La boda de Manu y Pepi en Córdoba, Córdoba

La semana de la boda fue una auténtica locura, por mucho que intentamos adelantar, había cosas que no podíamos hacer hasta días antes.

Lunes 2 de julio:

- Recoger por la mañana en Krea Bodas nuestros regalos. Esto me traía por la calle de la amargura, sin regalos y la boda ya estaba aquí, sólo los tuvimos ese lunes.

- 19 h. Tratamiento de luminosidad.

- 20.30 h. Quedar con el DJ.

Martes 3 de julio:

- 13 h. Último ensayo de nuestro baile.

- 19h. Ensayo con el párroco. ¡Que nos hizo confesarnos!, ésa no me la esperaba jejeje...

Miércoles 4 de julio

- Dejar a Coty (mi perro) en el hotel y limpiar la casa, y las maletas.

Jueves 5 de julio

- 18 h. con la esteticista.

Viernes 6 de julio

- 9.30 h. Recoger jarrón de flores para la casa.

- 10 h. Recoger el vestido.

- 16.30 h. Manicura.

- 18.30 h. Recoger adornos del coche, prendidos...

- Ya luego preparando las cositas para el día siguiente: complementos, zapatos, lencería...

Me acosté a las 23.30, y no paraba de dar vueltas en la cama, hasta las dos de la madrugada que recibí un mensaje de una amiga (parecía medio bruja jejeje. Primero pensé que a quién se le pasaba por la cabeza mandarme un mensaje a esas horas), decía así: " Buenas noches niña. Descansa, que mañana es tu gran día y estarás radiante. Un beso y un abrazo muy grande. Muakk".Pues bien, después de ese mensaje me quedé dormidita como un bebecito.

7 de julio 2012: El Gran Día.

Me desperté a las 5.45, me casaba a las 11.30. Me podría haber levantado más tarde después de haber dormido tan poco, pero entre que me despierto y me levanto puede pasar casi una hora hasta que soy persona.

Os comento que pasé la noche sola en nuestra casa (en la que ya vivíamos juntos) porque me hacía ilusión.

Desayuné, me duché y me eché en el pelo todos los potingues que me dijo el peluquero, con las muestras que me dio. ¡A esas horas ya no sabía ni lo que era champú ni mascarilla!

Pues bien a las 7 de la mañana llaman a la puerta, ¡y era el peluquero! ( y maquillador, que era la misma persona). ¡Había llegado antes! Yo con un turbante naranja en la cabeza y con la bata de novia. Lo gracioso... que no funcionaba el porterillo y tuve que salir al patio comunitario con esas pintas a abrirle la puerta. ¡Menos mal que a esas horas no había nadie!

Le puse el encierro de los San Fermines a las 8 en la tele, porque sobre esa hora llegaba también el que iba a decorarme las escaleras que quería verlo al mismo tiempo ¡jajaja!, pero vamos que me parece que los vio en su casa porque llegó a las 8.20. Otra vez que no funcionaba el porterillo y el peluquero de portero el pobre. ¡Esto parecía ya de película de Paco Martínez Soria!

Eran las 8.40 y mi madre y mi hermano mayor, que era el padrino, aún no habían llegado. ¡Tenían que estar allí desde las 8.30! Entre tanto llaman al porterillo nuevamente, y era el de las flores que me traía el ramo y adivinad... ¡seguía sin funcionar el porterillo! Ahora era el turno del que decoraba las escaleras parar abrir la puerta, el peluquero estaba liado con las tenacillas y no podía.

Lo gracioso que se conocían entre ellos y todo era " uy tu cara me suena, ¿qué tal?..." ¡vamos que mi casa parecía ya un punto de encuentro entre colegas!

A mí ya me estaban entrando unos retortijones ¡buf, madre mía! Le digo al peluquero, "mira yo tengo que ir al baño antes que llegue aquí más gente", y el peluquero "espera, espera! ¡Argggg!

Nueve y diez, por fin llegaron mi madre y mi hermano. ¡Aleluya!

Nueve y cuarto, llega mi cuñada y al minuto los fotógrafos. Por fin me dejan escaparme al baño. Mientras tanto escuchaba a los fotógrafos y al del vídeo: "¿Dónde está el vestido?", "¿Y los complementos?". "Por aquí, por aquí, aquí están todas las cosas". Pensé, buf que alivio, mientras están entretenidos haciendo fotos a todas las cositas ya tengo tiempo para relajarme.

Ya había terminado el peluquero de arreglarme el pelo, faltaba ponerme el velo, pero los fotógrafos primero querían aprovechar la oportunidad de hacer fotos a la novia in franganti, (lo poco que les dejé) antes de ponerme el vestido.

No olvidaré a mi cuñada como rompió a llorar como nunca antes la había visto cuando me puso el vestido. Yo les decía a los fotógrafos: "captad ese momento, que no lo quiero perder".

Ella estaba aún sin arreglar, apenas llevaba su pelo arreglado con el tocado y vino corriendo a ayudarme (somos vecinas), y luego se fue a terminar de arreglarse, a ella y a sus niños (que fueron mis pajecitos). ¡Es mi cuñada exprés!

