La boda de Jose y Miriam en Lorqui, Murcia

El día de nuestra boda

Recuerdo que fue un día mágico. Para mí es la palabra que lo define. No estaba nerviosa tal y como pensaba que podía estarlo. Recuerdo que esa semana empezaron los nervios para los dos. Fue emocionante ver aparecer el coche que me recogía. La sonrisa predominaba en nuestros rostros, toda la mañana, toda la tarde, todo el día.

Nos fuimos a hacer las fotos de exteriores antes de la celebración. Nos acercamos al monasterio de Santa Ana en Jumilla, con sus hojas rojizas, marrones, verdes... Colores propios del otoño. Un resolillo asomaba entre las ramas. Mágico. Fotos, vídeo, risas, emoción, piropos. Fue precioso y el fotógrafo y el del vídeo nos animaban mucho. La verdad que el resultado de su trabajo es precioso.

Besos, abrazos, amigas llorando de alegría. ¡Qué bonito! Una celebración emotiva. Con palabras de agradecimiento y recuerdo. Y luego las fotos con todos los invitados. Confeti, arroz, pétalos y más pétalos. Precioso, no puedo decir más.

Después al restaurante, con todo programado en lo referente a la música. Una música elegida a conciencia. Cualquier música no valía para esos momentos, para ese día. Un banquete con sorpresas para los invitados, para nosotros, los novios. Sorpresas y llantos de nuevo de alegría, de agradecimiento. Bailes, coreografías, risas y a la noche a seguir la marcha. Ambiente divertido, distendido, diversión por los cuatro costados.