La boda de Oliver y Laura en La Orotava, Santa Cruz de Tenerife

Hasta la casa se acercó la maquilladora, una chica particular pero con unas manos de oro. También fueron los fotógrafos de Hikari fotografía (son un chico y una chica, ella estuvo conmigo y él con mi marido en los preparativos), y también fue el chico de la floristería Las Libélulas Flower Shop a traerme mi ramo, ¡el ramo más bonito del mundo! Como mi boda empezaba a las 20.30h, horario de la Iglesia de la Concepción, tuve la suerte de estar bastante relajada, ¡o eso creía yo mientras estaba de cañas con mi padre! Estábamos tranquilos, peinándonos, maquillando, mi hija jugando con un caballo que, como anécdota, la mordió (adjunto foto donde me lo está contando). Con la fotógrafa también estuvimos relajados, pero desde que llegó el ramo, ¡el tiempo se aceleró! Llegó nuestro chofer, un amigo nuestro en el coche de mi marido, en el cual me costó horrores entrar, y yo seguía paseando en bragas como quien dice. Me vestí superrápido, tanto mi traje como el de mi marido fueron comprados en Tejidos Martín, en Icod de los Vinos. El mío era de la temporada 2015, el traje era Eleonora de La Sposa y St Patrick; me enamoré de ese sin importarme si era nueva o antigua temporada.

Nos hicimos unas cuantas fotos y después nos relajamos bastante tiempo en el coche, ya que con el tema del Covid la ceremonia se retrasó bastante en lo que desinfectaban toda la iglesia. Luego empezó todo cada vez más rápido, en la entrada a la iglesia, delante de mí iba mi hija con las alianzas y la hija de mi mejor amiga con las arras. En la iglesia y el banquete estuvimos acompañados de los que queríamos (60 invitados), la ceremonia de boda que pasó superrápido, además el cura era supersimpático y nos hacía reír cada poco. En las fotos se ve que me pasé media ceremonia riéndome y salimos de ahí como marido y mujer.

Como anécdota, mi velo se enganchó y casi me voy para atrás. Mis amigas, supersimpáticas, me esperaban con una botella de tequila de fresa y después de brindar, cogimos rumbo al restaurante La Viña. En lo que iban todos los invitados al restaurante, aprovechamos a hacernos fotos, también para que la Wedding planner tuviera tiempo de organizar y distribuir todo a nuestra llegada. Llegamos al restaurante y ahí nos esperaban todos aplaudiendo, brindando, con música... vamos, maravilloso. La cena fue buenísima, es verdad que empezamos a cenar cerca de las 00h. Tanto los fotógrafos como las chicas de la organización se sentaron a comer en una mesa de invitados, nosotros lo decidimos así, ya que eran como de la familia. Casi hablaba más con Mónica que con Oliver sobre la boda y después todo pasó rapidísimo otra vez. Una vez terminada la cena, los chicos del restaurante retiraron un par de mesas para hacer espacio y para poner las botellas de la barra libre. En mi caso se pagó por botellas y no por copas, así que fue más cómodo.

El corte de tarta, una tarta maravillosa naked cake de melocotón y maracuyá, encargada en la pastelería La ManoBuena. ¡Y tan buena! Solo me quedó la espinita de no poder probarla, pero bueno, son cosas que pasan en las bodas, por suerte sí pude comer de los platos del restaurante. Después del corte de tarta fue el regalo de nuestras madres; les regalamos una foto nuestra con la peque, del día de la preboda. Mi madre y mi suegro eran pañuelos andantes de lo que lloraban.

Luego vino el primer baile, que fue mi marido con mi hija, y ahí vino la sorpresa. Bailaron la canción de Suéltalo de Frozen y mágicamente, apareció el maravilloso Olaf para hacer un regalo a Helena, la niña. Todos los invitados lloraban, ¡hasta mi padre! La niña solo se reía y lloraba de la emoción mientras abrazaba a Olaf y fue el momento más especial de la boda. A continuación vino el vídeo con fotos nuestras, fotos que mandaban nuestros amigos, fotos con familiares que no pudieron estar por diferentes motivos, etc. Lo siguiente fue un baile con mi mejor amiga, más el momento de palabras dedicadas de los más cercanos. Después de las palabras dedicadas, empezamos a dar los detalles y los puros, ¡cuando de repente se apagaron las luces y aparecieron de sorpresa dos amigos míos que ensayaron un show drag queen para nosotros!

En el momento de descanso del show fue nuestro baile nupcial. Todos encendieron bengalas mientras bailábamos una canción que compuso y cantó una amiga mía para nosotros (mezcla entre Perfect de Ed Sheeran y Can't help falling in love de Elvis Presley) y acto seguido, vino el baile con nuestros padres. Ya lo siguiente fue más y más show drag que hizo que la noche pasara volando. Cuando nos dimos cuenta eran las 6 de la mañana y no dio tiempo ni a discoteca ni a karaoke. Idea recomendable, como anécdota podréis ver que usé una bolsa de Ikea para poder meter el traje cuando necesitaba ir al baño. Y para comenzar nuestra noche de bodas (o amanecida), acabamos mi marido y yo en la suite del hotel BlueSea Costa Jardín y Spa en el Puerto de la Cruz.

Con el tema de las mascarillas no tuvimos problemas, coincidimos en un punto de vacío donde eran obligadas a medias, todos los invitados, menos nosotros y los padrinos, estuvieron con la mascarilla en la iglesia, pero en el banquete nos la quitamos. Por suerte, como casi todo fue shows y cosas visuales, no hubo mucho contacto, ya que no hubo discoteca y casi todos los invitados permanecieron sentados, solo se levantaban a la barra libre a servirse. Aunque para nosotros no fuera obligada la mascarilla, la costurera de la tienda se encargó de hacernos mascarillas con tela de nuestros trajes, pero no llegamos a estrenarla esa noche. La mayor pega fue que no pudimos tener luna de miel, es lo que más nos ha dolido y nos ha pesado. Inicialmente habíamos contratado con Halcón viajes una semana de crucero en el Costa Smeralda, en la fecha de abril. El avión salía a Barcelona el 26 de abril y el 27 subíamos al crucero y tras esa semana, pasábamos otra semana en Barcelona para ir a Port Aventura y a conocer la ciudad, lo dejamos todo pagado dos semanas antes del confinamiento y no se pudo realizar. No solo con eso, tardaron en devolvernos el dinero más de un año, ya que nos lo vinieron a devolver en junio de 2021 y claro, con ese dinero pues ya no podemos viajar porque con la situación actual, la incertidumbre del empleo, etc., nos da miedo gastar ese dinero que nos puede hacer falta.