La boda de Mariano y Lola en Sevilla, Sevilla
Elegantes Otoño Rosa 1 profesionales
El 09/11/2013 1.720 0 1
M&L
09 Nov, 2013
El día de nuestra boda
El momento más emocionante de mi boda fue un segundo antes de entrar en la iglesia por la parte de atrás. Se abrieron las puertas y la capilla estaba llena de gente. Todos miraron hacia atrás y se hizo un silencio absoluto. Por mi cabeza pasaron todos los meses de preparación y todas las dificultades que habíamos encontrado en el camino. Empecé a andar por la alfombra y vi que ya no estaba nerviosa, todos eran amigos y familiares que me saludaban con una sonrisa, no había nada que temer.
El día había empezado muy temprano, a las ocho menos cuarto, cuando me citaron en la peluquería para peinarme y maquillarme, era una peluquería muy cercana, Koupas, que además me trataron muy bien y con mucho cariño. Después, en casa me esperaba el ramo que había llegado puntualmente de la floristería Hermanos Luque en la calle Alcázares, era de flores silvestres en blanco, rosa, verde y morado: un ramo muy alegre que habían hecho siguiendo mis indicaciones por un precio bastante económico.
Para terminar, me puse el traje de Pronovias, un diseño del fallecido Manuel Mota, precioso, un estilo clásico, pero juvenil, sin mangas, de seda y con un único adorno en plateado debajo del pecho, luego cuello barco, entallado hasta la cadera, con una caída recta, gran abotonadura y gran cola (me salió económico porque era de muestrario). Por último, vinieron a ponerme la mantilla que partía de una diadema de plata de la cabeza. No tenía alfileres, o sea que utilizamos los alfileres de novia destinados a las invitadas, menos mal que había comprado de sobra.
Seguir leyendo »Ya me había hecho algunas fotos con la familia en casa y después me hicieron un reportaje en la iglesia en los momentos más importantes. Además, cantó una soprano, Lourdes de San Miguel, acompañada al piano por Begoña González, otras personas cantaron también, pero recuerdo especialmente a estas dos.
La ceremonia fue muy emocionante y al final nos hicimos fotos con toda la familia y con algunos amigos. Después, en el museo, nos hicimos fotos muy bonitas, que hemos incluido también en el álbum.
Cuando terminamos las fotos nos fuimos a celebrar el convite al Alfonso XIII. La atención allí fue exquisita, sólo nos arrepentimos de haber llegado algo tarde al aperitivo, lo que nos dejó poco tiempo para estar con los amigos, pero el tiempo se nos echó encima. La comida fue exquisita y luego repartimos unos llaveros que habíamos comprado y grabado en la superficie plateada con la fecha del evento y nuestros nombres. Estos llaveros eran de una empresa llamada Factory del Regalo, y luego también regalamos unos alfileres que eran muñequitas todas diferentes, que fabrica una persona en Córdoba, esto gustó muchísimo. Esta chica las cose, les pone etiquetas del evento y te las manda en un paquete. Las muñecas fueron un verdadero éxito, de hecho, tuvimos que encargar más para algunas personas que no pudieron asistir a la boda.
Para terminar, la barra libre se desarrolló en otro salón. Primero cantó el novio, porque es barítono, cantante de lírica. Él canta también en bodas y tiene una voz poderosa y emocionante. Me dedicó una canción muy bonita y después habíamos contratado a un dj que puso una música bastante actual.
Algunos invitados bailaron, otros hablaron y todos bebieron, lógicamente. Yo perdí al novio de vista desde el principio y, por otra parte, no me pude dedicar mucho tiempo a los invitados, porque eran bastantes, unos doscientos. En cualquier caso, disfruté muchísimo viendo cómo todos se lo pasaban tan bien.
Si tengo que destacar algo de nuestra boda es eso precisamente. La gente disfrutó muchísimo y luego todos nos lo dijeron. Sólo por este motivo, me encantaría volver a casarme, por ver tanta gente feliz a nuestro lado, incluidos nosotros, claro está.
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