La boda de Lorena y Ricardo en Castillo De Viñuelas, Madrid
Elegantes Verano Rosa 8 profesionales
El 06/07/2018 461 1 0
L&R
06 Jul, 2018
El día de nuestra boda
Castillo de Viñuelas, un entorno de película para una boda espectacular. Desde el primer momento supimos que ese tenía que ser el lugar y desde el primer momento todo lo que rodea al Castillo de Viñuelas nos hizo sentir seguros de nuestra decisión. Ubicado en la finca privada del Soto de Viñuelas, ofrece unos jardines en plena naturaleza y unas vistas espectaculares.
Hicimos una boda civil en el mismo templete del Castillo. Contratamos una soprano y un tenor para amenizar la ceremonia, haciendo unas entradas especiales para el novio y la novia. Pusimos un puesto de limonada, abanicos, pétalos para tirar a la salida y también para enmarcar el pasillo nupcial. Todo ellos con arreglos florales en tonos rosas y blancos que quedó precioso.
El cóctel lo hicimos en el jardín de al lado, supercómodo para todos los invitados. Pusimos puesto de quesos, de sushi, un cortador de jamón, puesto de mojitos... la música la puso el mismo grupo que teníamos en la ceremonia. También había detalles cachondos como unas chapas personalizadas para la boda, barra internacional de cervezas, un photocall tipo instagram, una cámara GoPro para que se grabase la gente (que no dio mucho resultado...). En general estuvo muy bien, el catering perfecto, la gente llegó llenísima ya a la cen. Lore y yo nos fuimos un rato a hacer fotos saliendo de la finca, ahí cerca, las fotos no las hemos visto todavía, pero tienen que ser geniales. Encima teníamos un dron y nos hicimos unas cuantas tomas aéreas.
Seguir leyendo »Para el banquete hicimos nuestra entrada desde el balcón, con el Brindis de La Traviata cantado en directo y luego pusimos una música cañera para bajar y la gente la verdad es que se volvió loca con es. La cena con el catering de Aldovea fue una pasada, el servicio genial. Se nos alargó un poco porque teníamos muchos regalos para algunos invitados, una presentación de fotos de los novios, otra del padrino, otra de los amigos, corte de la tarta... un follón. Pero fue bastante divertido.
Para terminar en la barra libre contratamos a unos bailarines LED que partieron la fiesta y la gente alucinó. Con una fuente de chocolate gigante, iluminación en la sala, fotomatón... ¡la gente se lo pasó en grande!
Una boda a lo grande que recordaremos por siempre nosotros y al parecer también muchos de los invitados.
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