La boda de Pablo y Lilia en Pineda De Mar, Barcelona

Así que el domingo por la mañana me desperté prontito y fui a la masía para decorarla con mi "comité de boda”, es decir, mis amigas que estuvieron allí también para ayudarme. Y, por supuesto, con la ayuda de mi hija, mi mejor ayudante.

Y cuando ya estaba todo listo, dediqué el resto de la mañana a prepararme. Una buena amiga me peinó, me maquilló y me ayudó con el vestido. Mi precioso vestido de St Patrick, que me “encontró” a mí en el Weddingland Barcelona, el día menos esperado...

Los nervios crecían a medida de que se acercaba la hora, así que tuve que tomar una copita de cava para calmarme. Otra amiga vino a buscarme sobre las 16:00 con su Mini Cooper y me llevó a la masía.

Allí aun llegaban los últimos invitados y tuve que esconderme en el coche y esperar un poco. Hasta que sonó la música de entrada a la ceremonia de mi novio, seguido la música de las niñas con pétalos. ¡El corazón me latía a cien! Y luego empezó a sonar mi música de entrada, la canción que siempre supe que iba a ser la canción de mi entrada a la ceremonia - "Kiss from a Rose", de Seal, tan preciosa y tan mía. Subí las escaleras acompañada por mi suegro y allí estaba él, guapísimo con su traje azul.

Y luego todo fue perfecto. Los aperitivos, a cargo de catering "The original catering factory", que hicieron un gran trabajo y me ayudaron muchísimo para crear el ambiente. Y música en vivo tocada por Ignas, el hijo de mi amiga, y su guitarra. Eligió cuidadosamente su repertorio de jazz y bossa nova y ha creado un ambiente muy especial. Y el momento divertido del ramo, el banquete, detalles bonitos para mis invitados, muchos brindis, muchos besos, muchas palabras bonitas, lagrimas, nuestro baile...

Y, al acabar, la disco con la música más bailonga de DJ Berni y despacito.

¡Bailaron todos, incluso mis suegros hasta que ya no pudimos más!

Ha salido todo exactamente como yo quería y fue un día muy feliz.