las chicas un fular porque por la noche refrescaba. Conseguimos además emocionar a nuestras madres con una inicial de su letra de Elena Suárez & Co y a nuestros padres con una pluma serigrafiada con sus iniciales.

La verdad es que no di ramos porque no quería crear inconvenientes entre mis amigas, o poner en riesgo el noviazgo de algunos amigos, que se les ve más cerrados. Pero tuve un ramo maravillo de Los Peñotes.

Sobre las 7 y pico, dio comienzo el baile, donde bailamos una canción muy poco conocida Pablo y yo de Lagarto Amarillo, ¿Qué será que tienes? Cuando terminamos de bailar rodeados de bengalas de luz, bailamos con nuestros respectivos padres, la canción de I love You Baby de Franki Valli, ya que tengo una vinculación con mi padre muy fuerte por esta canción.

Cuando terminamos de bailar, dio comienzo dos horas de banda, que, si no tenéis todavía o estáis buscando la vuestra, contactad con Earnest Band, que levantó a todo el mundo y no sabéis qué pasiones levantan... Sus versiones son mejores que las originales de los propios cantantes. ¡Una auténtica pasada! Después se encargó High Volume Event, de seguir con el fiestón. Que no pudo ser más animado y divertido.

La fiesta duró hasta las tres de la mañana, por las restricciones Covid de la Comunidad de Madrid, pero durante todo este tiempo nos acompañó Fotomatón y Más, que me tocó en un sorteo de Instagram. La verdad es que fueron muy simpáticos con los adultos y les faltó un poco de tacto con los niños, sé que lo hacía para que los adultos tuvieran sus oportunidades, pero, al ser una boda con tantos niños, hay que darles amor. El photocall lo decoré gracias a Jorge de Prados y a Wedding Lights, ya que me tocó también otro sorteo de Instagram.

Para que estuviera tan guapa, fue cosa del maquillaje y del peinado que me hizo Elena Deleyto y la verdad es que no podía ser más yo, y estar más ideal. Para la preparación, conté con una bata y un camisón de Diseño2, la verdad es que iba ideal. El vestido mío fue de María Baraza, que no se merece un diez, se merece todo lo mejor de este mundo, tanto ella como su increíble equipo. Pablo fue vestido de Suits, una tienda maravilla de relación calidad/precio a medida, que está en Paseo de la Castellana. Contraté a Mini & Kuki para que me ayudaran con la coordinación del día B.

Y el trabajazo de las fotos es de Ruth Roldán y equipo... Una maravilla, no, lo siguiente. Si queréis calidad, fotos desenfadadas y magia, sin lugar a dudas es ella.

Al día siguiente dimos una paella en la finca, que también nos sirvió Leal Maese, y la verdad es que fue también una auténtica maravilla.

Chicas, disfrutad del día, dejaos llevar, que nada os agobie, sonreíd y sed vosotras mismas... Porque es un día mágico y dura tan, tan poquito.

Y para la luna de miel... ¡Cogimos el billete de la vuelta al mundo de One World! 31 días viajando, por las Islas Galápagos, Ecuador, Alaska y Maldivas. Todo lo organicé yo (como buena amante de los viajes, se me da muy bien) menos el hotel en Maldivas, que salía infinitamente más barato, cogerlo con agencia. Lo hicimos con Arena Tours y Aitor, fue una maravilla.

Mas información: nuestras invitaciones fueron de Fundación A la Par, las dibujó mi padre y la verdad es que fueron preciosas. Nuestros anillos fueron de Suárez, regalo de mi hermano, ya que el anillo de pedida también era de Suárez. Y mis pendientes, no podían ser menos. Mis zapatos fueron de Zapaterías Mayo, me hicieron todo a medida, no pude elegir mejor. Y, sobre todo, mucho más baratas que las típicas que conocemos todas las novias en Madrid. ¡Os lo recomiendo! Los zapatos de Pablo fueron de Cremades. Llevé un body de Corseterías Lupe, la verdad es que muy poco sexy, pero cumplía la función perfectamente. Y, sobre todo, las chicas eran un amor. Contamos con Julián de Castro para los autobuses, la verdad es que los más baratos y los que mejor servicio nos dieron.