La boda de Miguel Angel y Eva en Torrellano, Alicante

Claudia, la wedding me propuso montar el plan B. La finca tiene una bodega donde caben todas las mesas, pero no habría sido lo mismo. Así que le dije que cuando Miguel llegara a la finca lo hablaríamos y decidiríamos.

Mi cuñada, (y, además, amiga, peluquera, maquilladora y dama de honor), empezó a peinarme, y cuando miré por la ventana... ¡Milagro! ¡No es que solo hubiera dejado de llover, es que salió un sol de justicia! ¡Decidido, lo montamos todo fuera! Tanto Miguel Ángel como yo, nos vestimos en la finca. En habitaciones separadas. La casa tiene muchísimas habitaciones. Nuestro fotógrafo, Sergio gallegos de rock&wedding, ya nos dijo que la casa tenía muchas posibilidades para hacer fotos chulas. Así que nos cambiamos allí.

Escogí el vestido modelo Balley de la firma Aire de Barcelona, que adquirí en la boutique Rosana Canto de Alicante. Vestido palabra de honor, corte sirena, con un bordado precioso, y le di un toque diferente convirtiendo el velo del vestido en una capa. Mª Jose la dependienta de Rosana Cantó, me trató de mil maravillas, y supo captar mis ideas en seguida, y todo lo que le pedí lo hizo realidad.

Los zapatos los compré en Isabel aguado zapatos personalizados, de piel, color de rosa, a conjunto con la falda de mis 6 amigas y damas de honor. Llevaba unos pendientes de Swarovski largos en tonos rosa, y una pulsera también de Swarovski a juego, que me regaló una de mis mejores amigas. Mis 6 chicas me ayudaron a vestirme junto con mi madre. Fue un momento precioso el que compartimos allí arriba todas. Antes de bajar les di unas pulseras de damas de honor que me hizo mi amiga de Tpmas, las cuales hicieron arrancar alguna que otra lagrimilla. Mi ya marido, se compró el traje en Massimo Dutti. Todo un lord inglés. Chaleco cruzado, reloj de bolsillo, bastón, bombín. Muy British. Y también tuvo momentos con sus caballeros de honor, los cuales lucían una pajarita rosa a conjunto con toda la boda. De las flores se encargó Chitina Flores y decoración, que hizo unos centros de mesa y las guirnaldas para la mesa presidencial y la mesa de la ceremonia, con hortensias color de rosa, divinos. ¡Los bodegones para cada rincón de la finca, preciosos! Mi ramo de novia que luego regalaría a mi abuela, los ramilletes de paniculata de mis damas, y los prendidos de mi padre y mi hermano, preciosos también. La ceremonia la ofició Claudia de grupo Bambú, y nuestro amigo Javi, que se marcó un pedazo de discurso, exactamente como nosotros queríamos, en el tiempo justo, con la gracia que le caracteriza, ameno, y a la vez súper bonito. Tuvo palabras para todos.

Miguel Ángel hizo su entrada triunfal con la canción de Queen, The Grate Pretender.

Yo elegí para entrar del brazo de mi padre, que estaba guapísimo y emocionado, la preciosa canción, When you say nothing at all de Ronan Keating. Si antes se me ponían los pelos de punta cuando la escuchaba, ahora ya ni te cuento, porque me viene a la cabeza lo bonito que fue todo.

¡Los anillos los custodiaron en todo momento nuestros super seguratas de 4 años! Acompañados, uno de su abuela, mi madre, que iba espectacular, con su precioso vestido de Rosa Clará (al más puro estilo de Audrey Hepburn). Y el otro de la mano de su papá. Más guapos que iban con sus gafas de sol, su pinganillo en el oído, y el maletín donde ponía "seguridad del anillo". ¡Lo hicieron los dos, genial! ¡Gracias peques!

Cuando pasamos al cóctel nos dimos cuenta de que Javi, había traído un grupo de música que actuó en directo, llamado Café rock y del que es integrante su hermano. ¡Espectacular!

El catering que elegimos fue Pilsen restauración, con Gabi al frente, con el que quedamos más que satisfechos, todo fresco, un menú buenísimo, fue increíble, el trato es inmejorable, y la humanidad y profesionalidad de todos es, de verdad, espectacular. Gabi nos ayudó en todo momento, atendiendo con infinita paciencia cualquier cuestión que le planteábamos. El equipo que lleva Gabi también, es impresionante. Fueron super atentos, e hicieron la velada muy agradable a todos los invitados. Todos me han felicitado por el Catering. Desde aquí quiero agradecérselo también a ellos, Porque a Gabi se lo he dicho en varias ocasiones, pero al resto del personal no hemos podido, además solo me acuerdo del nombre de José, que el pobre iba detrás de mí durante toda la celebración para que comiera y no me faltara de nada. De verdad desde aquí millones de gracias por todo, a todos.

