La boda de Oscar y Helena en Caldes De Montbui, Barcelona
Rústicas Otoño Beige 5 profesionales
El 07/10/2017 641 1 0
O&H
07 Oct, 2017
El día de nuestra boda
Nos casamos en Torre Server, en Caldes de Montbui. Fue un sueño hecho realidad, nos casamos en el bosque, teniendo una boda motera. La verdad es que, a pesar de todos los nervios e ir corriendo todo el rato hasta el momento de salir, no cambiaría nada del día.
Fue un sueño hecho realidad, por fin tuve el cuento de hadas y pude ser la princesa que soñaba. Entré con una Harley con sidecar, que era la ilusión de mi padre, y con la música al principio de carretera al infierno de AC/DC, que luego se transformó en la de la Nana de Bella de Crepúsculo, tocada a guitarra española por mi tío, Juan Sanchez, todo un gran músico y artista, con ella casi consigue que llore de la emoción, pero me pude contener, porque si empiezo no paro. La ceremonia fue preciosa, y conseguimos lo que queríamos, y es que la gente llorara.
Durante la comida, el tiempo pasó de forma extraña, ya que era como rápido y lento a la vez, con la música de fondo, no la típica de ascensor, sino un recopilatorio que hicimos nosotros, y que hizo que a gente se le hiciera el momento más divertido y dulce, bailando incluso en algún momento o cantando.
Seguir leyendo »Fue una boda de 60 personas, y pusimos un jamón para 120, pues no quedó ni el hueso. La gente comió muy bien, hasta reventar, pero, aun así, seguían comiendo, pues no querían perderse nada.
La verdad es que el recuerdo más bonito que tengo es el momento de dar los regalos a los padres y abuelos, ver cómo se emocionan por un simple ramo y cómo bailaban al son de La Bamba, ver cómo mi abuela de 92 años estruja el ramo emocionada, y cómo mi abuelo lloraba mientras nos acercábamos con su regalo sin ni siquiera saber que era.
A mi primo le hice una gracia, es muy vergonzoso, y le regalé la liga, pero le pusimos una silla en medio del salón y al son de la canción del Bar Coyote le hice un baile sexy, y después él me tenía que quitar la liga, pobrete. Luego se lo hice también a mi ya marido, ya que me regalaron otra liga con Swarovski, y esa no la quería regalar, mi marido sí que tengo que decir que no lo pasó para nada mal, más bien lo disfrutó como un enano, y tengo que decir que a todos los invitados les pareció un momento muy divertido.
La verdad es que no cambiaría nada de lo que viví y, si pudiera, lo volvería a repetir una y mil veces, porque fue una experiencia inolvidable y mágica, todo salió perfecto, y todo el mundo quedó muy contento.
Mi recomendación para futuras novias es que hagan lo que les apetece y lo que les haga ilusión, que no se dejen llevar por consejos tontos o por vergüenzas o miedos, es el día es de la pareja y lo tiene que disfrutar, ese día no hay malos rollos, ni problemas, es un Kit Kat en el tiempo, que solo sirve para disfrutar, reír y crear nuevos recuerdos en nuestra mente.
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