La boda de Miguel y Aida en La Adrada, Ávila

El día de nuestra boda

Mi boda fue la boda que siempre soñé. En el lugar donde me crie de pequeña, donde los recuerdos se agolpaban y que es especial para mi marido y para mí. Recordé cuando montaba a caballo de pequeña en el mismo lugar donde me casaba ahora y donde suspiraba por el que ahora es mi marido y que por aquel entonces no me hacía ni caso.

Todo estaba precioso, todos nuestros amigos y familia allí, y le vi, mirándome, y en cuanto me acerqué me dijo “cariño, estás preciosa”.

El día de mi boda fue el día más especial de mi vida, estoy muy contenta de la celebración tipo buffet, la gente se sentó con quien quiso y yo… ¡Con todos! Comieron y bebieron a su gusto, pues hubo de todo: canapés, carne, pasta, pescado, varios postres a elegir, ensaladas, etc.

Tantos momentos: la entrega del ramo a mi mejor amiga, la tarta de cumpleaños a nuestro sobrino/primo que ese día hacia 15 años, los regalos a los padrinos como recuerdo de sus propias bodas.

Las luces envolvían todo, hacían del espacio un ambiente mágico. La comida (según dicen porque yo casi ni comí con tanto reír y hablar), espectacular.