Entre foto y foto cada vez me sentía más cómoda, más relajada, porque los fotógrafos y el del vídeo son super simpáticos y no paraban de hacerme reír. Mesa para acá y para allá, el espejo para un lado y para otro, todo en movimiento.

Yo ya perdí el sentido del tiempo, no sabía ni qué hora era, como si el tiempo no existiese ya para mí. Por lo que no puedo deciros a qué hora se fueron los fotógrafos. Imaginé que serían las once cuando llamaron a la puerta. Era el del coche que había llegado junto a mis tíos y primo.

Ya llegó la hora, no quería llegar con el tiempo justo, tenía que ser puntual, y así fue, estábamos aproximándonos a la Mezquita- Catedral y le dije al chófer "toque la bocina por favor, que sepan que ya llegamos". No era un sonido normal, era gracioso y llamaba la atención. Fue sonar y toda la gente que por allí andaba comenzó a asomarse. Entonces sentí como si una burbuja me rodease y flotase, ¡qué sensación tan extraña! Las personas que allí estaban las veía como sombras, apenas me pude fijar en quien era cada uno, entré con la linda música de Delibes "Dúo de las flores", para romper la tradición de la marcha nupcial, ¡es preciosa! Allí estaba mi chico, guapísimo y mi suegra, super emocionada.

La ceremonia no se me hizo larga, pasó en un plis plas, para mí claro, me emocioné en un par de ocasiones en las que no pude evitar las lágrimas.

Terminó sobre las doce y cuarto. Brindamos a la salida y nos tomamos dos botellitas de cava. En mi esquema estaba hacerme las fotos en la Calle de las Flores, pero sinceramente chicas, ya después de tanto tiempo preparando la boda, en el gran día nos dejamos llevar. Una de mis grandes amigas y mi testigo me ofreció subir a su azotea que está en frente de la Catedral. ¡Ni lo pensamos! Allí fuimos, rompimos todo el esquema. Allí estaba yo subiendo unas escaleras con el largo velo y cola, pasé del ascensor jajaja, ¡y a disfrutar! Igual cuando fuimos al Patio de los Naranjos, que días antes pensaba: "madre mía, con las piedras ¿cómo me las voy a apañar para andar por allí?" Pues deciros ¡que hasta corrí! Ni vestido, ni velo, no existía en mí preocupación alguna, era nuestro día, para mí sólo estábamos él y yo.

Llegaríamos antes de las dos al Hotel el Conquistador para hacer la simulación de la tarta. ¡Dios, qué tarta! Era más de lo que yo había deseado. Preciosa, de cuatro pisos y mejor de como yo la esperaba, a ver si consigo foticos y os la enseño, ¡me encantó!

Antes de la boda me planteaba, "¿qué hago, me quito el velo antes de la copa de bienvenida o me lo dejo puesto?". Pues ni me acordé del velo, ni me molestaba. Le pegaba unos meneos que la de la tintorería cuando lo he llevado se ha sorprendido porque no tenía ni un agujero, apenas un traboncillo que ni se ve.

Entramos a la copa de bienvenida con la Tuna de los Medicinantes. Era una de mis sorpresas para algunos de los invitados, ya que a mí me encanta. ¡Y otra vez brindamos! Luego, al entrar en el salón brindamos de nuevo. Entramos con la canción de Maná y Juan Luis Guerra "Bendita tu luz".

La comida estuvo buenísima, no porque lo diga yo, sino porque todo el mundo lo dijo. Los invitados todos muy contentos, creo que les contagiamos nuestra felicidad, se lo pasaron genial, según me han comentado después.

Para el corte de la tarta pusimos: "I don´t want to miss a thing" de Aerosmith.

Mis regalitos:

Broches de muñequitas para las mujeres y alfileres de perlita blanca. Botellitas de vino de Pedro Ximénez para los hombres. Imanes para los niños (para que le hagan dibujitos a sus papis y los pongan en el frigo). Hadas para las niñas y piratitas para los niños y chuches.

Para el suegro y padrino: catavinos con nuestros nombres grabados.

Para las madres: lo mismo más unos cisnes de cristal pintado en dorado con un alfiler de gitanillas hechos a mano.

Nuestro baile fue "Colgando en tus manos" versión bachata, ya preparada con coreografía desde octubre por Azúcar Negra. No paré de bailar en la barra libre, pedía una bebida y al rato la dejaba para mover el esqueleto, pedía otra y lo mismo. Creo que dejé vasos por todos sitios y pedía otro porque no me acordaba donde lo dejaba.

Al llegar al cuarto nos encontramos todo un detallazo, pétalos de jabón encima de la cama, velas, todo el cuarto lleno de globos rosas y coloraos. Super romántico. El resto ya lo podréis suponer...

CONCLUYENDO...

Deciros que fue el día más feliz de mi vida, nunca me sentí igual. Lo repetería sin duda pero con todo ya preparado... 16 meses de preparativos con muchas historias para el día más feliz e inolvidable. MERECE LA PENA.

CONTINUACIÓN:

...Luna de miel próximamente para mis fieles lectores...