La boda de Joaquín y Conchi en Espartinas, Sevilla

A veces fue precioso preparar las cosas, a veces desesperante, porque no todo sale como habías imaginado... Se me hizo muy largo por momentos, porque en ese año y medio hay mucho tiempo en el que es demasiado pronto para hacer cosas... Y parecía que el tiempo no pasaba. ¡Pero vaya si pasa! Y cuando nos dimos cuenta, ¡ya estábamos en mayo!

El día anterior fue absolutamente una locura, yendo de la hacienda a la iglesia, de la iglesia a casa de mis padres, de allí a recoger cosas que habíamos encargado, y vuelta a la hacienda... Además, yo soy florista, y con una compi hicimos la decoración de la iglesia nosotras, y muchas cositas que pusimos en la hacienda para decorar. Y luego, a última hora de la noche, haciendo mi ramo de novia, las flores del coche, ramitos para las niñas... Llegué a casa a la 1 de la mañana... ¡Y me casaba a las 12!

Ese día me levanté sin nervios, la verdad... Estaba mucho más nerviosa toda la semana anterior que ese día. Creo que mi mente fue inteligente y desechó toda preocupación... Era como que "lo que está hecho está hecho y lo que no, ya da igual", así que pude disfrutar de mi día totalmente.

Dormí en casa de mis padres, como es habitual, y allí me peiné, maquillé, vestí y, después de que hubiera un rato de caos y agobio porque íbamos tarde (hubo un problemilla que no viene al caso y nos retrasó bastante), por fin mi padre y yo cogimos el coche para la iglesia... ¡Con 40 minutos de retraso llegué! Un horror... Mi padre y yo íbamos en el coche agobiados... ¡Al chico del coche (Juanma) le debo mi estabilidad emocional en el viaje! Fue encantador y me contó cómo su mujer también llegó 40 minutos tarde y no pasa nada.

Por fin llegamos... Y cuando vi las caras de felicidad de la gente, vi las flores, que estaban todas tal como las dejamos la noche anterior, nada estropeadas, entré en la iglesia y sonó la música... Se me fueron todos los agobios y todo era alegría... ¡No podía parar de sonreír! Todo el mundo con buena cara, mi chico guapísimo en el altar... Fue mágico. La misa fue una preciosidad, nuestro cura hizo una ceremonia muy bonita y entrañable. Nos casamos en el Santuario de Loreto (Espartinas), un lugar precioso, además hizo un día radiante, ¡y eso que la semana anterior había diluviado! Las chicas que tocaron en la misa, una el piano y una el chelo, eran de la empresa Nubia, y estuvieron geniales.

Y la ceremonia terminó, nos echaron mil kilos de arroz encima, nos reímos mucho, saludamos a todo el mundo... ¡Estuve eufórica todo el día! Y era consciente de ello, pero me encantaba. Soy una persona tímida, no llamo demasiado la atención, suelo ser retraída, ¡pero ese día era todo expansión y ganas de abrazar a la gente y de pasármelo bien! ¡Era nuestro día y lo iba a vivir con intensidad.

Nos hicimos algunas fotos en los jardines del Santuario del convento de los monjes Franciscanos, unos jardines muy bonitos. Y rapididto nos fuimos a la hacienda al banquete, no nos queríamos perder nada, así que solo llegamos tarde como 10 minutos, por lo que pudimos vivir casi todo el aperitivo con la gente.

La Hacienda era Torre de las Arcas, un lugar muy bonito que yo no sabía que estaba allí, pero cuando lo vimos nos encantó y creo que fue todo un acierto. Está muy cuidado, tanto en invierno como en verano, el salón es amplísimo, luminoso y muy bonito, el lugar de la barra libre más que suficiente de espacio, y muy bien preparado.

El catering lo llevó La Juliana. La comida estuvo muy bien, abundante y rica. Los camareros y la metre (Adela), encantadores, muy amables y atentos a todo, siempre que hubo alguna petición o problemilla, lo solucionaron enseguida.

En el aperitivo contratamos a JazzyLola para amenizar, ¡estuvo genial! Una mezcla de jazz y bossa muy agradable para un ratito así, un 10.

Pasamos al salón, comimos y llegó la tarta. Se la encargamos al marido de una compañera mía, tiene la pastelería en Camas (un pueblo de Sevilla), se llama Pastelería Amaro, ¡muy recomendable! La tarta estaba rica y era tal como pedimos, y el precio muy razonable.

Luego, en la barra libre, nos amenizó Chemibro Linemusic. ¡El chaval es un no parar! Es tremendo, no para de poner música, de hacer bailes y juegos, y acaba metiendo de lleno a la gente, ¡es estupendo! Y para poner la guinda, mi chico y su grupito de flamenco, tocaron en la boda y cantaron, él es cajista.

Y después de bailar como locos, reírnos, hacernos mil fotos en el photocall... Se acabó el día y volvimos a casa... y... ¡Sorpresa! Los hermanos de mi chico nos habían preparado la casa.... Mitad en plan romántico y mitad en plan guasa... Nos encontramos papel higiénico por todos lados, botellines de cerveza en el lugar de los botes de jabón del baño, y los jabones en el frigo, ¡nos metieron azafrán en la ducha! La tele puesta contra la pared, las sillas bocabajo... Luego había globos y confetis por todas partes, nos dejaron una bandeja super chuli con todo para el desayuno del día siguiente, nos pusieron sábanas especiales en la cama (¡aunque nos la encontramos con la petaca hecha y llenas de garbanzos!), pero también nos dejaron cositas de baño (espuma, sales...), copias con champán, bombones, pétalos... Fue bonito después de todo.

Y ese fue mi día... Pero lo que de verdad lo marcó fue la felicidad, no podía parar de sonreír, reír y hablar con todo el mundo. No comí nada, porque es que ni tenía hambre. Me sentí agradecida de todos los que estuvieron, de que todo fuera tan bien, de ver a todo el mundo a gusto, de haber conseguido, después de tanto pasado, casarme con el hombre de mi vida, del amor que sentimos el uno por el otro y del que recibimos ese día de nuestros amigos y familiares. Ha sido increíble.

Y es verdad que se pasa rápido, y es verdad que te quedas, cuando pasa, como con la cosa de... ¿Ya? ¡Quiero más! Pero también es verdad que tengo la sensación de haberlo vivido todo, de no haberme perdido nada, de estar presente todo el tiempo y haberlo vivido con intensidad, y eso es maravilloso.

A las que estáis ahora con vuestros preparativos, ¡solo deciros que disfrutéis! Que ese día os olvidéis de todas las preocupaciones, problemas, miedos... ¡Disfrutad! ¡Pasadlo bien! ¡Vividlo a tope!