La boda de Mireia y Paco en Viladrau, Girona

El día de nuestra boda

Tuvimos que aplazar la boda en dos ocasiones, a la tercera fue la vencida pero menudo estrés pasamos (con mareos que no se fueron ni después de la boda)...

El día de la boda no fue perfecto organizativamente por parte de las empresas contratadas, pero fue perfecto en cuanto a compañía y celebración. ¡Fue uno de los mejores días de nuestra vida! Fue una boda de día, la gente quedó encantada con el lugar, un jardín con césped y vistas a la montaña del Montseny, la ceremonia la celebramos entre abetos y hacía un sol que hacía brillar el verde de la vegetación, los aperitivos fueron en el jardín, el plato único y el postre en el comedor interior y el baile en el porche que hay en el jardín.

Al acabar las 3 horas de baile fuimos al pueblo de Viladrau a seguir la fiesta los que quedábamos y al día siguiente estuvimos bañándonos en la piscina del hotel y visitando el pueblo que, por cierto, conquistó nuestro corazón.

A los dos días nos fuimos de luna de miel, teníamos vuelos para Japón pero con las restricciones no pudimos ir y decidimos visitar el País Vasco. Visitamos el País Vasco francés y el español y al cuarto día decidimos cambiar de destino porque no nos estaba gustando mucho, es bonito y nos gustó pero no como pensábamos que nos iba a gustar así que decidimos gastar el dinero que teníamos para los hoteles en comprar cosas de camping (tienda, mesa, sillas, cocina, sacos, colchón...) y nos fuimos al valle del Ordesa y monte perdido y nos alojamos en el camping de Oto, fue una experiencia de luna de miel diferente pero con el estrés que habíamos pasado anteriormente y viviendo las restricciones del Covid no pudimos vivir la luna de miel de Japón que queríamos.