La boda de Laura y Txetxu en Gordexola, Vizcaya
Al aire libre Verano Azul 8 profesionales
L&T
10 Jul, 2021El día de nuestra boda
La noche anterior cenamos en la finca y dormimos allí acompañados de unos cuantos familiares y amigos. La finca tiene unas cuantas habitaciones en el caserío y 9 bungalows en la propia finca; muy recomendable para hacerse con el sitio y quitar nervios.
El día de la boda nos despertamos a las 8:30 y Laura empezó enseguida con la peluquería y toda la preparación. Yo hice algunos recados y preparativos que nos faltaban y a las 10:00 empecé a prepararme en la habitación de al lado. Mientras, Mikel y Alisa, los fotógrafos, tomaban buena nota de ello en sendas habitaciones. A las 11:30 hicimos el first look, que fue superemocionante; un abrazo, un beso, sentir su cercanía y saber que seguimos juntos en esto, a por todas, fue suficiente para coger fuerzas e ir a recibir a la gente que ya empezaba a llegar.
Los que se unían esa noche al rollito de dormir en el sitio llegaron un poco antes, el resto fue llegando a la iglesia, que está pegada a la finca, a eso de las 12:10. Mucha emoción recibiendo a toda la gente en la iglesia, un sentimiento increíble de apoyo, de alegría y celebración, y al ritmo de "Extasy of gold", magistralmente interpretado por nuestro cuarteto de cuerda, entré en la iglesia del brazo de mi madre. Todo se quedó en silencio cuando entró Laura del brazo de su tío, de fondo "La comarca". La emoción y la expectación eran tangibles y empezó la celebración, que estaba casi íntegramente preparada por nosotros.
Seguir leyendo »Recuerdo con mucho cariño ver desfilar a nuestros amigos y familiares por el púlpito para leer las diferentes peticiones y ofrendas y de fondo a ratos sonaban, interpretadas por el infalible cuarteto, "Kiky delibery", "Hey Jude", "Under the bridge" y "Always look on the right side of life". A la salida de la iglesia estaban todos los invitados esperándonos con correspondiente cono de confeti que nos tiraron tras deleitarnos con la correspondiente dantza al ritmo del txistu y el tamboril.
Después de las fotos de rigor, la gente fue entrando a la finca, que está a escasos 100 m de la iglesia, a por el cóctel, y nosotros fuimos un minuto detrás al son de una trikitrixa y un pandero que daban el pistoletazo de salida como en cualquier poteo. Nos unimos así al cóctel, nos sentamos en nuestra mesa con nuestros padres y entre pintxo y pintxo íbamos saludando a una o dos mesas, ya que el cóctel por precaución se hizo sentados. Una vez terminado el cóctel, fuimos al comedor; la gente entró primero y por último, nosotros, de nuevo con la música como protagonista, "Carros de fuego" y "Fortunate son" tuvieron la culpa. Nos sentamos a disfrutar de la comida bajo la gran carpa tipo jaima, que queda preciosa y si no me equivoco, anda por los 300 m2. Nos proveía de sombra, pero si hubiera llovido, nos hubiera cubierto bien también. Teníamos muchas ganas de estar con la gente, así que entre plato y plato íbamos a saludar a nuevas mesas.
Con la tarta llegó el momento de los regalos, empezamos a repartir los regalos especiales, a los familiares y amigos más cercanos, y por último el regalo general, un bote de bonito pescado y embotado en familia y etiquetado por la propia Laura, que sabe de estas cosas. Terminado el momento de intercambios, nos fuimos a eso de las 18:00 a empezar la jarana en el otro espacio. Abrimos el baile con "La playa" y empezó el cubateo. Qué gran ventaja es poder hacer todo esto al aire libre en los tiempos que corren; la gente se pudo relajar y respetar las distancias fácilmente. A eso de las 18:30 empezó la verbena de Oinutsik, hora y media de canciones de ahora y de toda la vida que a la gente le gusta oír y que animan muchísimo. La gente quedó muy sorprendida con que hubiera música en directo, además, los novios pudimos hacer alguna petición especial, todo a pedir de boca.
Sobre las 22:00 terminó la barra libre y el autobús salió hacia Bilbao a las 22:30. Está muy bien que la gente que quiere un plan más sencillo pueda volver a su casa en autobús y tenga solamente 20 minutos de viaje. Los que quisieron un poco más, se pudieron quedar a dormir, pudieron quedarse en la finca un ratillo más charlando sin molestar a nadie ya que la finca estaba ocupada al completo por nosotros. Así que todo salió fenomenal, un día para recordar, un momento celebrado como se merece, como nos merecemos.
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