La boda de Javier y Patricia en Madrid, Madrid
Al aire libre Verano Rojo 8 profesionales
El 30/09/2016 220 0 0
J&P
30 Sep, 2016
El día de nuestra boda
La verdad que no sé cómo explicar un día tan especial y tan emotivo con palabras. Se arremolinan en mi memoria un montón de recuerdos, de personas importantes para nosotros, palabras de emoción y amor hacia nosotros, muchos besos… Recuerdo dar besos como nunca, de mantener ese contacto tan especial y esa experiencia con gente que deseas que fuese.
Me gustaría expresar lo que realmente sentí ese día, pero no podré hacerlo con la intensidad con la que lo sentí.
Los días antes casi ni eres consciente de que te casas, de que vas a dar un paso muy importante en la vida (y no digo el más importante, porque mi marido y yo tenemos una hija de 16 meses, y ese es el paso para nosotros más importante de nuestra vida).
Estás tan pendiente esa semana antes de que todo salga bien, que no te paras a pensar. Llegó el día de antes y preparamos una preboda en un bar cerca de donde vivimos e invitamos a todos los amigos a unas cañas, nos juntamos como 40 personas, ya en ese momento eres consciente de lo importante que eres para ese gente y lo especial que te hacen sentir, pero los nervios de momento siguen sin aparecer.
Seguir leyendo »Amacice el gran día para mí con un desayuno en la mesa preparado por mi madre y por mi hermana, y ya comienza todo. Asoman los nervios y comienzas a no dar pie con bola. Perdí por completo el manejo de mis manos a mi voluntad, el tiempo pasó más rápido de lo normal; la peluquera que te maquilla y peina, el fotógrafo haciéndote fotos mientras te vistes, mi hija dando vueltas por la casa haciendo de las suyas,.... y, por fin, llega el padrino para recogernos, lo más emocionante; mi tío, que me envuelve en un profundo abrazo y me desea lo mejor.
Llegué 30 minutos tarde.... La gente ya creía que no iba a aparecer, pero sí. Agarre el brazo de mi tío y antes de entrar eché una rápida ojeada a toda esa gente tan especial que no quería perderse nuestro día. Y, aunque fue una ojeada de dos minutos, pude ver a todos y cada uno de ellos y, en especial, a Javier, mi marido, que esperaba nervioso mi llegada.
El convite, baile, fotos, amigos, familia…, fue impresionante, pero el más especial para mí fue el principio y es lo que he pretendido transmitir.
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