Después del cóctel, y cuando nuestros invitados ya estaban instalados en sus mesas, subimos al balcón principal de la casa, a brindar y colocamos unos banderines de yute donde ponía "Just Married". El banquete lo hicimos en la plaza que hay delante de la casa que iluminamos con luces de verbena y donde hay una fuente preciosa.

La temática de nuestra boda era musical. Así que como no podía ser de otra manera y acorde a la invitación elegida que era la entrada de un concierto, hicimos los meseros con discos de vinilo, cada mesa era un grupo musical o cantante de los años 80. En principio quise hacerlo yo solita, pero al final recurrí a profesionales, en concreto a Díselo con detalles, que a pesar de encargarle las pegatinas de los vinilos tan precipitadamente, me las hicieron en tiempo record y quedaron de cine. El seating lo diseñó la prima de una de mis mejores amigas, y era un cartel de concierto titulado 80’s Wedding Festival.

Mi padre decidió regalar a los hombres, una catalanita llena de mistela, típica de su pueblo, de la Bodega Rico (Xaló).

Mi suegra, que también iba preciosa con un vestido azul eléctrico, le entregó a cada chica un monederito con frase de agradecimiento, que gustó muchísimo a nuestras invitadas, y que le encargamos a Las cosas de Anitta. Después de cenar llegó el turno de bailar. Nuestro baile fue con la canción de Queen de Don’t Stop me now. Yo me cambié y me puse una lencera con una falda de tul y las converse. Mi marido se puso una camiseta de Flash de Queen que le hice la noche de antes, las converse y se pintó un bigote. ¡Al más puro estilo de Freddie Mercury! Quien se encargó de ayudarnos con la coreo, fue Noelia, de Ceremonias con los pies en el aire. Supo captar perfectamente lo que queríamos y necesitábamos, ya que nosotros de bailar... “Ni papa.” ¡Pero enseguida adaptó el baile a nosotros, y con toda la paciencia del mundo, nos lo enseñó! He de decir que el baile al final no salió como debería haber salido, porque los nervios son muy traicioneros (¿verdad, cariñoooo?), pero que nos lo pasamos muy bien. Comienza la barra libre y la música de la mano de Teknosonido. Para entonces acababan de instalar el fotomatón los de La cabina gris. Todo un éxito. Mis invitados haciendo cola para usarlo. El photocall, que en principio iba a ser el fondo para el fotomatón, lo diseñó uno de los mejores amigos de Miguel y era la barra del que era su bar cuando Miguel y yo nos conocimos y que tan importante fue en nuestra historia. Finalmente tuvimos que poner la cascada de luces de fondo porque en el photocall había muchos reflejos. Sobre las 2 montaron, los de Danra Eventos, los carritos de crepes y hot dog que pusimos para el “resopón”. ¡Además de que los carritos son divinos, está todo delicioso! ¡Gustó todo muchísimo! A las 3 pasamos la música a la bodega y allí seguimos la fiesta.

La vuelta a casa fue atípica. ¿Por qué? Pues porque yo fui a la finca en mi coche. Ni mi cuñada, ni mi madre conducen. ¡Y me volví a casa a las 8 de la mañana, en mi coche también, porque mi marido tampoco conduce! Vamos, no sé si seré la primera novia que se lleva y se trae a sí misma el día de su boda. Lástima que a nadie se le ocurriera hacerme una foto conduciendo, de esa guisa, mi Yaris... ¡Fue todo un reto, pero tan divertido! La finca lució más preciosa todavía después de la lluvia. Como decía Celia, la lluvia le dio a la finca un brillo especial. Paco y Celia, los encargados de la finca, puro amor de personas. Estábamos todos radiantes, porque después de la mañana que pasamos nos relajamos y no hicimos más que disfrutar. El día empezó muy mal, pero terminó siendo espectacular. Salió todo perfecto, menos el baile. Fue un día maravilloso, que recordaremos siempre con mucha alegría y muchísimo cariño. El único pero que le pongo, es que se nos pasó demasiado rápido.

Decir también, y ya con esto acabo, que nos fuimos de luna de miel a Isla Mauricio, y que para ello elegimos a la agencia de viajes B The Travel Brand Miriam Blasco. Se portaron genial con nosotros, nos asesoraron, aconsejaron, y nos lo hicieron todo super fácil para disfrutar 100% de nuestro viaje. ¡Muchísimas gracias Marisol!