La boda de Jose y Evelyn en Sabadell, Barcelona

Llegamos a la iglesia y ya más no podía temblar, cuando vi a mi hijo, que también lo bautizamos. Le di un besazo, más guapo no podía estar, ¡y cuando vi a mi futuro marido me volví a enamorar! Todo fue, genial cuando el cura se disponía a hablar empezó a sonar la música... Pero bueno, ya fue bien ese incidente para relajarnos un poco. Al terminar la misa de boda y bautizo salimos y nos encontramos con una lluvia de arroz de todos los colores, ¡y un saco enorme cayó encima nuestro de repente! Después nos hicimos las fotos en la puerta de la iglesia con todos los familiares y al terminar cogimos la gran limusina y camino al restaurante Can Mon Cad.

El recibimiento espectacular, nos cogieron por los aires y seguían tirando pétalos, billetes, arroz... Vamos, que se podía nadar por el suelo.

La entrada al banquete fue una sorpresa, pues el restaurante nos preparó una entrada increíble, no nos la esperábamos, con una especie de túnel de luces... ¡Precioso! Seguimos con el banquete, genial, todo perfecto. Y llegó el pastel, un sorpresón que nos tenían otra vez el restaurante, salía el pastel por una pirámide egipcia... ¡Sin palabras!

Y empezamos con los regalos, fueron 6 novios para amigos y familia. Y lo más emotivo fue el regalo a mi abuelo, que es el único que tenemos, ¡y bis yayo! Les dimos a los padres un estuche de whisky y a las madres una orquídea y a cada uno una estancia en un spa, ¡les encantó! Luego hice el tiro del ramo. No fue el auténtico, pues ese iba destinado a mi hermana, no se lo esperaba, fue muy emotivo.

Y tocó el baile de la liga, me atreví a hacer un baile sensual a mi marido con guantes rojos, fui seduciéndolo hasta que le puse una cinta en los ojos para que me quitase la liga con la boca, lo que no se esperó fue la pierna de su mejor amigo, ¡fue muy divertido! Una vez consiguió mi liga se la dio a un amigo suyo que 2 semanas antes tuvo mala suerte en su relación y como iban destinados unos novios para ellos, decidimos darle la liga para traerle suerte.

Al peque le prepararon unos payasos muy locos y una piñata de la Masha y el oso que la hizo mi hermana, enorme, se lo pasaron en grande. Y ya tocó el baile que teníamos preparado, pero al final salió de imprevisto y bailamos con lo que sentíamos, ni contando pasos ni nada. ¡Me volvió a enamorar! Y a partir de ahí seguimos la fiesta 3 horas más pasándolo mejor todavía. Es un resumen breve. Me dejo muchas anécdotas de lo que fue, ¡porque expresarlo con palabras se hace pequeño para describir lo que sentimos ese día!

Espero que os haya gustado mi relato y encantada en aportar un poquito para vuestras ideas.

P.D: Solo un consejo: ¡disfrutad y reír como niños porque solo se vive una vez!