La boda de Óscar y María en San Agustin De Guadalix, Madrid
En el campo Verano Granate 6 profesionales
Ó&M
26 Ago, 2022El día de nuestra boda
Conseguimos nuestro objetivo, hicimos del día de nuestra boda una fiesta, un día entero de celebración del amor de todos los tipos.
Todos nuestros esfuerzos se fueron en hacer que nuestros invitados disfrutasen del día, sintiesen lo que son para nosotros, y compartiesen nuestra alegría, ¡sin dejar ni un minuto para el aburrimiento!
Elegimos todos nuestros proveedores por las sensaciones que nos transmitían, las que iban más acorde a nosotros... Cariño, buen rollo, alegría y mucho mimo. Y creo que esa ha sido la clave para un día tan especial.
Teníamos claro que queríamos un espacio que representase todo lo que nos gusta, natural, con bonitas vistas, sencillo y con libertad para poder llevar a cabo nuestras ideas, el resto fue fluyendo sólo. En esta línea, para la decoración elegimos el estilo boho, intentamos que la paleta de colores estuviese definida por colores tierra, verde eucalipto, rosa pastel y granate, e introdujimos mucha decoración elaborada con materiales reciclados por nosotros mismos, con botellas, cuerda, velas… A los que añadimos elementos naturales como eucalipto o pampas naturales, acordes a la decoración floral del resto de la boda. También sabíamos que no queríamos una boda de derroches, ni de comida, ni de decoraciones sin sentido; además, quisimos darle un toque más íntimo y familiar con estas decoraciones y dinámicas diseñadas por nosotros mismos, y la verdad es que le dio el toque de personalidad que tanto nos importaba.
Seguir leyendo »En nuestro caso, conseguimos que la ceremonia civil fuese el mismo día por la mañana; lo que para algunos era una locura estresante, para nosotros era muy especial que el día de nuestro casamiento y el de la ceremonia de celebración fuesen el mismo día; además, habíamos escogido ese día a propósito, pues es la fecha en la que mi hermano y mi cuñada se casaron, y para nosotros siempre han sido un referente de amor sano y verdadero.
Con la ceremonia civil comenzó nuestro día. Una semana antes preparé un pequeño ramo por mí misma con flores preservadas con colores tierra, eucalipto y un toque azul, quería que fuese algo especial que luego regalaría a mi mejor amiga, por eso le puse tanto cariño. Al igual que en la ceremonia de por la tarde, quise llevar algo prestado (el anillo de mi abuela), algo nuevo (una pulsera que me regalaron mis amigas) y algo azul (que iba en mi ramo y mis zapatos). Con todo listo, disfrutamos de una pequeña ceremonia muy íntima con nuestros seres queridos y comimos todos juntos antes de ir a relajarnos a la finca de la boda, previo al gran momento.
A medida que pasaban los minutos, sentía los nervios ir en aumento, pero me lo permití solo por unos minutos, me había prometido que iba a disfrutar de cada minuto del día, incluidos los últimos preparativos en la finca, así que desde el momento en que llegaron mis amigas y las de Oscar, repartimos tareas y delegamos en ellos, y la verdad es que excepto algún inconveniente pequeño de última hora, todo fue de maravilla. Incluso nos dio tiempo a tomarnos unas cervecitas, algún chapuzón en la piscina o hacer unas rutinas faciales con las chicas.
Mientras nos preparábamos, aproveché para hacer llegar algunos detalles que había preparado muy especiales para mí. Yo no sabía cómo iba a ir Oscar vestido, pero siempre hacíamos bromas con que le conocía tan bien que estaba segura de que si hacía un dibujo sin verle acertaba, así que eso hice, le dibujé como creí que sería su traje y… ¡Adiviné todo menos un complemento! Junto al dibujo, le dejé una carta con algunas palabras que quería dedicarle más en la intimidad antes de la ceremonia. También escribí una nota para mi padre y para mi madre antes del gran momento, para mí era muy importante dedicarles un momento a cada uno en un día tan especial.
Antes de salir, y haciendo tiempo a que todos los invitados llegasen, nos hicimos algunas fotos en familia y con mis amigas, que iban todas de azul. No digo la palabra “damas de honor” porque no era su función como tal, para mí fueron mi “algo azul” en la boda, porque cada una de ellas formó parte de lo que hizo que llegase a vivir mi historia de amor, y yo quería que fuesen símbolo de ello, y de la fidelidad más pura, como es la nuestra.
Llegó el momento de coger del brazo a mi padre y salir por el precioso de flores de mi finca, sentía una sensación extraña, pero estaba muy feliz y tranquila, mi padre siempre me transmitió calma y ese día no fue menos. Pero justo cuando iba a sonar mi canción, escuché una guitarra y unos acordes que no asociaba a “Perfect” de Ed Sheeran y, la verdad, me puse algo nerviosa, pero de pronto comencé a escuchar la voz de Oscar cantándola con mi suegro a la guitarra, y rompí a llorar porque no me lo esperaba, porque por muy bien que cante, mi chico es muy vergonzoso, y nunca pensé que me hiciese semejante regalo. Para mí fue la llegada al altar más especial del mundo, por todo lo que significaba.
