La boda de Kino y Aurora en Sevilla, Sevilla
Al aire libre Primavera Rosa 3 profesionales
K&A
03 May, 2013El día de nuestra boda
Para contaos cómo ocurrió mi boda he de describir cómo fue todo desde el principio.
Mi novio me pidió matrimonio en noviembre 2012, al desembarcar de una campaña muy larga en la que había estado fuera (es marino). Con toda la ilusión del mundo, empezamos a informar a todos nuestros allegados, sin poder, por motivos laborales suyos, confirmarle a nadie la fecha exacta. Tras las vacaciones de Navidad, decidimos que aún sin saber la fecha, (dado que queríamos realizar nosotros mismos todos los detalles), íbamos a empezar a poner un día en semana (que fue los jueves) donde realizaríamos talleres DIY para elaborar todo lo que queríamos. Comunicaríamos eso a nuestros amigos y agradeceríamos a todo el que quisiera venir a ayudar.
Así lo hicimos y los jueves nuestra casa se convirtió en un taller “clandestino” de elaboración de preparativos de nuestra boda. Y tras el trabajo siempre culminábamos con una cerveza y “tapita” en el bar más cercano. Fueron unos meses muy divertidos y de mucha vida social. No venían los mismos amigos cada semana, pero siempre venía alguien y la verdad es que todo el mundo se implicó mucho y se sintió totalmente partícipe del evento.
Seguir leyendo »En abril, y viendo que no lo llamaban para otra campaña, nos arriesgamos y decidimos poner fecha para mayo, concretamente el 3 de mayo de 2013.
En febrero ya habíamos ido a visitar lugares de celebración (aunque sin poder cerrar fecha, claro). Así que en abril directamente fuimos al restaurante y le preguntamos qué día tenían libre y nos ofrecieron un viernes tarde que era el citado día 3.
El vestido lo compré por internet en febrero. Por tanto, tuve tiempo de sobra para llevarlo a la modista y que me lo retocara perfecto. Lo dejé en el armario cubierto por la funda hasta el día de la boda (bueno, unos días antes lo saqué para darle vapor y que cogiese volumen).
Por tanto, en esos 5 meses lo hicimos todo sin estrés y con toda la alegría del mundo y sin tener certeza del día de la boda, hasta sólo un mes antes. Montamos hasta una página web aquí mismo en bodas.net.
Incluimos las fotos pre-boda, donde lo pasamos muy bien también. Buscamos el fotógrafo antes y cuando le dijimos el día que teníamos en el restaurante, por ser viernes, también lo tenía libre.
Día de la boda
Preparación: Alquilamos una suite en el hotel Vincci La Rábida y era tan bonita que quise irme a pasar el día allí con mis amigas, damas de honor y familia para prepararme para la boda. Lo pasamos muy, muy bien. Allí me pinté, peiné y preparé. Hasta nos metimos en el jacuzzi por la tarde. Mi novio se vistió en casa. El fotógrafo Giusseppe, de Photomithos, también se vino una hora antes de la boda para hacerme las fotos pertinentes (el lugar estaba relativamente cerca del de la celebración).
Ceremonia: Llegué al lugar de celebración, Puerto Delicia, en mi coche descapotable rosa, decorado por nosotros la noche anterior. Fue muy divertido, ya que por la calle tanto los peatones como los otros coches me iban saludando.
Al llegar, me esperaban mi padre y las 3 damas de honor. Llegué al altar, por un mini pasillo que puse porque me daba mucha vergüenza, donde mi futuro marido me esperaba, guapísimo, vestido de marino (fue una sorpresa, no sabía que se vestiría así), con una sonrisa de oreja a oreja. Unos amigos nuestros tocaron un tema de guitarra mientras iba avanzando.
La ceremonia la realizó una amiga mía que es jueza y que fue la que se encargó de todo el papeleo. Fue estupendo que nos casara alguien cercano en vez de un desconocido como es habitual.
Escogimos, tras las leyes que hay que leer obligatorias, la ceremonia de la arena para nuestra unión, donde se unen dos botes de arena en uno solo, simulando las vidas independientes que se convierten en una sola. También esa arena la habíamos cogido de la playa de Cádiz (de donde era él) y yo teñí mi parte de rosa para el rito.
Por supuesto, tras los anillos, para el beso me levantó el velo que llevaba, que me hacía mucha ilusión.
Vinieron 3 personas a dar discursos (todos preciosos y emotivos) dos amigas mías, que desde el principio habían hecho amistad con él y su hermano, al que yo conocí incluso antes que a él mismo. Nos encantó y lo hizo todo mucho más cercano.
Terminamos con la música del ukelele de otro amigo nuestro que nos deleitó con este instrumento que había comenzado a tocar hacía no mucho.
Al salir, nos echaron los papelillos rosas que tan pacientemente habíamos preparado en los talleres de los jueves. A todo el mundo les gustó mucho. El sobre dejaba ver la combinación de diferentes tonos de papelillos rosas y todos llevaban por fuera dibujado (con rotulador de purpurina) Aurora y Kino donde la Y era un ancla dentro de un timón. Vamos, que nos hicimos un logo para la boda y todo.
Celebración: La comida fue estupenda. Elegimos hacerlo todo tipo cóctel porque queríamos pasar a hablar con todo el mundo en la comida. Limitamos mucho los invitados, quedándonos sólo con 100 (en la primera lista salían muchos más, claro, pero lo queríamos todo más cercano y personal). Como es habitual se dividieron en varios grupos y fue muy sencillo ir tomando un aperitivo (eran unos 12) con cada. Comimos muy bien, todo el mundo comió mucho ya que las tapas eran grandes y tan variadas y exquisitas cada una, que todo el mundo quería probarlas todas.
Al final apenas pudimos con el postre. Cortamos una tarta de boda que nos había hecho el restaurante, preciosa, de chocolate y con las velas de chocolate blanco. Para los invitados pusimos un bufet libre de postres espectacular, que se alargaba hasta la barra libre. La figura de la tarta, también la hicimos nosotros, “tuneando” unos palilleros de marineritos que encontré. Quedaron muy graciosos.
En vez de libro de firmas, pusimos un árbol de los deseos, que por supuesto habíamos hecho nosotros. Todo el mundo nos escribió y hoy en día conservamos una versión reducida del árbol con las tarjetas rellenas de recuerdo. Y de vez en cuando las releemos, pues son preciosas.
Barra libre y photocall: Por supuesto, realizamos nuestro baile (“La vie en Rose”, versión de Amstrong) y después de empezar con las copas pusimos un power point que habíamos hecho de nuestra historia donde nos esmeramos en que saliese al menos una vez cada uno de los invitados, para que así se sintiesen parte de todo.
Habíamos hecho dos ramos de chuches para tirar a los invitados. Primero tiró el suyo mi “maridito” (los chicos se rieron mucho) y después yo el mío a las chicas. Fue divertidísimo.
Los regalitos que dimos eran llaveros, hechos por nosotros y en la temática, por supuesto, de la boda “marinera y rosa”. Eran nudos marineros con cordones de diferentes colores.
Por último el photocall, que también lo teníamos contratado con Photomitos, se realizó con complementos hechos de goma eva, por nosotros y con la temática de la boda: barquitos, sombreros, pipas, peces, pulpos, etc.
No sólo fue un día inolvidable, sino que los dos recordamos esos 5 meses de prometidos como un periodo espectacular.
Deseo a todas las novias que lean esto que disfruten tanto como yo de todo el proceso, que no se pongan nerviosas y que fomenten su creatividad, pues una boda personal hace que la experiencia sea aún más positiva.
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