La boda de Jose y Verónica en Alacant/alicante, Alicante

Lo nuestro fue una boda civil, y te recomiendan que estés allí 15 minutos antes, pero, como os podéis imaginar, hice como la cenicienta y llegué justo cuando empezaron a sonar las campanadas. La bedel que había en el ayuntamiento "organizando" la entrada y salidas de bodas (ya que cada 30 minutos hay una), nos machacó también muchísimo de que ya íbamos tarde, y más prisas, pero, una vez llegamos arriba, el cuento empezó a hacerse realidad.

El concejal puso de fondo una de las canciones que más me gustaban de piano que es de Amelie, ¡menuda casualidad! Hicimos la ceremonia de las arenas, ya que mi marido es de Barcelona, y yo de Alicante, y lo habíamos visto en otra boda y nos pareció un detalle muy original. (Para las que no sepáis lo que es, os lo explico. Se trata de unir metafóricamente las dos ciudades, cogiendo en dos jarrones individuales, arena de las ciudades de cada uno, y en la boda, unir las dos arenas en un nuevo recipiente). Leyó un poema del principito, y tras unos cuantos minutos más, por fin, ¡ya éramos marido y mujer!

A partir de este momento ya todo fue genial. Nos hicimos muchísimas fotos, las de compromiso con la familia, y luego las más divertidas y originales con los amigos. Y aunque nos hizo muchísimo viento para las fotos de exteriores, eso no nos quitó la ilusión ni la felicidad que sentíamos.

Luego subimos a un autobús que habíamos contratado para que todos los invitados subieran con nosotros al banquete y nos lo pudiéramos pasar genial todos juntos en el trayecto hasta Onil cantando y contando chistes (que estaba a 45 minutos).

El banquete estuvo bien, la comida magnifica, y el trato excepcional. Nosotros de música de fondo, y para personalizar la boda, seleccionamos música variada de videojuegos (ya que somos un poco frikis) y cuando sonaba alguna canción en particular que traía recuerdos, lo vivíamos muchísimo junto a los amigos.

Después del baile nupcial, el Dj puso música variada y la gente empezó a bailar, pero después de un rato, aquello se acabó convirtiendo en un karaoke de música de dibujos animados infantiles sin pedírselo ni nada al Dj, nos caló, ¡estuvo genial! No hubiera podido poner ninguna música mejor. Mi marido lo dio todo cantando, y el resto de los amigos acompañándolo en canciones tales como "la abeja maya", "David el gnomo", " D'Artacán", etc., fue grandioso.

También habíamos contratado 3 fuentes de chocolate (¡ya que yo soy una gran forofa!) que venía acompañada de una mesa dulce, y a la gente le gustó muchísimo, ya que, aunque la comida fue abundante, a todo el mundo siempre le queda un hueco para el dulce. (Aunque no os lo creáis, estuve mucho rato allí y mi vestido no se manchó).

En resumen, un día que empezó regular, acabó siendo uno de los días más felices de mi vida. Así es que, para las que todavía no os hayáis casado, disfrutad de cada segundo y cada minuto, porque es inolvidable y pasa volando.