La ceremonia no fue corta, pero tampoco larga, y fue de lo más emotiva. Fueron 5 las personas que prepararon unas palabras para nosotros, llevamos a cabo el ritual de la vela y culminamos con unas palabras entre nosotros. Todos nuestros invitados nos cuentan lo mismo cuando hablamos de la ceremonia, a pesar de no ser corta, fue tan bonita que el tiempo pasó volando, porque todo el mundo habló verdaderamente desde el corazón. De todos estos momentos, jamás olvidaré el momento en que mi hermano nos agradeció haber elegido el día en que él hacía 11 años con la mujer de su vida, con esos ojos de emoción y amor que son mi debilidad.
Tras la ceremonia llegó el momento cóctel. Nosotras apalabramos con el fotógrafo una sesión rápida, de 10 minutos máximo, teníamos claro que queríamos disfrutar de nuestra gente y queríamos que las fotos fuesen capturas de momentos, no queríamos demasiados posados; él estaba totalmente de acuerdo con nosotros, así que, como el gran profesional que es, preparó todo para que así fuese. Encontró el lugar perfecto en unos campos en la zona baja de la finca, que la verdad es que combinaba a la perfección con nuestro estilo, nos hizo reír de forma natural, jugamos un rato, ¡y listos! Nos fuimos directos al cóctel. Entramos con bengalas de colores y tiramos un ramo de chuches, el resto fue comer y beber, aunque la verdad… Yo no tuve mucho tiempo para eso.
Toda la zona del cóctel estaba decorada con elementos vintage, alpacas, telas, bicicletas antiguas… Que se mezclaban con fotos nuestras colgadas entre los árboles y un caballete donde situamos el seating plan, también elaborado por nosotros, de tal manera que los invitados supiesen desde ese momento donde situarse para el siguiente momento, la cena.
El eslogan de nuestra boda fue “Hasta el infinito y más allá”, una frase que tiene mucho que ver con nuestra historia, por ello decidimos hacer del seating plan un mapa estelar del cielo y las constelaciones que había encima de nosotros el día de nuestra boda, de tal manera que cada mesa era una de estas constelaciones.
Con respecto a las opciones de banquete, elegimos para la cena un menú de un solo plato principal y cóctel más largo, en nuestra boda había presencia de mucha gente joven, y creímos que de esta manera íbamos a disfrutar mucho más de la compañía entre todos; y para las personas más mayores teníamos muchos rincones donde pudiesen descansar y charlar sin estar de pie en todo momento.
Y llegó el momento del banquete. Entramos al ritmo de la canción “KESI” de Camilo, y fue de lo más divertido, Oscar llevaba un cartel en el que ponía “Y me dijo que sí” y el DJ animó a los invitados hasta hacerles creer que estaban ya en la discoteca, uno de los momentos que más disfrutamos de nuestro día, definitivamente.
En cada una de las mesas de los invitados habíamos dejado como detalle un collar con un cohete y una tarjeta con la donación que hicimos a la Fundación Española de Esclerosis Múltiple, en cada una de las tarjetas había una estrella dorada con el nombre de una de las estrellas que más estaban brillando en el cielo en ese momento, y los invitados tendrían la misión de encontrar a otras 4 personas con la misma estrella para luego en el baile hacerse una foto en el fotomatón con ellos. Pensamos que nadie iba a seguir este juego, ¡pero fue todo un éxito! E hizo que se crease un ambiente muy divertido entre invitados que no se conocían.
Hubo varios momentos importantes en la cena: la entrega del ramo a mi prima, con la misma frase que ella me lo entregó cuando yo apenas era adolescente en la suya; la entrega de réplicas junto a una chaqueta que ponía “soy la madre de la novia/o” a nuestras madres; entrega de réplicas creadas por nosotros a los siguientes en casarse; un momento cumpleaños a uno de nuestros mejores amigos; y la entrega de unos anillos a mi hermano y su cuñada, con la canción “De ellos aprendí” de fondo, por su aniversario y por todo lo que esa fecha significa para nosotros 4. Por último, mi prima nos sorprendió con un precioso video recopilatorio.
Tras el chorreón de comida y emociones del banquete, mis amigas habían dejado preparado un candy bar de lo más bonito, hasta un rincón para decorar las caras de los invitados con pintura fluorescente y pegatinas de pedrería, ¡no quedó un solo invitado sin ello!
Abrimos el baile con una canción muy de nuestra época: “Everytime We Touch”, empezando con la versión más romántica y rompiendo con la más animada, metiendo en nuestro baile a todos los invitados, y desde ese momento, no paró la fiesta, fue una verdadera celebración del amor.
Sin duda, un día para recordar. Hasta el infinito, y más allá.
Servicios y Profesionales de la Boda de Óscar y María






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